En Sueño Profético decían:
El alfarero es la profesión que pone más paz, más amor y más paciencia a su trabajo. El alfarero, pocos no llevan dentro de ellos algo que a Dios mande Glorias.
Terminaron estas palabras y se vio un hombre que, en un sitio como una mesa alargada –pero que no era mesa–, daba forma a unos cacharros, sin dibujo que le guiara las manos a las formas que él quería que presentara el cacharro.
El horno estaba fuera de donde él hacía el trabajo, porque el horno sólo hacía cocer barro.
Siguió la misma voz diciendo:
Yo me venía –en mis ratos sin trabajo– aquí, a buscar la Paz viendo trabajar al alfarero.
Me hacía dar unos pasos para quitarme del cuerpo aquello que él no tenía, que era alboroto por dentro.
Este hombre –y otra vez se vieron sus manos, y cacharros por el suelo que no tenía ladrillos, que era terrizo, que sólo podías barrerlo–, él decía:
“Es Amor a Dios lo que necesita el barro. Y ya del barro, al Mando de Dios, mis manos hacen cacharros. Si el barro tratas sin Amor, salen feos los cacharros y se quedan en el suelo cuando llegan al mercado”.
Es Dios el que lo hace todo, lo fácil y lo difícil, y no le da importancia.
Desperté, oí:
Este alfarero de Dios,
como el pueblo lo llamaba,
mientras moldeaba el barro,
de Dios siempre te hablaba:
“¿Qué será más difícil:
que yo haga el cacharro,
o que veas caer la lluvia
que hacía arriba se han llevado?”.
“El hombre dice las nubes.
Yo digo: “es de Dios Mando”.
“¿Qué es la nube
para que suba el agua
y luego caiga la gota,
cada una,
en el sitio que la aguardan?”.
“¿Tú has visto
llover en el suelo seco,
en el empiezo de la lluvia,
un dibujo tan perfecto?”.
“Podría caer la lluvia
como cántaro que rompes,
y esto sería bien poco
para lo que la lluvia recoge”.
Piensa en este alfarero,
y todo lo que tú hagas
ya ves que viene del Cielo.
***
Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - C4
Todo lo que se hace con Amor bien hecho está, porque lleva el Sello de Dios y a Él alaba.
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