En Sueño Profético halaban de los Libros que en Gloria mandan dictar. Decían:
Si el hombre creyera en la Palabra que baja del Cielo, no demoraría el publicarla, ni por tiempo ni por dinero, una vez que las dos cosas son de Aquí.
El dinero ahí quedará para otro que llegue luego, que no sabes el empleo que le dará a lo que tú te creías dueño.
El tiempo, si lo pensaras, vivirías angustia de miedo cuando llegara la noche y pensaras en el día, diciendo: “¿Podré yo ver el día mañana?”. Este pensar es en la noche. Que al empezar tu faena, en el día, este pensar te espera: “¿Llegaré vivo a la noche?”.
¡Si haces bien, te da alegría!
Si sabes que tu tiempo y tu dinero no lo presentaste para cundir lo del Cielo, cuando tu carne se queje, ¿cómo pronunciar tus labios, por llegar antes a tu mente, el Nombre de Dios?
Dijo uno:
Seguro que antes de pedir la curación se adelanta en tu boca el Perdón:
“Perdón, que mi tiempo y mi dinero no los puse para cundir lo tuyo, Señor”.
Desperté, oí:
¡Cuánto tiempo y dinero
emplea el hombre
retirándose de Dios!
Era para que esperaran,
en la puerta de la calle,
lo que Dios, en la noche,
al día mandara.
Si el que puede publicar
se pusiera las manos en la frente
y los codos en la mesa,
sentiría sublevación
de su espíritu en conciencia.
Deberían hacerse cargo,
de todo lo que baja del Cielo,
hombres que fueran de Dios,
que tengan tiempo y dinero.
Pero les falta el Amor
para obedecer al Cielo.
Dios no obliga,
pero te abre caminos
y aparta impedimentos.
Muchos los quieren poner,
ocultándose o al descubierto.
Pero la Fuerza de Dios
presenta tiempo y dinero.
¡Todo verán publicado,
para vergüenza del hombre
y para honra del Cielo!
Tiempo y dinero
le guarda el hombre a Dios,
porque no piensa en el Cielo.
Ni tampoco en el Abismo –Infierno–,
nombre por Dios puesto.
***
Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C7
Invertir tiempo y dinero en la Enseñanza del Cielo,es renta segura.
ResponderEliminarTodo lo que tenemos es de Dios y en Dios hay que emplearlo
ResponderEliminarTodo es por Dios prestado
El aire es de Dios y lo respiramos y ni eso agradecemos los humanos