En Sueño Profético decían:
El que piensa en Dios, siempre Lo tendrá presente. El que piensa en Dios, no puede hacer ciertas cosas que hace el que vive ausente. El que piensa en Dios, es su actuación diferente. Hay más que Lo nombran y no piensan en Él.
Dijo uno:
Hay profesiones en el hombre, que si en Dios pensaran, cuando llegara su muerte, no tendrían que pedir Perdón.
Un tío mío tenía una tienda de alimentos necesarios para el vivir de la materia. Esta tienda estaba en las afueras del pueblo, donde más necesidades había por haber pocas viviendas y mucha gente viviendo. Era gente necesitada, pero buena. Más tiendas tenía mi tío en mejores sitios del pueblo, pero decía que la que tenía en el barrio más pobre era la que más le gustaba, porque sus clientes lo llevarían al Cielo. Les hacía el peso justo, pero antes de liar echaba un puñado de más y decía: “Éste para Dios, que está delante”. Medía el aceite y, antes de volcar la medida, de rebose ponía tres dedos en la botella. Pesaba los embutidos y decía: “No corto, que puede que llegue a herirme. ¡Que más da que el peso corra, si yo voy a dar de más!”. Si le llegaban llorando, enfermos o sin jornal, sacaba un lápiz sin punta y lo volvía a guardar: “Luego me pagáis lo que creáis que me tenéis que pagar. Si Dios está aquí delante, ¿cómo nos vamos a engañar? Lo que sí os recomiendo es que siempre penséis en Él, y así os dará el sustento y pondrá en la enfermedad o en el paro a algún tendero que de comer os dará.
Desperté, oí:
Este tendero tenía
esta tienda para Dios.
Decía que le servía
para no pedir Perdón.
Que lo enseñaban a vivir,
y le daba cada lección
cualquiera de aquella gente
cuando nombraba a Dios
con aquel Amor ardiente…
Que nunca oyó decir,
poniendo a Dios de culpable:
¿por qué el vivir es así?
Cuando les llenaba el cesto
a los que limosna pedían,
una mirada era al Cielo,
y por mi salud pedían.
Esta tienda entró en la Gloria
a muchas familias.
***
Libro 14 - Dios Manda en su Gloria que Enseñen - Tomo II - C5
El que piensa en Dios lo reconoce en el Prójimo.
ResponderEliminarQue lástima que no hubiera muchos tenderos así derramados por el mundo entero
ResponderEliminarUno por cada pueblo nada más cambiaban a todos los demas