En Sueño Profético decían:
Sigue el Camino de Dios
y rechaza lo que no vaya de Dios.
No hay peso que pese más,
que el peso que tú te pusiste
cuando tuviste momentos
de quererte retirar
del Camino Verdadero,
que es la Gloria Celestial.
Dijo uno:
Si vieras que te apartaran
del Camino Verdadero,
rechaza todos los bienes
y abraza el sufrimiento,
trayéndote a tu presencia
una estampa del sufrir
que a Dios Le dieron.
El sufrimiento sin Dios,
es cuando es sufrimiento.
Entonces es frío en nieve,
que no encuentras calor
para el frío que te sientes.
Es sediento sin ver agua,
que sabe fijo que muere.
Hay quien tiene un sufrimiento,
y por este sufrimiento
hace que muchos se condenen.
En cambio,
el que está en el Camino de Dios,
va salvando a caminantes
que se apartaron de Dios
porque pusieron su sufrir
como si fuera el más grande.
Desperté, oí:
En el sufrimiento y la sobra de bienes
tienes que ser un buen administrador
para no condenarte.
Que un buen administrador de bienes
puede acarrear a muchos a Dios.
Pero si olvidas al Prójimo,
haces que insulten a Dios
nombrando al hambriento
y al pudiente.
Pues piensa en el sufrimiento
llevando en todo
a Dios delante.
¡Cuánta Enseñanza daría
y cuántos podrían salvarse!
Si vas a perder la Gloria
por la abundancia de bienes,
pídele a Dios sufrimientos
y que sirvan
para que a Él más te acerques.
Santos y Elegidos son
los que su vida la entregan
a la Voluntad
y al Permitir de Dios.
***
Libro 31 - Te Habla el Profeta - Tomo IV - C5
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