viernes, 31 de agosto de 2012

Dos personajes

En Sueño Profético hablaban de varias cosas diferentes. Lo mismo hablaban de medicina que de Teología, de pecado, de la muerte, de la posición que el hombre busca en la Tierra, de lo material y de lo Divino.

Decían:

Cada persona actúa con otra; cada persona es dos en una: es persona materia y persona espíritu; son dos personas en una; una, a la vista del hombre; otra, invisible al hombre; una, con Vida Eterna; otra, a plazo fijo; la de la vida Eterna sabe que muere cuando quiera; la que la vida la tiene a plazo fijo, no quiere morir y no puede saber cuándo le llega.

Estos dos personajes,
que dos hay y uno queda,
el hombre se ocupa
del que ni en ceniza queda,
del que mucho deseaste
y luego dándote pena,
ni lo cuidas ni lo exhibes
y en un rincón ya lo dejas,
y otro se pone a pensar:
¿Dónde están tus grandes manos?
¿Dónde está tu hábil lengua?
¿Dónde están tus energías
y dónde está tu carrera?
¿Qué haces con tu capital,
que lo guardas y conservas,
sabiendo que otro espera
para vivir el personaje
que ni en ceniza se queda?

Esta es la lucha del hombre,
cuidar lo que en nada queda.

El personaje que dura,
no muere hasta que él quiera,
y sabiendo fecha fija,
aquí duda es que no queda.

Desperté, oí:

El que ama a Dios, sabe que el personaje del espíritu tiene Vida Eterna.

El que quiera saber cuándo el espíritu muere, lo sabe fácil.

Cuando no amas, cuando estás en contra de Dios, cuando no quieres saber nada de su Gloria, aquí está el espíritu muerto.

Que si tú quieres, muerto queda, pero por que tú quieras.

La carne no tiene “quieras”,
a la carne le llega muerte,
a lo feo, a la belleza,
a los meses, a los años,
al siglo que pocos llegan.

Debía de haber un estudio
y premiar al que dijera:
“Se va a premiar en grande
al que olvide la materia”.

Porque cuidando a los dos,
tan sólo espíritu queda.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 153-154-155

jueves, 30 de agosto de 2012

Hay quien sufre porque no tiene sufrimiento

En Sueño Profético decían:

La Alegría y la sonrisa son el distintivo del contacto con Dios.

El que ama a Dios, todo lo recibe con agrado.

Si tuvieran Fe, se ahorrarían muchos problemas.

Hay quien sufre por llevar la contraria a Dios.

Si pensaras que Dios todo Lo maneja, todo se Lo pedías.

Creen poco en Dios, y menos en su Poder.

El que cree en su Poder, le da miedo pensar mal.

Hay quien sufre porque no tiene sufrimiento.

Si pensara en el que sufre, éste no sufría.

Desperté, oí:

El hombre será bueno cuando se dé cuenta de que no es dueño de nada.

El Poder de Dios es tan Grande, que tardaría menos en destruir el mundo, que el hombre en derribar una casita de arena.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 165-166

miércoles, 29 de agosto de 2012

Me gustaba oír decir: “Teresa es desobediente”

En Sueño Profético hablaban de la fuerza del Amor de Dios.

Dijo Teresa de Ávila:

Mucho se habló de este Amor
y se habla,
pero pocos lo sintieron
y lo sienten.
Sentirlo es derramarlo,
derramarlo donde muchos
se llenen de este Amor;
hacer que muchos lo sientan;
darle preferencia a este Amor;
dejar las cosas de la Tierra
por preferir las de Dios;
decir con gesto de paro:
“No hay cosa mayor,
que sentir Amor de Gloria
y hacer servicios a Dios;
dejar lo que más quisiste,
porque antes está tu Dios;
que Dios querrá lo que quieres,
por querer tú antes a Dios.
Esto es sentir el fuego
de las llamas de este Dios”.

¡Qué lástima que la pluma,
del que sea un buen escritor,
no gastara toda la tinta
tan sólo hablando de Dios!

A esto llama perder tiempo
todo el que no ama a Dios.
Yo diría en vez de esto:
¡Tú no has sentido Amor,
tú hablas de Dios muerto,
y por fin das la función!

¡Ay Señor, que bien conozco
al que no Te tiene Amor!

¡Qué mal trato me tuvieron
porque pregoné tu Voz!

Me quisieron aplicar
la ley de desobediencia,
pero yo cumplía la Ley
que el Hijo al Padre respeta.

Aquí pongo las Palabras
que el Hijo cumplió en la Tierra:

“Yo vengo a cumplir lo que mi Padre Me ha mandado. Y el que oiga mis Palabras y las practique, se viene a mi Reino”. 

Si Dios cumplió lo del Padre,
que todo era el mismo Dios,
¡cómo yo iba a faltar
a no pregonar su Voz!

Desperté, oí:

Me gustaba oír decir:
“Teresa es desobediente”.

No hay quien sienta Amor de Aquí,
y por el hombre lo calle.

No hay quien vea a Dios decir,
y diga: “no veo a nadie”.

No hay quien quede en el convento,
sin salirse a la calle,
hablando lo que habla Dios,
que te dice Él que hables.

Si el hombre tuviera Amor,
no te decía que calles.

TERESA DE ÁVILA

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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 195-196-197

martes, 28 de agosto de 2012

Pregunta con Amor

En Sueño Profético hablaban los Discípulos de Dios Hombre. Contaban el sufrir que les entraba cuando el Maestro les recordaba su Ida al Padre.

Dijo Juan:

Un día, cuando todos estábamos atentos a sus Palabras para aprender su Doctrina, llegó un pariente de Pedro y le hizo esta pregunta:

   –El que Te conozca y no quiera tu trato, luego en tu Reino ¿lo vas Tú a querer tener contigo?

Miró el Maestro a Pedro y le dijo:

   –Pedro, bien se ve que mis Palabras cundes.

Y volviendo a mirar al primo, le dijo:

   –Como tu pregunta ha sido con Amor, Yo te contesto para que el que te oiga sepa lo que luego hará mi Padre:

   –Mi Padre me ha mandado para que Yo ame, enseñe y sea Yo amado. Si Yo amo, enseño y no me aman, mi Padre no puede guardarles sitio en su Reino, porque Yo estaré Allí, y si aquí no quieren mi Amistad, Allí la querrían por remedio, pero no por Amor.

   –El que sabe que soy Dios Hijo, enviado de Dios Padre, y mi Amistad desprecia, Allí no me ve, porque de aquí ya va apartado.

   –Puedes cundir mis Palabras, porque son dadas con el Poder de mi Padre. Estas Palabras te dirán que no son tuyas, porque Yo haré que en ellas me vean a Mí.


Desperté, oí:

Todos vimos que la pregunta fue con Amor.

Él ya había contestado en defensa del Maestro, pero quería saber si fue el grande Amor el que le hizo hablar así y estaba ofendiendo a su Enseñanza.

Cuando lo oyó, le confirmó las palabras que él había dicho, aunque sin comparación a las que el Maestro le decía.

Este pariente de Pedro ama más, por oír a Pedro.

Y quería contestar palabras dichas con firmeza, como Pedro contestaba.

Quería saber como Pedro, pero hablaría con más calma.

Estos primos era juntarse, y hablar del Maestro sin que los callara nadie.

Éste a Pedro le decía: “¡Calma, calma, que yo amo!”.     

Que yo lo que sí quiero saber es lo que a ti te está enseñando.

Y una vez que yo lo aprenda, ¡cualquiera me va callando!

El del temple y el del pronto,
tenían el mismo Amor:
Amor que llamas con temple,
y Amor que callar no puedes.

Esto es martillo en la fragua,
que unas veces oyes golpes
y con música trabajan.

Y otras veces martillean,
y no oyes ruido en fragua.

Pero es martillear
a manera que haga falta.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 273-274-275

lunes, 27 de agosto de 2012

Los filósofos de Dios

En Sueño Profético decían:

Hay quien se cree que es bueno porque él mismo se hace su ficha. Yo tenía un  pariente lejano que era un gran escritor. Tenía una literatura que, al leerla, te hacía cambiar. Aunque yo no escribía porque mis principios fueron distintos, a él le gustaba mi amistad, porque comprendía sus palabras y me hacía seguirlo cuando ya terminaba mis faenas. Pues éste decía, que había hombres que se creían buenos porque ellos mismos se hacían su ficha. Decía este talento de inspiración Divina –por su vivir y sus palabras, que todos vieron–, que la filosofía le hacía falta al hombre; que la filosofía te podía hacer hombre bueno; que la filosofía bien pensada te acercaba a Dios; que él había escrito frases, que después de llevarlas al papel, a él le hicieron pensar. Este hombre decía, que si el hombre bueno se ofreciera a Dios, prometiéndole quitar al malo del mal que estaba haciendo, quedaría un número muy reducido de hombres con vida de pecado; que el pecado, cuando se ve perseguido, huye, si el que persigue se encuentra bien preparado. Decía, que la filosofía era la incultura con su apellido: Amor a Dios; que el que a Dios amara, aunque siempre estuviera entre la siembra y la siega, los borregos y las vacas, si en Dios pensaba, ya era el mejor filósofo; que a él le enseñó sus primeras frases un espartero que hacía el trabajo para un molino, y que cada vez que tiraba del esparto haciendo el cosido del capacho, tenía una frase para que te arrepintieras de tu mal hecho. Esto era muy oído en él:

Ni el espartero ni el magistrado
tienen las Llaves del Cielo,
si a pulso no lo han ganado.

¡Qué más da la profesión!,
si del Sol, del aire y la lluvia,
Dios nos hizo dueños a “tos”,
que sin esto no vivía
ni el magistrado ni yo.

Desperté, oí:

Si piensas en las palabras
de algunos grandes filósofos,
son grandes tus pensamientos.

Y si piensas algún pensar
que leas de un literato
que a Dios quiso de verdad,
ya te sientes literato
en tu forma de pensar.

Los filósofos de Dios,
se notan sus frases ya,
porque si lees y piensas,
tienes a Dios que llamar.

Puedes ver si hay filósofos,
en el campo y en alta mar,
porque la filosofía
Dios la tiene que mandar.

Y ya la coge la aldea
o el que viva en la ciudad.

Pero la filosofía
te lleva a Dios amar.

Con una sola palabra,
te puedes ya reformar.

Si lees filosofía,
otros la ficha te harán.


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Libro 6 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 76-77-78

domingo, 26 de agosto de 2012

La carne es fuerte para el pecado y débil para la oración

En Sueño Profético decían:

El no oír al Profeta, le da ventajas al demonio. La carne es fuerte para el pecado y débil para la oración. La oración del Profeta puede servir para curar espíritus. Esta oración es Amor y Obediencia. Esta Enseñanza dada por el mismo Profeta es fácil de aprender. Lo difícil es oír al Profeta. La oración del que ama a Dios, hay veces que no llega a un segundo, recibiendo éste los beneficios. Lo mismo que cuando insultas al Profeta, es como pelota que botas y el rebote le cae a otro. Esto es premio de Dios a la oración, y jugadas del demonio. El que cree al Profeta, ve bien y toma su consejo. Oyendo la Palabra directa de Dios, el que la oye se purifica; por eso el espíritu contrario se encarga de retirar a tantos como pueda del Profeta. Dios permite que el hombre retrase y quiera ocultar el Mensaje. Pero permitir no es querer.

Desperté, oí:

El hombre le impone: "Dios no quiere que se hable de Dios."

Si el hombre pensara que el Mensaje es Dios hablando, vería la barbaridad tan grande que dice mandando a Dios a callar.

Si amaras a Dios, tú Lo conocías, porque Él te hablaba.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 196-197

sábado, 25 de agosto de 2012

Dios hace las cosas a su manera

En Sueño Profético decían:

La mayor Gloria de Dios es que lleguen al hombre sus Hechos y que el hombre los coja como si los contara Dios Hijo.

Dios continúa viviendo entre el hombre y comunicándose a la carne que Él elige, dejando a este espíritu sin mando ni poder. Ya, esta carne, vive en ella otro Espíritu, cumpliéndose las Palabras que Dios dejó dichas antes de entregar su Espíritu al Padre: “...y vendrá mi Espíritu”. Éste no vendría con materia. Él dijo: “...mi Espíritu”. Ya contaba con una carne que el Padre le dijera y Él al Padre le propusiera. Antes propuso y luego mandó. Éste es Dios Padre, al que conocieron como Hijo y Hombre, pero era un solo Espíritu, que a este Espíritu es el que dijo que mandaría. ¿Cómo puede extrañarle a ningún cristiano que Dios hable en una carne, si ya fue anunciado por el mismo Dios Hombre?

Dijo Santiago:

Yendo un día con el Maestro a predicar y a enseñar del Amor al Prójimo, nos emparejamos con unos cuantos carros que iban a la trepa de un cerro a oír al Maestro. Viendo unos que el Maestro y nosotros tirábamos por el monte arriba, se bajó del carro uno e insistió que subiéramos. Fue Matías a aceptar, y rápido dijo el Maestro:

   –Matías, los cinco que se han ido andando delante de nosotros, les ofrecieron carruaje, pero como sitio no había para los ocho que quedábamos, no lo aceptaron y se bajaron. Hoy la predicación es para aprender a amaros los unos a los otros. Si aparecemos sin cansancio, ya no es amor como a ti mismo.      

Quedamos los siete viendo el rostro cansado de los cinco, y volvió a decirnos:

   –Sé que todos estáis viendo la misma visión, porque mi Padre Me lo ha hecho ver a Mí.

Cuando llegamos al sitio, se habían juntado los carros primeros y los segundos; habían hecho un redondel para que la gente que iba a oír al Maestro estuviera resguardada, y facilitarle si algo necesitaban los doce, ya que el Maestro siempre decía: “Hacedlo con mis Discípulos, que es hacerlo con el Maestro”.  

Desperté, oí:

Dios quería que supieran la predicación en el momento que aparecieran los ocho.

Quería que el que enseñaba, practicara la Enseñanza.

Los carros fueron sin ellos, y ruedo allí les hicieron.

Los primeros se bajaron porque Dios iría andando.

Si los primeros aceptan, los segundos no desprecian.

Los primeros despreciaron por lo mucho que amaron.

Los dueños de aquellos carros se miraron asombrados, cuando todos iban andando.

A los dueños de los carros hubo quien les preguntó: ¿cómo se han venido andando?

La contestación fue esta: Dios, cuando hace las cosas, las hace a su manera.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 236-237-238-239

viernes, 24 de agosto de 2012

A Dios no ofendes si de Él te olvidas y te entregas al Prójimo

En Sueño Profético yo decía:

“Señor, yo que antes rezaba más que ahora”.

Dijeron:

¡Claro! El Padre Nuestro es una oración. Pero si el que hizo el Padre Nuestro, te interrumpe la oración para dialogar contigo, tú ya te extasias ante esta Comunicación.

Amando mucho a Dios, es el comienzo que Él te ama. El que ama a Dios, Lo busca sin descanso, y buscando así, encuentra.

Leyendo tus Escritos, si apartas las Comunicaciones Divinas de Dios Nuestro Señor, ves, en la parte material, tu lealtad ante Dios. Esto debía de servir de meditación.  

A Dios no ofendes si de Él te olvidas y te entregas al Prójimo. Con esta entrega, ya Lo alabas y vives su Presencia. Lo demás es filigrana.

Desperté, oí:

Dios te ama tanto, que olvida tus ofensas.

Dios no tiene prisa para juzgarte, pues sabe que esto llega.

Pero sí tiene prisa para que el Mensaje no tuviera tanta demora.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Pag. 120-121

miércoles, 22 de agosto de 2012

Fórmate un camino, con Dios por ahí pasando

En Sueño Profético decían:

Siguiendo a Dios, vas por su Camino, y sin llamarlo te entras en la Gloria, y ya siempre estará Dios contigo. Es peor llamarlo. Es mejor seguirlo, es mejor, por no sufrir el pensar el mal que Le hiciste.

No hay sufrir mayor, que llorar por lo que Dios lloró. Por eso, siguiendo sus Pasos, los tuyos tienen que ser seguros, porque antes Él ha pasado; pasa llamando a las puertas, por si quieren seguir sus Pasos.

Dijo uno:

Dios llama, espera,
perdona y te abraza,
pero ya te deja a ti
que quieras oír Llamada,
y siempre poder decir:
“la voluntad te dejaba”. 

Espera, para que tú no digas:
“prisa me daba”.

Y ya perdona este Dios,
que el abrazo es la entrada
para que vivas en su Reino,
donde ruegos lo esperaban,
donde quisieran que el hombre
siempre volviera a su Casa,
de donde Dios lo envió.

¡Es tan sencillo pisar
donde antes Él haya pisado!

El que ama y busca a Dios,
Dios le pondrá las pisadas
para que jamás se cambien
con otro que allí pisara.

Puede que al poner el pie,
parezca que en fallo anda,
pero si sigue el Camino,
confiando donde anda,
Dios se para sin que tú
supieras que te esperaba.

Esta es la Libertad
que Dios te deja que hagas,
por si quisieras seguirlo
o despreciar su Llamada.

Desperté, oí:

¿Cómo se describiría este Arrobo
y esta Visión si Dios
la hubiera hecho en Arrobo?

Cierra los ojos, cristiano,
y fórmate tú un camino
con Dios por allí pasando.

Si vas detrás de este Dios,
paso, al andar, no dabas.

Y si quedabas delante,
echándole tú la espalda,
¿no crees que el mismo camino,
para ti sería montaña?

¡Es tan difícil decir
este Dios cómo nos ama!

Que siguiendo su Camino,
no tienes que hacer llamada.

Es mejor seguir sus Pasos
donde veas sus Pisadas.

Que Él, como Dios que es,
deja la Huella sellada.

Este Camino sería
Camino de su Llamada.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 260-261-262

martes, 21 de agosto de 2012

Cuando amas, obedeces sin mando

En Sueño Profético decían:

Sin Obediencia, no puedes decir que a Dios amas.

No tener Obediencia, es no aceptar lo que Dios está diciendo.

Hay quien dice que ama, y rechaza lo que le están diciendo que Dios ha dicho.

La Obediencia, más pertenece al Amor que a la creencia. Puedes obedecer por creer, pero no por Amor. Obedecer por Amor, es sin obligación.

Cuando amas, obedeces sin mando.

Cuando amas, el Amor suelta la Obediencia, y la Obediencia descubre el Amor, lo descubre porque es Dios el Descubridor.

Dijo uno:

Si estudias todas las Palabras de Dios Hombre, verás cuántas veces te nombra la Obediencia del Padre:

Dios Padre mandó al Hijo, y el que Lo obedecía, sabía que era el que Lo amaba, una vez que la Obediencia y el amarlo eran con Libertad. Al obedecer, ya amaban y eran suyos. Él sabía el que Lo amaba, más por obedecer, que por decir: “Yo amo al Maestro”. Si decía “yo amo al Maestro”, tenía que ver su Obediencia; si obedecía, sobraba decir: “Yo amo”.

Desperté, oí:

¿Quién puede mejor mandar,
que aquél que Dios le da el Mando?

¿Quién puede mejor saber
lo que hoy es bien,
mañana engaño?

¿Quién te puede retirar
del peligro que no ves,
porque te falta saber
lo que Dios ya ha dicho a aquél
que le ha dicho sin Palabras?

La obediencia sin Amor,
es para cosas de la Tierra,
que el hombre pone su mando
y te exige la obediencia.

Pero cuando es Amor de Dios,
del Cielo y de la Tierra,
tienes que ser obediente,
obediente a su Obediencia.
  
Esto que voy a decir
es obediencia de Tierra:
Si vas a viajar en tren,
en la estación tú lo esperas,
pues si no esperas al tren,
sabes que en tierra te quedas.

Aquí no existe el Amor,
aquí existe la fuerza.

La fuerza, no la de Dios,
porque Dios bien que te espera.

Obedece, que es Amor,
un Amor que no te manda.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 206-207

lunes, 20 de agosto de 2012

Profeta es Dios hablando

En Sueño Profético decían:

Dios coge estas inteligencias para que al estudio del hombre le sea fácil ver el resultado. Estas inteligencias están en tronco y Dios las desbasta, llevando este desbastar a una inteligencia aguda y transparente. Esta inteligencia, antes de su existencia, ya se estaba desbastando, por tener que ser para el Servicio de Él.

Cuando Dios va a utilizar una materia para su Servicio, ya la moldea con gran preferencia, sin poder el hombre encontrarle un fallo.

Si Dios se comunica para la Salvación y perfección del hombre, ¿cómo Él va a ser imperfecto?

El que habla diciendo: “me han dicho que diga”, este es Dios, Profeta.

El que ve y oye de la Gloria de Dios, pero no le dicen: “Ve y di”, aquí no actúa Dios. Te premia y te permite el disfrute de la Gloria, pero tú no eres Profeta.

Despierta, oí:

Un mismo color puede tener varias derivaciones, pero el negro es negro y el blanco es blanco.

Profeta no tiene derivación. Profeta es Dios hablando.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 84-85

domingo, 19 de agosto de 2012

La forma de hacer pecados y querer buscar el Perdón

En Sueño Profético hablaban del pecado y del que no quiere ser perdonado:

El que ya sabe que lo que hace es pecado, y lo sigue haciendo sin remordimiento ni sufrimiento, éste está desafiando a Dios.

Aquí aclara Agustín la forma de hacer pecados y querer buscar el Perdón.

Dijo Agustín:

Cuando empiezas a pecar,
es fijo que a Dios no amas.

Y cuando ya estás pecando
y ves a tantos pecadores,
si tú de pronto te paras
y miras tu carne enferma,
las arrugas en tu cara,
el dinero que no existe
por haber pasado a otra casa,
“los que no hacen pecado”,
que te miran y te maltratan
por ofender a este Dios
que es lo que dura y no acaba,
pues yo te doy por seguro,
que si pecando te paras,
ya eres arrepentido,
y ya el pecado se acaba.

Es más difícil dejar,
cuando están pecando dos
y uno rompe la valla.
El que no quiere seguir,
el pecado le amenaza,
y entonces viene el sufrir.

Tienes que llamar a Dios
con hechos y con palabras.
Lo hechos tienen que ser
que vean vida cambiada;
que lo que tú defendías,
lo juzgues por cosa mala;
y las palabras que sean
confesiones publicadas.

Éste sí es el pecador
que ayer pecó y hoy ama.

Desperté, oí:

Cuando ya no hice pecado,
fue cuando más conocía
donde pecado querían.

¡Es duro el que te crean
cuando siempre hiciste mal!

¡Es sufrir de sufrimiento,
que a Dios tú hagas llorar!

¡Es sufrir sin que comprendan
por qué Dios dejó pecar!

Yo creo que aquél que peca,
si dice “no peco más”,
algo Dios le hará que sienta.

Yo sentí la Voz de Dios
cuando dije: ¿por qué peco?

A esto dio contestación:
“Por ser Dios, que amo y dejo”.

Yo que fui gran pecador,
y después fui perdonado,
te digo, para que aprendas,
que te apartes del pecado.

Es fácil que te retires,
aunque dos haya pecando.

Si tú te paras y piensas:
“Por mí, que nada merezco,
debe de estar Dios llorando”.

Siempre que hagas pecado,
aunque el pecado te diga:
“Yo no soy pecado grave”,
acuérdate de Agustín,
que eso quiso condenarle.

Cuando ya pedí el Perdón,
sentí todo pecado grave.

AGUSTÍN DE MÓNICA

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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 86-87-88

sábado, 18 de agosto de 2012

Vivir con Paz, o sin ella

En Sueño Profético hablaban de vivir con Paz o sin ella. Uno dijo:

Yo presencié dos escenas, y aquí voy a referir:

Yendo un día con el Maestro, y al pasar por una casa de labor, vimos a una mujer con un niño en brazos; otro, en el suelo, se distraía con cuatro pedruscos y un pollillo que su “pío pío” no dejaba. A unos metros había una niña con 10 años escasos que lavaba unas verduras para llevar a vender. Uno de los que venía con nosotros dijo:

   –Maestro, no sé que tiene esta casa, pero yo, aquí, acamparía para siempre, si Tú también te quedaras.

Estando en estas palabras, llegó el marido con dos hijos: uno de 12; otro, 14. Éstos venían de haber terminado la faena, y en el burro y espaldas de ellos, troncos de leña para cocinar y calentarse; pues sus caras eran de frío.

Dijo el padre:

   –¡Mala noche os espera! Aunque no os conozco, si queréis pasar aquí la noche, tenéis comida y cama. En los poyos de la cocina se ponen mantas, ¡y a dormir!

Los cinco chiquillos y la madre, afirmaban:

   –¡Que se queden! ¡Que se queden!

Cuando ya nos quitamos el frío, nos fuimos, y el Maestro les dijo:

   –Para que sepáis quién habéis tenido sentado en los poyos de esta cocina, nunca veréis la zafra sin aceite, y sí veréis abundancia de todo; por más que gastéis, nunca mermará. Aquí hay Paz, porque vuestros espíritus son de mi Padre.

 Al seguir caminando, fuimos a pedir agua en una casa que sólo era matrimonio y una moza. Fue intentar pararnos, y los gritos y maldiciones se oían.

Dijo el Maestro:

   –Yo os quitaré la sed, sin que probéis agua. Aquí os darán agua y sentiréis sed de pecado.

Desperté, oí:

Aquí tienes dos escenas,
una, de vivir con Paz,
otra, sin ella.

Una, quiso Dios quedarse,
porque a Dios tenían en ella.

En la casa de la Paz,
cada uno en su faena,
todos vivían con Dios,
aquí la duda no entra.

Haz que en tu casa haya Paz,
aunque tengas las faenas,
porque si Dios no ve Paz,
las zafras no te las llena.

En la que no había Paz,
Dios no los deja que beban,
porque Dios no puede entrar
donde la Paz no la quieran.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 139-140

viernes, 17 de agosto de 2012

Amor Divino y amor material

En Sueño Profético hablaban del Amor Divino y del amor material. Decían:

El que ama lo material sin amar a Dios, es amor que no vale, es amor que para Dios no cuenta, es amor sin fruto, deseo, egoísmo, amor que tú esperas una renta o amor de distracción; amor que a veces se exhibe poniendo en contra de Dios, porque tú puedes exhibir aquello grande para ti estando en contra de Aquí.

Dijo uno:

Dios da tanta Libertad, que te da la joya, deja que la rompas y no te obliga a que la quieras.

Decía una de una aldea –que ésta era conocida por los refranes–, que el “Amor” no se debía de utilizar nada más que para lo Divino; que la palabra “Amor” era sagrada; que el que a Dios amara, éste sí amaba a todo lo que después viniera; que el hombre usaba esta palabra como el “sí” y el “no”, palabras utilizadas para hacer bien y mal. La palabra “Amor” es palabra Eterna. Amor: carrera que Aquí empieza, que Aquí te dan el título y ahí ejerces; carrera que más te sirve donde empezaste tus primeras letras. Amor: palabra que el que a Dios ama, adora la palabra amando a la materia, cuidando que quede este Amor para enseñanza ahí y adoración a esta Gloria.

Desperté, oí:

Más se preocupa el hombre del amor material –que se acaba–, que del Amor que tú empiezas y no tiene final.

El que ama la materia,
puede decir no amo “na”.

Es caramelo que chupas,
que en boca no queda “na”.

Ruido que oyen oídos,
sin poder justificar.

Pasos que andan tus pies,
que no han servido “pa” “na”.

Agua que echaste en tierra,
sin poder vaso llenar.

Todos éstos son ejemplos
que tú puedes comprobar,
y verás que amor tuviste,
y amor que no quedó en “na”.

Ahora compara este Amor
que tiene la Eternidad,
y verás que nunca muere,
porque Dios se dejó amar.

Utiliza la palabra “amando”,
diciendo “Amor”,
pero piensa en esta Gloria,
que de Aquí sale el Amor.

Si quieres seguir amando
a lo que Dios te enseñó,
no puedes amar a nadie
si antes no amas a Dios.


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Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 36-37-38

jueves, 16 de agosto de 2012

Nombrar a Dios con amor y sin amor

En Sueño Profético hablaban de hablar de Dios, amando a Dios, o hablar de Dios por tener que hablar de Dios:

El que habla de Dios porque hay que hablar de Dios, mayoría de veces peca. A Dios no se debía de nombrar cuando no se amara. A Dios no se le debía de pedir cuando no se amara. El que ofende a Dios con su comportamiento, no debía de nombrar a Dios. El hombre hace uso de Dios, más por negocio que por Amor.

Uno dijo:

Bastantes veces fueron dichas por Dios en la Tierra estas Palabras: “El que llame con Amor a mi Padre, que su Nombre es Dios Hijo y Dios Padre, verá el fruto en su petición, porque Yo sé el que dice Dios mío, amando”.

Estas Palabras fueron oídas por el que Lo amaba, y por el que iba en contra de sus Palabras.

Nombrar a Dios sin Amor, y hacer uso de su Nombre en momentos de apuro, disgusta a Dios y hace daño al que te conoce; hace dos males: si el que oye no ama, no haces que ame y haces que te ofenda. Debía el hombre de nombrar a Dios, cuando amara. Debía el hombre de decir ¡Dios mío!, cuando quisiera ser de Dios. Porque Dios sí quiere ser del hombre, y el hombre no quiere ser para Dios.

Desperté, oí:

El hombre que a Dios no nombra con Amor, no quiere Gloria.

El hombre que usa el Nombre de Dios por negocio, no quiere Gloria.

El que no practica sus Mandamientos, no quiere Gloria.

El que no busca su Palabra y le da abrigo, no es de Dios.

El que le molestan las Leyes de Dios, no es de Dios.

El que con trabajo Lo sigue, Dios lo deja que descanse, apartándolo de su Camino.

El que quiere seguirlo y no puede, Dios va a su encuentro.

El que enseñar quiera, Dios le da Luz, y ya sobran letras.

Dios le da Luz para que enseñe el Amor, que el Amor de Dios se aprende yendo al Prójimo de día, yendo al Prójimo de noche.

Yendo al Prójimo, ya nombras a Dios con grande alegría.

Y en vez de enfadarse Dios, ya dice que eres suyo.

Antes de nombrar a Dios,
ve al Prójimo y Lo llamas,
que te contesta sin voz.

Ésta es la Grande Enseñanza
que en la Tierra nos dejó:

Ir al Prójimo primero,
y luego nombrar a Dios.

El que haga esto siempre,
pregúntale cómo es Dios.

Que tiene a veces que Verlo,
y a veces Oírle Voz.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 86-87-88

miércoles, 15 de agosto de 2012

El bien que se haga debe decirse y el mal tiene que ser escondido

En Sueño Profético decían:

La iniciativa que ella tiene es grandiosa. Ella, en lo de callar, no obedece al hombre; sus palabras y acción nunca son de fracaso; el publicar es lo que tiene que hacer sin descanso; publicar las Comunicaciones para enseñar al espíritu, y publicar la entrega al Prójimo que ella tiene, pues esta enseñanza también hace bastante falta. El que hace bien al Prójimo, debe comunicarse por altavoz. Todo bien que se haga debe decirse, para enseñar al que no sepa. El bien tiene su publicación, y el mal tiene que ser escondido.

Va comparación justa:

El que evitó el crimen, lo dice;
el criminal se esconde.

El que impide el robo, lo refiere;
el que robó, calla.

El que va haciendo bien,
el bien lo lleva en la cara.

¿Para qué tanto tapar
aquello que no se tapa?,
que por mucho que tú tapes,
mucho más Dios lo destapa.

Hay personas que no corren
como no sientan el grito:
¡que tu hacienda ardiendo está!,
y ya, si no se ha quemado,
no se quemará jamás,
porque él tendrá cuidado
de poner para evitar
todo lo que suelte chispas
que la pudiera quemar.

Desperté, oí:

Puede que tus buenas obras muevan al que nunca las hizo.

Puede que quien al Prójimo despreció, viendo hacer el bien, hoy siente al Prójimo en su mesa.

Puede que viendo hacer el bien, ya no hagas el mal.

Puede que hoy ya empieces a hacer el bien que ayer no hiciste.

Puede que busques al que vive amando al Prójimo, para que te enseñe a que tú también lo ames.

Puede que viendo hacer mucho bien, de hacer mal te olvides.

Si haces el bien, no lo calles, que a Dios no le gusta aquí el silencio.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 51-52-53

martes, 14 de agosto de 2012

Dios no dejará de hablar, tú sí

En Sueño Profético decían:

La resistencia del hombre es en no querer aceptar que Dios habla todos los días. Si Dios hablara una vez al día, no era Dios. Dios está constantemente hablando al hombre, pero el hombre no ama y no entiende el Lenguaje de Dios. El Profeta es para enseñarte su Lenguaje, pero este Lenguaje, antes de entenderlo, tienes que amar. Dios coge un Lugar para que el hombre Lo vea. Si aquí ya no quiere verlo ni oírlo, él solo ha elegido su sitio.

El que ama a Dios, no se extraña de nada que le digan que viene de Dios. Dios no puede tener comparación con nada de lo que haga. ¡Qué absurdo fue el que pensó, en su Venida, que no podía ser Dios Hombre porque nunca había venido! Sólo pensar esto, ya es no creer en el Poder de Dios. Si tú crees con firmeza en Dios, tú ves donde habla Dios. En este Lugar que Él coge, siempre encontrarás la Paz, Paz que te inquieta a que hables de Él, por ser Él el que te inquieta.

Desperté, oí:

El que ama a Dios, se inquieta, para hacer que muchos se inquieten.

Y el que no Lo ama, divulga: “Es imposible su Comunicación al hombre”.

A éste que no ama, le da horror pensar que Dios exista.

Y su ignorancia le hace creer que derrota al Portavoz.

Si te dicen que Dios habla, justificas que ayer habló.

Dios no dejará de hablar, tú sí.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 147-148

lunes, 13 de agosto de 2012

Inocencia de Dios

En Sueño Profético vi que jugaban unos niños. Y uno dijo:

Estos niños, aún tienen la Inocencia de Dios y la alegría de la Gloria. Si la inocencia les dura, siguen viviendo Gloria.

Esta inocencia se ensucia
con la maldad del hombre,
con la avaricia, con la injusticia,
con la falta de recato,
con la ira y la soberbia.

Todo esto va pasando
al espíritu del niño,
y ya el niño va quedando
en el lugar del mayor
que a pecar lo fue enseñando.

¡Aunque el hombre aquí no dice,
esto es hacer pecados!

Esta enseñanza es de gente
que nunca ha amado.

Debía el hombre al pecar
en todo lo que he nombrado,
acordarse de los niños
y dejar todo anulado,
pensando: Dios no lo quiere
que el niño sea enseñado
para que coja malicia
y caiga en el pecado,
y en vez de parar el mal,
el mal se vaya agrandando.

Esto es soplar el fuego
en vez del fuego apagarlo,
echar el agua en el cubo
cuando ya está rebosando.

Desperté, oí:

El hombre tiene que amar,
para corregir al niño
de que nada haga mal.

El hombre que al niño lleva
por el camino sin Dios,
verá normal la injusticia,
la ira y condenación,
porque verá tan normal
lo que de niño vivió.

En cambio, el que es cristiano
y enseña lo que Él mandó,
éste vive la inocencia
aunque sea un hombre mayor.

Decir es inocente,
ya se dice, es de Dios,
porque no hacer pecados
es niño siendo mayor.

La inocencia es de hombres,
por ser Inocente Dios.

Ama y enseña al niño
a la Inocencia de Dios.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 126-127-128

domingo, 12 de agosto de 2012

Todo lo material te cansa

En Sueño Profético decían:

Todo lo material te cansa: te cansan las pasiones; te cansan los manjares; te cansa el dinero; éste te cansa menos, y sin cansarte, llega un momento que necesitas muy poco, y ya tienes que dejar que otro corra con esta suerte, suerte que mayoría de veces no es suerte, es enemigo del espíritu.

Todas las riquezas de la Tierra, tiene el hombre que estar preparado para saber estar con ellas: venero que da agua fresca y clara y que su agua puede estar contaminada. Aquí es el químico el que está preparado para andar con esta agua, que a pesar de su frescor y claridad, mata la carne. Pero es peor, sin comparación, los enemigos del espíritu.

Cuando el espíritu es al servicio de Dios, nunca te cansa nada que sea al servicio de esta Gloria; el cansar es cambiado por satisfacciones; todo lo ves grandioso, con alegría para un mañana para ti, para Dios es para un hoy.

Lo Divino es ansiedad, ansiedad de tener contento al que todo te lo puede dar.

Viviendo ahí vida espiritual, ya, los de Aquí de la Gloria, contigo quieren amistad.

Desperté, oí:

Todo lo que hay ahí, Aquí no puede venir.

Si te tasa el tasador tu brillante es el mejor, contigo Aquí no viene.

Si tu hacienda tuviera las hectáreas por millones, contigo Aquí no viene.

Si tu cargo fue en la Tierra el sitio de más mandar, contigo Aquí no viene.

Si tú amaste a Dios y todo por Él lo hiciste, esto, contigo sí viene.

Si en el Prójimo viviste por contestar a este Dios, esto, contigo sí viene.

Si el recato lo guardaste por ser Amigo de Dios, esto, contigo sí viene.

Si Aquí quieres venir, cuida lo que puedas entrar Aquí.

Entrarlo y presentarlo al que te puede decir: “Ya Me harás tus servicios, como Teresa, Agustín, y todos los de mi Reino, que Viven Conmigo Aquí”.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 194-195

sábado, 11 de agosto de 2012

Sentir la caridad

En Sueño Profético hablaban de la caridad. Decían:

Para tener caridad, tienes que sentir la Llamada de Dios. Esta Llamada la sientes cuando ames a Dios.

Dijo Juan:

Yo sentía la llamada
cuando, a veces, estaba yo
ya "cansao" y sin fuerzas
para emprender más labor.

Pero alguien me decía:
“Juan, vengo de ver a un enfermo,
y dice que sabe cierto
que cuando tú te enteres,
tú le llevas alimento”.

¡No sabes cuánto me ha "encargao"
que hoy mismo te quedaras "enterao"!

Ya sentía la llamada
que mi Amor me hacía sentir,
y una fuerza aún más fuerza
me empujaba al oír:
“En el enfermo y el pobre,
piensa que Yo estoy allí”
.

Ya, con esto que sentía,
me presentaba yo allí,
y ya no veía al enfermo
que me pudiera pedir,
veía que era Dios
el que me quería allí.

Por eso la caridad,
tú la tienes que sentir.

Desperté, oí:

Bien dice Juan de Dios,
que la tienes que sentir.

Pues si haces caridad
por lo que puedan decir,
pronto verán que no tienes
la caridad que hay que sentir.

Cuando haces caridad,
por querer servir a Dios,
cada día tú tendrás
esta caridad mayor.

En la caridad que tú sientes,
cuando esta caridad es por amar,
cada día ves a Dios
donde tú das caridad.

El copiar a Juan de Dios,
es muy fácil de copiar,
cuando te entregues al Prójimo
porque Dios te espera ya.

JUAN DE DIOS


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 135-136-137

viernes, 10 de agosto de 2012

Los corderos: símbolo de la Palabra de Dios

En Sueño Profético decían:

“Nunca sabrán los corderos el camino que el pastor va a coger cuando amanezca el día”.

Este símbolo fue puesto varias veces por Dios Hombre.

Dijo uno:

El Maestro nos hablaba muchas veces delante de los borregos; éstos disfrutaban de la Presencia del Maestro mientras nos explicaba.

Un día dijo:

   –Contad los corderos, y cuando me digáis el número de cabezas, Yo os hablaré lo que ya tengo preparado para que sigáis mi Enseñanza.

Fueron todos a contarlos, y no era posible por tener que continuar caminando, y la cantidad era grande.

Ya viendo el Maestro el deseo que todos tenían de servirlo, y no podían alcanzarlo, rápido dijo el Maestro a uno:

   –Ve a aquel ribazo y pregúntale al pastor, que de momento te dirá las que tiene. Y si alguna le faltara, ya lo sabrá cuando de noche las guarde, por formar parte la vida del pastor de sus corderos.

Ya llegó uno y le dijo:

   –Maestro, 150 borregos aquí tiene –y señaló con el brazo el manchón.

Ya coge Dios Hombre la Palabra:

   –Estos corderos tienen confianza en su pastor, y a sabiendas siguen los pasos del pastor; a sabiendas de que el pastor los llevará donde mejor pasten y el camino sea menos duro, por formar el pastor parte del rebaño.

   –Si estos corderos no confían en el dueño, no siguen al pastor, y si no lo siguen, ¿puede él cuidar tantos corderos, cuando cada uno cogiera camino diferente? Todo es unido por el amor y la obediencia; con amor del pastor, y con obediencia de los corderos.

   –Un solo pastor puede con cientos de ovejas. Si estas ovejas un día tuvieran que hacer caminos diferentes a los que ayer no hicieron, también seguirían al pastor, por ser el pastor el que las guía, tan sólo para que pasten. Si ellas siguen al pastor, hay rebaño. Pero si el pastor sigue al rebaño, se acaba que pasten los corderos, por quedarse sin pastor.


Desperté, oí:

Los corderos: símbolo de la Palabra de Dios.

Cuando el Maestro cogía la Palabra delante de los corderos, había veces que quedaban todas con sus manos delanteras dando calor a su pecho.

Todas quedaban mirando,
sin prisa y sin balada.

Todas quedaban juntitas,
cabezas metidas en lana.

Cuando ya se iba el Maestro,
los despedía la balada.     


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 167-168-169

jueves, 9 de agosto de 2012

El vaquero

En Sueño Profético vi muchos árboles, y un fuerte aire les hacía doblarse. Había un hombre con unas vacas, y sujetándose su pellizón porque el aire se lo arrancaba, se agachó y se amparó en unas grandes piedras.

Y dijo uno:

Este mismo cuadro lo vi yo, y ahora cuento la lección que me dio este vaquero:

Pasaba yo en el mismo momento de ocurrir este vendaval. Yo era dueño de aquel caserío, y como capricho cogí un caballo y quise cabalgar después de hacer mi buen almuerzo. Mi cuerpo lo llevaba bastante descansado, mi cabeza sin preocupación porque dinero me sobraba, y los terrenos me ganaban más cada año por ser la gente buena, y estar siempre mimando la tierra.

Cuando empezó el vendaval me puse con desafío, sin querer, mirando al Cielo, y cambié el camino yendo a buen paso ligero, pero el aire era mayor y me paré donde el vaquero. Fue verme y ponerse de pie, y decir estas palabras:

–Dios no deje a usted, que Dios siempre vaya en su compaña.

Esto sin dejar las manos de sus ropajes viejos y sucios, por la suciedad del campo. Pues el fuerte aire los despegaba de su cuerpo; Yo me bajé del caballo, ¡no por hacer cumplimiento!, me bajé porque caía a los empujones del fuerte viento. Con cara de darme algo, me dijo:

–¿Por qué no se mete aquí en esta cueva, hasta que pase este viento? ¡Ande, haga caso de mi!, hasta que vea el árbol derecho. He metido las terneras porque les veía miedo, y me he quedado con las madres porque no cabían dentro, pero también han temblado, y también les note miedo, pero como no cabían, yo no podía estar dentro; Aquí estoy pidiendo a Dios y ya me está respondiendo. Parece que se ha echado el aire, o es que yo ya no lo veo.

Fue mirar a la arboleda, y troncos todos derechos. Este vaquero me hizo pensar que yo no era bueno. Y gracias que yo lo vi, para que yo reformara lo fácil que era vivir haciendo la caridad, aunque fuera entre las vacas.

Desperté, oí:

El dueño de los terrenos,
de las vacas y la arboleda,
se llenó de poderío
y a Dios quiso pedir cuentas.

Había cogido el caballo
con orgullo del que vive
al mundo atropellando.

Cuando Dios dijo a la calma:
“Alboroto de huracán
lo siga por donde vaya”.    

Aquí no podía enfrentarse,
cuando vio que los grandes árboles
eran como arrodillarse.

Aquí le entró el miedo,
sin él poder remediarlo.

Pero el “¡Perdón, Dios mío!”,
fue cuando vio al vaquero
amparándose en las piedras
y “resguardaos” los terneros.

Y queriendo no dejar a las vacas,
aunque él no era el dueño.

El dueño era el que fue
galopando y ofendiendo.

Que luego se hizo santo,
cuando le habló el vaquero.

Porque el vaquero tenía
al Prójimo en los terneros.

Primero acudid al débil,
y Dios como te está viendo,
Él no te mete en la cueva,
te deja al raso y con techo.


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Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 198-199-200-201

miércoles, 8 de agosto de 2012

El espíritu aprende antes lo malo que lo bueno

En Sueño Profético hablaban del espíritu. Decían:

El espíritu aprende antes lo malo que lo bueno. Razones: la materia va arrinconando todo lo que a Dios le agrada, haciendo ver que, el que ama a Dios y está pendiente del Mensaje de Dios, es un retrógrado. Esta palabra no va dicha en el que ame a Dios. El que ama, no tiene movimiento las Palabras dichas por Dios Padre a Dios Hijo. Dios Padre mandó al Hijo para que enseñara a que se amaran, y este Amor les daría la Paz. Estas Palabras no pueden tener reforma por el hombre.

Desperté, oí:

Dios Hijo recordó las Palabras que el Padre, a Él, había encomendado.

Él cumplió la Voluntad del Padre, y dicho dejó: “Amaos como Yo os he amado. Yo voy al Padre, y si vosotros os amáis, entraréis en mi Reino”.       

Si no practicas el Amor, la Paz y la Caridad, tú no puedes entrar en su Reino.

La Gloria de Dios es Paz, y la Paz de Dios es Gloria.

Esta Gloria no modifica.

Esta Gloria no puede cambiar la humildad por la vanidad, la paciencia por la ira, amar al Prójimo por el desprecio a este Prójimo, y el recato por el desnudismo.

Cambiar esto, es haber sólo Infierno.

E Infierno sin Dios, no puede ser.

Puede ser Gloria sin Infierno, pero sería Dios sin Libertad, y ya no era este Inmenso Dios.

Si Dios prohibiera la condenación, no era Dios, era un hombre.

Y ya no había persecución.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 118-119

martes, 7 de agosto de 2012

La serenidad y la Paz, derrota a los espíritus del mal

En Sueño Profético decían:

Los espíritus del mal buscan el triunfo para robar la Paz. La serenidad y la Paz los derrota.

Dijo uno:

No hubo más polémicas, que cuando Dios vivió de Hombre. Si no hubiera sido Dios, no Lo persiguen, no Lo insultan y no hay fariseos ni hipócritas para Él. Pero los espíritus del mal Lo perseguían, porque Dios los dejaba para que fueran conocidos. Los dejó hasta que los vieron hacer el crimen en el mismo Dios. Éstos, hoy, no están en su Gloria, y Dios sigue siendo el mismo Dios, el mismo que no perdona al que dé crucifixión.

Dijo otro:

Los Discípulos, más sufrían, cuando veían al Maestro y ellos tenían que guardar silencio, que este silencio Él decía que era escándalo. Varias veces dijo:

“No hay escándalo mayor, que el callar de un inocente. Guardad la Paz, que nunca os separéis de Mí y Yo esté entre vosotros. Así es como lo manda mi Padre. Ya, mi Padre en Mí, reparte la Paz. No dejéis la Paz, que Yo seré Dios por los siglos sin fin”.

Desperté, oí:

No hay prueba mayor de Confianza en Dios, que practicar la Paz.

La Paz te quitará oscuridades.

Con la Paz, ya te confías, y arreglo vendrá del Cielo.

Los espíritus del mal van buscando los triunfos para Paz alborotar.

Todo el que cree y ama, vive confiado en Dios.

Y ve pasar injusticia con el triunfo de Dios.

El hombre hace injusticia olvidándose de Dios.

Y Dios le paga injusticia dándole condenación.

Que antes de que suelten materia, ya están apartados por Dios.

Sigue viviendo su Paz, y ya obedeces a Dios.

Que el callar de un inocente es escándalo mayor.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 151-152-153

lunes, 6 de agosto de 2012

No digas a Dios que calle

En Sueño Profético decían:

No hay quien quiera saber si esto es verdad, lea los Escritos, y diga que esto es mentira.

No hay quien crea en Dios y dude de lo que Él haga.

No hay quien vea bien el silencio en el Mensaje, si demuestra que a Dios ama.

No es consejo que a Dios agrade, el hablar Él, y el hombre mandar que calle.

El pensar tan sólo esto, ves que no es consejo de Dios.

Estas Comunicaciones son para enseñar a vivir con Dios ahí, para que el hombre vea que vive Dios, que Dios espera, para que el hombre piense lo que no debía dejar de pensar:

Si no amo al hombre,
no me puede amar Dios.

Si no busco a Dios en el afligido,
¿cómo demuestro el Amor?,
¿cómo decir: “Dios, te quiero”,
por saber que Tú eres Dios?,
¿cómo presentarse al Padre
sin cumplir lo que mandó?,
¿cómo decir “soy cristiano”,
sin querer oír su Voz?

Todo esto que ya digo,
si lo cumples, hay Amor,
y el pensar siempre estará
pensando contentar a Dios.

¿Cómo vas a decir calla,
al que te traiga razón
de Dios hablando en su Gloria
por salvar al pecador!

Aquél que ponga silencio
a esta Gran Palabra de Dios,
que no diga “yo lo amo”,
“yo quiero saber de Dios”;
estas palabras están
fuera del trazado de Dios.

El trazado de Dios es Amor sin fin,
y cuando Dios hable en un Lugar,
procura que muchos oigan,
procura que muchos gocen,
y procura que muchos se salven,
yendo a la Gloria de Dios.

No aconsejes a Dios diciendo que calle,
que te da contestación.

Desperté, oí:

¿Tú has pensado lo que dices,
diciendo a Dios que calle?

¿Tú puedes decir “yo amo”,
y de Dios que no me hablen?

Aquí la razón no da,
porque sería negarse
la razón al pronunciar. 

No hay quien ame y, amando,
ya no quiera que Amor le hable.

Porque en amando a este Dios,
su Palabra va a buscarte.

¿Cómo tú decir: “No, Dios,
es mejor sin que me hables”?

Si en lo material le pones
silencio a un personaje,
el personaje verá
la forma de encarcelarte.

Pues si Dios es Poderoso,
¿quién eres para callarle?

En eso se conoció,
cuando Dios vivió de Hombre,
el que mandaba callarlo,
mandó el crucificarle.

Si te dicen que habla Dios,
nunca mandes que se calle,
porque Dios le habla a uno
“pa” que publique el Mensaje.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 20-21-22

domingo, 5 de agosto de 2012

Si Dios dejara la Gloria con mando del hombre, todo sería Infierno

En Sueño Profético decían:

Debía el hombre de recopilar todo lo que hay escrito de Elegidos por Dios, y comparar con estas Comunicaciones; es el mismo Lenguaje de Dios, pero no esta abundancia.

Estas Comunicaciones son como el día y la noche: todos los días hay día, y todas las noches hay noche. Esto, hasta que Dios quiera, estará ocurriendo. El que quiera, que lo busque, y verá que es de Aquí. Y el que lo persiga, ¿cómo crees cristiano, que pueda estar con Dios? Perseguir estos Escritos es perseguir la Gloria. Perseguir estas Palabras dictadas por Dios, es condenar la inocencia de un niño, que fue lo que Le hicieron a Dios. Estos Dictados son Comunicación de vidas sin materia, que habitan con Dios y Dios manda que enseñen para que tengan continuidad de vida con materia y pasen a Vida sólo de espíritu. Esto, sin esta Enseñanza que Dios siempre tiene –aunque no en esta abundancia–, acabaría el hombre por negar la Existencia de este Dios Único. Estos Libros, leas por donde leas, ves a Dios hablando. Censurar estos Dictados es estar lejos de Dios, es no tener idea del Poder de Dios, es vivir engañando y querer engañar a Dios. Estos Libros descubren la ira, inutilizan al “no quiero”, y se abrazan los que aman.

Dios arroba con puertas cerradas, con guardias que pusieran y con el “no quiero” del hombre. Dios tiene Gloria, por no mandar el hombre. Si Dios dejara la Gloria con mando del hombre, como lo deja en la Tierra, todo sería Infierno, porque el que más poder tuviera, mandaba destruir la Gloria.

Desperté, oí:

Poco dice Dios en Gloria
para el que tanto persigue.

¡Qué firmeza de Poder
manda "pa" que lea el hombre!

Si el hombre mandara en Gloria,
la Gloria no existiría.

Existiría el Infierno,
y doble Infierno se haría.

El hombre, si cree en Dios,
acepta lo que Dios diga.

Lo que no puede creer,
es diciendo: “todo es mentira”.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 132-133-134

sábado, 4 de agosto de 2012

Los dos caminos

En Sueño Profético vi un camino y dos hombres. Éstos caminaban con paso seguro; se paraban y seguían hablando. Este camino era recto.

Y uno dijo:

¡Qué seguridad da andar por camino llano!

Se vio otro camino y caminaba la gente con barullo, con ansiedad de terminarlo. Iba la gente buscando otro camino, y ya se veían cansados. Este camino tenía grandes zigzag, tenía grandes pedruscos, y el camino pasaba por un monte. Y duda no hay que pensar: que si el camino sube al monte, el monte tienes que bajar.

Dijo uno que no iba por ningún camino:

Los dos caminos tiene el hombre para pasar; los dos caminos que simbolizan: Vida con Paz o vida de inquietud; vida que en tu caminar, a Dios pones a tu lado, y ya el camino es llano.

Estos dos hombres primeros,
sienten a Dios a su lado,
y a Dios Lo ponen en medio;
van caminado tranquilos,
sin preocuparse del cerro,
ni del barullo que llevan,
porque Dios ya va con ellos.

Estos hombres son de Dios,
y confían en lo Eterno,
y por eso se han dejado
aquel camino embustero.

Es camino trabajoso,
camino yendo por cerro,
camino con ansiedad,
sin llevar a Dios con ellos.

Dios te deja dos caminos,
uno es malo y otro es bueno.

Todos los de este camino
–y otra vez lo vi,
el camino de pedruscos lleno–,
sufren por buscar sufrir:
¡Ahora aquí! ¡Ahora allí!
Un vivir tan trabajoso,
que alborota el vivir.

¡Con lo sencillo que vive
el que a Dios quiere sentir!

Desperté, oí:

Dios te da la explicación
con su Poder y su Mando,
viendo y sintiendo voz.

En la Gloria,
te hace caminos firmes,
donde suelo no hay.

En la Tierra,
te hace Gloria,
donde nadie Gloria ve.

¿Quién diría que los caminos
no eran montañas firmes?

¿Quién diría que la gente
era materia invisible?

Invisible porque eran
espíritus que Dios coge
para que Allí Le sirvieran.

Espíritus que Dios dice:
“Te voy a poner materia,
como el cuerpo que lo viste
el hombre con grandes telas”.

     
Dios no necesita al hombre,
que le empreste su materia,
porque Dios con su Poder,
Aquí coge y allí suelta.

Los dos caminos no estaban,
ni Aquí vive la materia,
pero Dios para explicar
te forma un mundo de piedra.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pag. 135-136-137

viernes, 3 de agosto de 2012

La delicaleza no es para la carne, sino para el espíritu

En Sueño Profético decían:

El que busca al que Dios le habla por curiosidad, éste no ama a Dios. Cuando se ama, se busca al amado, por amor. Cuando no se ama, se busca por argumento, pero este argumento, a veces, da dolor de cabeza.

Dios se manifiesta tan sencillo, que no hace falta intérprete, ni que seas literato.

Enfada a Dios el que escucha el Mensaje y no lo oye, y el que lo oye sin divulgarlo. Pero más descontenta a Dios el que tiene al Profeta sin aprovecharlo. Éste, quiere a Dios, llama a Dios, pero no quiere contacto con Dios.

Se ha hablado tanto del Dios Muerto y tan poco del Dios Vivo, que da miedo de su Existencia.

Si tú no existes, Existe Dios. Si Dios no Existe, no existes tú.

Desperté, oí:

La persona que hace uso de la delicadeza, alaba a Dios.

La delicadeza no es para la carne, sino para el espíritu.

Ésta, pocos saben emplearla en su momento.

El mérito de José, el Patriarca, no fue por aceptar, fue en la forma en que aceptó.


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Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - Pag. 168

jueves, 2 de agosto de 2012

No hay Amor más grande

En Sueño Profético decían:

No hay Amor más grande,
que ames porque amar quieras.

No hay Amor más grande,
que ames y más amar quieras.

No hay quien ame a Dios
y a otro amor prefiera.

Ya digo quién soy yo,
aunque ves que soy Teresa.
Es mi forma de expresar,
"pa" que tú también aprendas
a querer amando tanto,
y el empiezo ahí en la Tierra
tienes que ir ensayando,
aunque el hombre no comprenda.
No comprende, porque tiene
que amar sin tener pereza,
y dejar, cuando le digan:
“esto es cosa de la Tierra,
que pasa antes que llega,
porque todo es cosa hueca,
es cosa que el hombre pone
en sitio de preferencia,
porque no siente este Amor
que Dios quiere que todos sientan”.

Este Amor tiene el empiezo
obedeciendo y buscando.
Obedeciendo primero
lo que Dios tiene mandado:
caridad al afligido,
y oír y secar el llanto
con tu buen comportamiento,
porque Dios tiene enseñado
que vestirás al desnudo
y comida al desmayado.
Ya, si empiezas a hacer esto,
empiezas también a amarlo.

Desperté, oí:

¿Ves qué sencillo es amar
y saber que Dios te está amando?

Porque Él te amaba ya,
pero tú no querías amarlo
cuando no obedecías
lo que Él te había enseñado.

Yo, cuando oigo decir:
“Dios eligió allí o allá”,
tengo que decir palabras,
sin ver quien pueda enfadar.

Si el hombre supiera fijo
lo que quiere decir “Dios”,
sufriría si pensara
por qué no elige a todos.

Este Dios te ama y sufre;
este Dios sufre y te ama;
este Dios deja que tengas
en olvido sus Palabras.

¿Por qué no pruebas a amar,
amar amándolo tanto,
que se crean que este Dios
a ti también te está hablando?

Cuando sientas este Amor,
de Teresa irás hablando,
y verán que este Amor,
locura va despertando.

Locura que tuve ahí,
y Aquí la sigo enseñando.

TERESA DE ÁVILA

Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 206-207-208

miércoles, 1 de agosto de 2012

Cuando Dios elige, es Él el que actúa

En Sueño Profético decían:

Dios cuando elige, premia o manda, es Él el que actúa. Elige porque antes amaron sólo a Él, pero en muchos. Estos muchos son el Prójimo. Premia dando Poder en hacer prodigios, que Dios hace y deja que vean al Elegido. Y manda, pero en el mandar va Él y allí actúa.

Dijo uno de sus Discípulos:

Un día estábamos todos con el Maestro y llegó una mujer, y dirigiéndose a Él le dijo:

   –Vengo a que vengas conmigo. Tengo un hijo bastante enfermo, y me han hablado de que has curado a muchos.

Miró el Maestro a Simón y le dijo:

   –Ve en el Nombre de mi Padre y visita al enfermo, y que retiren todo lo que el hombre le haya mandado.

Quedó la mujer no contenta y le dijo al Maestro:

   –Yo quiero que seas Tú el que lo visites.

Se puso el Maestro de pie, y con Palabras de Dios Padre, dichas por el Hijo, le dijo:

   –Tú vienes porque quieres curar a tu hijo, pero no porque soy Dios. Si tú vienes sabiendo soy Dios, no dudas de que mis Palabras lleve al que yo se las dé, lo mismo que mi Padre a Mí me las da. No has venido a ver a Dios, y antes de que a tu casa llegues, verán allí a tu hijo curado, sin que nadie lleve mis Palabras.

Desperté, oí:

La madre fue como madre que busca la curación de la carne, cúrela el que la cure.

Si ama, sabe que es Dios, y lo busca como Refugio del espíritu de su hijo y como bálsamo de la carne.

Ella fue sin creer en su Poder y sin tenerle obediencia.

Ya con que el Maestro dijera: “Simón, ve”, era ir Él.

Tienes que amar antes de ir a pedir, y ya, cuando llegues, te será concedida la petición.

Dios mandó sus Palabras sin que nadie las llevara.

Cuando la madre fue, ya habían llegado sus Palabras.

El hijo la recibió curado y con estas Palabras:

“Simón, ve en el Nombre de mi Padre”.

Las Palabras no necesitaban a Simón.

Dios quería que allí reverenciaran a Simón.

Busca a Dios con Amor, y ten seguro que lo conocerás.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 230-231-232