miércoles, 30 de octubre de 2024

La Enseñanza del espíritu

En Sueño Profético vi a un niño de dos años, a una niña de diez, a una mujer de veinte, a un hombre de cincuenta y a uno de noventa.

Apareció uno y dijo:

Este niño dejó su materia a los dos años –siguió señalando–, ésta a los diez, ésta a los veinte, éste a los cincuenta, y ya, final del viaje, a los noventa. Este viaje dura según la fecha de tu billete. Si a los dos años da pena el soltar la materia –diez, veinte y cincuenta–, ya a los noventa, tú pides soltarla, o pides que la suelte aquel que antes hubiera dado pena sólo el pensarlo. La Enseñanza del espíritu no es necesaria, es imprescindible. El espíritu tiene que estar preparado y enseñado para vivir Aquí. Si el hombre no pasara de los cincuenta, muy pocos entrarían en esta Gloria. La edad y la enfermedad sirven para que muchos no pequen más. ¡Es pena dejar de pecar por estas dos razones!

Dijo una:

Yo dejé de pecar a los veintitrés. Hasta aquí bastante pequé. Pero ya, desde los veintitrés, sólo adoré. Adoré y mil veces al día pedí que me perdonara y me diera fuerzas para que donde yo entrara, el pecado se acabara. Yo pienso lo que pequé, y amarga lloro mi culpa. Pues quienes me podían quitar de que no hiciera pecados, éstos pecaban aún más, ya que yo el pecado lo veía como regocijo. A este Dios quise desquitarle el mal, y al ver mi vida cambiada, hubo quien del convento me habló. Pero yo allí no me veía, y quedé ahí, en materia, consagrada a este Dios.

Desperté, oí:

Si sientes la Voz de Dios,

aunque mucho hayas pecado,

corres por ver a este Dios.

Sientes, si quieres sentir,

que la Voz de Dios no llama

si tú no quieres sentir,

aunque pecados no hagas.

Puedes creer que no pecas,

porque a este Dios no ames,

pues de no amar a Dios,

el pecado de ahí nace.

Nace cuando no se ama,

nace cuando no hay Amor,

nace cuando tú no piensas

que hay Gloria y hay Dios.

***

Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C7

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