lunes, 7 de noviembre de 2011

Un cuarto del día - Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 149-150-151


En Sueño Profético decían:

El tiempo que el hombre le pone a la nada, y el poco tiempo que le pone a lo que es todo.

No hay tiempo más provechoso, que ponerle el tiempo a las cosas eternas, que son las del espíritu. Éstas del espíritu, hay quien pasó su vida sin dedicarle un cuarto del día a la Vida que nunca acaba, a la Vida que espera al justo y al pecador.

Dijo uno:

¡Un cuarto del día! Pero en el curso de una vida de 80 años, mayoría no han dedicado un solo día, en tantos días, a pensar en la Eternidad, a pensar en el que Aquí espera, ve, y te deja. Ve, porque todo está presente en Dios, y Dios está en todas partes. Y te deja, por ser vida de paso, vida de prueba, vida donde Dios ve el que quiere su Gloria.

El hombre no se educa sus sentimientos, por falta de Amor a Dios.

El Amor te hace que primero sean las cosas de Dios, que son las que te dan Vida y Fortaleza, Paz y Firmeza, Seguridad de que otra Vida espera, espera sin aceptar al que a este Dios no quiera.

Desperté, oí:

Mucho se oye hablar al hombre:
¡En la otra vida nos veremos!

Esto se le oye más
al culto y al embustero.

Al culto que cree que hay Dios
y que vive sin quererlo.

Y al mentiroso que vive
mintiendo para que vean
que él cree en este Cielo.

El que ama, nunca dice:
¡Allí luego nos veremos!

Porque luego es ahora,
vivir la Vida del Cielo.

Preferencia a lo de Arriba,
y un pasar a lo del suelo.

Esto es persona que vive
consciente de que hay Cielo,
y que Dios irá juzgando
según tú le hayas hecho.


***

3 comentarios:

  1. La Vida del Cielo comienza ahora.Quien quiere amar, no espera a morir para empezar a hacerlo.

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  2. Es pena que acabe el día y no se le dedica a Dios ni cinco minutos, nos privamos de lo mejor.

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  3. El Misterio de Dios es bien grande! Que todo lo está viendo ,que todo lo sabe,hasta los pensamientos más escondidos,es para pararse a pensar no un cuarto del día si no el día entero en lo que se está "cociendo" dentro de nuestro cuerpo que de meditar de veras en lo que Dios nos está advirtiendo no dábamos paso sin a Dios preguntarle para que lado ponemos el pie.

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