viernes, 27 de mayo de 2011

Obediencia para contentar al Padre - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 70-71-72


En Sueño Profético hablaban de Dios Hijo.

Dijo uno:

El Maestro, lo que más nos repetía, era el Amor y la Obediencia.

Estando un día esperando que a cada uno nos dijera el camino que teníamos que partir, cuando a cada uno le fue explicando lo que les ocurriría, dijo Santiago:

–Yo, Maestro, si Tú dices sí, yo cambio el camino con Pedro.

Contestó el Maestro rápido pero con la Majestad Divina:

–Santiago, tú quieres cambiar por el grande Amor que tienes al Hijo del Hombre, pero que este Amor no te sirva de que sufras cuando obedezcas. Donde va Pedro sí puedes tú ir, pero donde vas tú no puede ir Pedro. Tú ves lo que te dicen tus ojos, Yo, lo que me dice mi Padre.

Quedaron Matías y Felipe un poco detenidos para contestar a Santiago y los paró el Maestro con sus Palabras:

–Él quería cambiar el camino por Amor hacia Mí. Yo tengo más Amor hacia Él y soy Dios Hijo, donde habita el Espíritu de mi Padre al que obedeceré en Vida, Muerte y Resurrección.

Despierta, oí:

Él quería la Obediencia para contentar al Padre, que este contento era a Él, puesto que era el mismo Dios.

Santiago quería el cambio por Amor a Dios, veía que él sería más indicado para ir al sitio de Pedro.

Santiago no sabía que antes de llegar Pedro, estarían apaciguados y con deseos de oír la Voz del Maestro aunque fuera en sus Discípulos.

Por más que oían al Maestro, tenían momentos de olvido de que era Dios.

Santiago quería ahorrarle sufrimientos al Maestro y el Maestro quería que Santiago viera su Poder.


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