domingo, 6 de octubre de 2024

Nombra a Dios

En Sueño Profético decían:

Nombra a Dios en todos tus actos

y te notarás con fuerza.

Nombra a Dios con alegría

y te achicarán las penas.

Pues al vivir y no Nombrarlo,

haces sufrir al que Lo quiere

por saber que Dios es Presencia.

Y Él quisiera que el hombre

a Él nombrara

sin aviso que le diera.

Dijo uno:

Si coges papel y pluma, un día, al amanecer, y te metes en gentíos de todas clases sociales, seguro que escribes poco el nombre de Dios porque lo nombren los hombres.

Que esto justifica que el hombre a Dios no quiere. Querer a Dios y no nombrarlo es cuerpo muerto que ves que se mueve. Cuando el cuerpo guarda vida para entregarla en el Cielo, el nombre de Dios se lo oyes al culto, al rudo, al rico y al pordiosero.

Al culto, para enseñar. El rudo lo coge de compañero y lo nombra normal y hasta le pide consejo: “¿Hago bien o hago mal? Yo con tu ayuda ya puedo lo que yo quiero alcanzar”.

El rico busca y da con alegría o por miedo, y esto le hace nombrar: “Dios me da lo que yo tengo”.

El pordiosero, antes de guardar la moneda, su mirada es al Cielo, diciendo: “¡Gracias Señor, si yo pido, Tú también estás pidiendo!”.

Desperté, oí:

Cierto que Dios pide al hombre

que se ame como Él nos ama.

Que no pequen,

para entrar en su Reino.

Que el que no peque o pecó,

busque al que está pecando

y ya  no quiera pecado.

Esto piensa el pordiosero

que pide y sigue

a Dios nombrando.

No puedes creer Aquí

sin poner el nombre de Dios en tus labios.

***

Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C6

No hay comentarios:

Publicar un comentario