En Sueño Profético decían:
Lo mismo que el hombre estudia las reacciones del cuerpo humano, tiene que estudiar las reacciones del espíritu.
Dijo Santiago:
Un día, cuando íbamos con el Maestro, venían a mano contraria unos cuantos hombres, y Pedro quería pararlos, ya que vio a uno que días antes le dijo: “Me gustaría oír hablar al Maestro”. Consultó Pedro con el Maestro, y estas Palabras fueron las dichas por Dios, visto de Hombre:
“Pedro, no es éste el momento, ya que con los que va no Me aman y pudiera que el espíritu de los demás asustaran a éste, por no estar este espíritu lleno de la Gracia de Dios Padre, dada por Dios Hijo. Voy a darte la explicación como se la doy a los niños: “Si vieras muchos hombres que venían preparados con palos para golpearte y tú llevaras las manos vacías, sería de necios el hacerles frente, y aún preparado... Pero si amas a Dios, sólo con decir “¡Dios mío, ven!”, antes que las palabras, llega el espíritu de Dios. Si el que Me quiere conocer Me ama, calla a todos y puede con todos los espíritus que con él venían. Pero no ama, una vez que siempre va con mayoría que calumnian al Hijo del Hombre”.
Desperté, oí:
Conocer el espíritu era no haberle dicho nada, pasar desapercibido como cordero por el lobo.
A pesar de querer Conocerlo, no ama.
No ama, por seguir la amistad del que a Dios condena.
El que quiere conocer a Dios por Amor, no puede seguir oyendo palabras que hagan llorar su Espíritu.
Al que ama y quiere conocerlo, Dios esto responde:
“Ya con querer conocerme, tienes parte en mi Reino”.
Conociendo el espíritu sabes la reacción de la carne.
Aprende a conocer el espíritu, y sabrás cómo tienes que hablarle.
Pedro quedó lleno de la Enseñanza de Dios, y siempre que hablaba a alguno del Maestro, estudiaba su espíritu.
***
Como enseña Jesús, debemos buscar el momento adecuado para difundir los Mensajes.No siempre está dispuesto el espíritu a escuchar.
ResponderEliminarQué importante es intentar conocer el espíritu, de lo contrario en vez de ayudar a que se acerquen podemos hacer que se retiren.
ResponderEliminarDios encomendó a sus Discípulos que fueran mansos como corderos y astutos como serpientes. Si se quiere servir a Dios, como pastores para acarrear al Cielo hay que aprender a ser astutos.
ResponderEliminar