En Sueño Profético decían:
Hay que seguir los pasos del
Elegido para ver las cosas que en el día llegan sin haberlas buscado.
Dijo un espíritu de Dios:
Tienen que recordar las Palabras
que Dios pone en la boca del Elegido. Que todo es por querer que el mundo hable
de lo que Dios dice todos los días, ya 37 años. Si aquí no hablara Dios, no
habría este sufrir por querer que todos nombren a Dios, pero con alegría y
Amor. Si así lo nombran, ya contentan a Dios.
Desperté, oí:
¡Qué grande es el Amor que Dios
le tiene al hombre!
¡Qué grande es, que quiere que
todos vivan Eternidad, donde no existe la muerte!
En toda la lucha del que Dios
manda se ve que el Mando es de Dios, porque cada día más fuerza tienen sus
Palabras.
Y esta fuerza la transmite y ya
oyen estas Palabras.
Que esto se está viendo cada día
que pasa.
Es alegría ver cómo le dejas
alegría al enfermo, que le cambia hasta la cara.
Esto es creer por dentro y echar
fuera las palabras.
Hablaban en la Gloria, normal, de
muchas cosas, como se habla en la Tierra.
Con la gran diferencia de que
Aquí se siente algo que no se siente en la Tierra.
Hace falta esta Enseñanza para
que el hombre ame primero a Dios y ya viva sus Palabras.
Tardaba el sueño del Elegido en
llegar, y el cansancio retiraba con este pensar:
“Señor, si no me duermo, no me
importa, pero el Sueño del arrobo que no me falte”.
Este pensar quedó en el Sueño y
hoy lo dictan en el arrobo.
***
Libro 45 - Te Habla el Profeta - Tomo VI - C6
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