En Sueño Profético decían:
El Poder de Dios se presenta para dejar en manojo de víboras al que quiere engañar haciéndose pasar por cordero. El Poder de Dios, el que no lo cree no lo piensa.
El que Dios elige siempre notaba un Poder que no era de la Tierra. Pues si antes de ser Elegido sentía un Poder grande, cómo sentirá este Poder una vez que oye a Dios darle Mando y a veces ver su Imagen, que en estas fechas hace ya más de cuarenta años que empezaron estos Mensajes y no ha faltado en ningún sueño el Mando de Dios. Unas veces nombran a los espíritus que en la Tierra dejaron el cuerpo y en la Gloria a Dios Le sirven haciendo su Mando. Y también Le hacen servicio los cuerpos que viven y su espíritu es para el servicio de Dios.
Dijo un espíritu de la Gloria:
Este Poder de Dios, que en este ArroboDesprendimiento del espíritu por la Fuerza del Mando de Dios y obediencia en la carne esperando el retorno del Mando (L.76-Pag.73-74-75) se nombra, le hace decir al Elegido palabras que de la Gloria bajan. Que estas palabras descubren a los espíritus que a Dios creen que engañan. Y el Poder de Dios hace que sus cuerpos digan lo que sus espíritus sienten: que es no querer a Dios y querer todo lo de la Tierra.
Desperté, oí:
¡Poder de Dios, que sacas del cuerpo lo que guarda el espíritu!
Este Poder hace que todos vean el disfraz del espíritu que a Dios intenta engañar.
Este Poder de Dios deja al descubierto al que vive con engaño a Dios.
Los Libros que se presenten más, ya que esto hace al Teólogo callar.
Los Humos Divinos que el Elegido ve, hacían dibujos por encima de esto que estaba escribiendo.
Aquí, el que quiera desmentir y hacer daño, él se pone castigo de Infierno con cuerpo.
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Cuando Dios se manifiesta destapa a los fariseos. Éstos siempre intentan taparse con su Nombre para beneficiarse de los demás y retirarlos de Dios.
ResponderEliminarEl Amor no admite disfraz. Dios es Amor y tiene Poder para dar luz a lo que queremos ocultar.
ResponderEliminarEl que va en contra de DIOS, tarde o temprano se descubre, es un alivio para los que amamos a DIOS.
ResponderEliminarAl igual que muchos, yo sentía su poder, pero sin que hubiese poder. Era que su presencia te hacía reverenciarla. Era única y maravillosa. Tan sencilla y tan grande que sólo el que al mal abría sus puertas de Ella se retiraba.
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