En Sueño Profético decían:
Cuidar es amar y arropar es abrigar, buscar es interés y aceptar es querer participar en aquello que tú crees que es un bien. Estas palabras y comparaciones son hoy aplicadas a lo que Dios manda del Cielo con sus Palabras, a sus Elegidos, a sus Instrumentos.
Pongamos unas palabras de compañeras a las ya dictadas:
¿Quién querría con Amor (sin interés) a un hijo y no le cuidaría su espíritu y su carne para que Dios estuviera contento y ella más disfrutaba de él? Y ¿quién pudiendo dar abrigo y arropar al que tuviera amor en ropa o en palabras lo dejaría morir por desprecio? A éste no le pertenece usar la palabra Amor a Dios.
Qué palabras más aplastantes: Buscar es interés.
¿Quién desearía saber de esta Gloria y pensado y meditado cambiaría el camino para que no le dijeran de ella, no por él preguntar, es aún más grave, es para que no le hablen de ella? Éste es hipócrita y arrastra condena cuando ya sus pasos no pisen más tierra. ¿Qué podría decirle a Dios si cara a cara Lo viera? Pues este Dios tendría la contestación, pero no llega porque la Mano de Dios separa del Cielo la Tierra. Los que no fue pecado lo que hicieron en la Tierra, los que no vivieron de Él un tiempo apartados son a los que Él saca su Mano y son los que creen que Dios resucitó y que vive en Espíritu y Carne viendo, oyendo y mandando.
Y ya las últimas palabras y últimas compañeras:
¿Quién no aceptaría un bien dándole intimidad como mandado de Dios, que es Mensaje Celestial?
No tiene disculpa el hombre que estudia para derrotar lo que Dios manda a los hombres.
Desperté, oí:
¿Qué dirán los que no quieren que estos Mensajes tenga publicación cuando sientan su carne con una enfermedad cualquiera?
Es para taparse la cara y verse ya con las llamas del fuego de las tinieblas, del abismo, del griterío, que desesperación se llama.
Todo esto es lo mismo, enterrar cuerpo y ya entregar espíritu al Príncipe de los Demonios, que es al que tú has defendido.
Si lo de Dios tú lo callas del Demonio eres amigo.
Y no te extrañe que cuando mueras sigas a su servicio.
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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V
Querer es entregarse y ansiar es buscar. Querer y ansiar a Dios es encontrarlo y entregarse a Él.
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