En Sueño Profético decían:
Piensa más en la muerte de
la carne y más recordarás lo Eterno, que es el espíritu. Piensa que todo es
ceniza, polvo, como Dios lo ha dicho. Piensa que lo que le llega a Dios es lo que
hagas de espíritu. Piensa en ahorrar todo el bien que hagas para que Aquí pueda
llegar, que lo que es de la Tierra en la Tierra quedará.
Dijo uno:
Aquí no llega ni volumen, ni
peso, ni cantidad, ni manjares, ni brillantes, ni belleza a la que premio le
puedan dar. Aquí llegarán tus obras, que tú mismo presentarás cuando llegues a
las Puertas de la Gloria Celestial si tu vida fue buena y con Dios querías
estar. Por eso este Mensaje recuerda todo el bien que hiciste para poderte
alegrar. Y si el mal te atormenta por aquello que hiciste mal, piensa que Dios
te perdona cuando tú pienses en aquello
y Lo llames a esta Gloria. Pero piénsalo pronto por si te llega la hora de
abandonar la materia y no te dé tiempo de decir: “Señor, ten compasión de mí”.
Desperté, oí:
¡Cuántos pierden la Gloria
por no pensar lo que te recuerda esta Gloria!
Qué trabajo le cuesta al
hombre poner a Dios lo primero.
Quiere ponerse primero el
zapato y el calcetín ponérselo luego.
Quiere que Dios acepte lo
que Él echó al Infierno.
Hasta que el hombre no
piense en la Tierra como suelo, que Dios la dejó de puente para llegar a su
Reino, no se acabará lo malo y no florecerá lo bueno.
Piensa un poco en el
espíritu y despreciarás el suelo, sirviéndote del camino que te conduce a este Cielo.
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Libro 69 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VIII
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