En Sueño Profético hablaban de tener y despreciar, y luego querer y
no poder alcanzar porque su tiempo pasó, tiempo de pinchos y clavos que hacen
crucifixión.
Esto es justificante que presenta
todo el que elige Dios para que hable de su Gloria, diciendo: “Me dice Dios”.
No que Dios dijo o dice. Esto es Mando que Dios da a tu espíritu, que es
alegría y calvario, más alegría que calvario. Si piensas lo que sufre Dios, ya
te olvidas del calvario y caminas sin descanso para que muchos Lo quieran y
nunca oigas culparlo, sin llevar arrepentimiento de aquel momento malo que
tiene el que está sufriendo.
Dijo uno:
No hay quien tenga un sufrimiento
grande y vaya buscando sufrimientos para quitarlos o achicarlos. Que a veces
son sufrimientos que no han llegado tan altos, y da miedo el oír al que el
sufrir le ha llegado.
Desperté, oí:
Decían en el arrobo, que buscar
sufrimiento para quitarlo o achicarlo, ya era justificante de estar sirviéndole
a Dios.
Que llegaría el momento de
recibir, a cambio del desprecio, la angustia de no oír lo que horas antes Dios
le dice a un espíritu sin cuerpo.
Dios, igual que dice “di que Me ves y te mando”, igual
prohíbe.
Prohíbe lo que el hombre ha
despreciado.
***
Libro 31 - Te Habla El Profeta - Tomo IV - C2
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