miércoles, 9 de noviembre de 2011

Prodigios hechos por el Maestro - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 122-123-124


En Sueño Profético contaban un hecho ocurrido al medio siglo de la Crucifixión de Dios Hombre.

Decía uno:

Yo tenía unos diez años, y mi padre siempre me llevaba con él. Yo puedo decir que era el “trae y lleva” de mi padre. Mi padre compraba y vendía ganado. Siempre, cuando el calor apretaba, hacíamos los viajes de noche, y por largo que fuera el camino, siempre se hacía corto. Mi padre me contaba todo lo que su madre –ésta, mi abuela– le contaba, pues vivió con Dios cuando vivió de Hombre. Me contaba mi padre, que su madre vio prodigios hechos por el Maestro; que un día iba su madre a por leña, y que tres hijos que tenía pequeños los dejó en la choza, pues él ya estaba colocado con el dueño que había tenido su padre. Éste murió dejando a los cuatro chicos. De los tres que dejó, la mayor tenía nueve. Yendo mi abuela cogiendo leña, dice que oyó un vocerío, y de pronto quedó parada cuando vio a un Hombre con gran Luz sobre su cara; de golpe se echó de rodillas y sus lágrimas derramaba, y éstas fueron sus palabras:

–¡Cómo pensaría yo conocerte esta mañana! Ya no me importa morir, porque sé que Tú me mandas para mis hijos comer –esto lo decía en voz alta, pero a Él, su voz, no podía llegar.

Fue el Maestro apartando gente, y cuando a ella llegó, le dijo:

–¡Ve!, que ya tienes en tu choza lo que tus hijos necesitan hasta que terminen de crecer. Mi Padre Me manda aquí, y ya ha hablado con el dueño de la hacienda para que a diario les dé a la viuda y a los hijos lo que de sobra tiene él.

Desperté, oí:

Dios Padre hizo que el dueño le mandara la comida para que fueran creciendo.

El dueño, a Dios amaba, y Dios, que esto sabía, le recordaba los tres, y cuatro con el que él tenía.

Cuando ella fue a su choza, tuvo que entrar apartando los talegos y las bolsas de comida que había mandado el dueño de la hacienda cuando ella de rodillas veía la Luz aquella.

Dios Hijo le habló a ella, y antes hizo que Luz viera.


***

2 comentarios:

  1. Quien confía en Dios ve Prodigios, porque Él nos abraza antes de que le tendamos la mano.

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  2. Cuando se ama se vive la Presencia de Dios, para todo lo que vas a hacer cuentas con Él, y en todo ves su Mano, entonces es cuando ves que abundan los Milagros.

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