En Sueño Profético hablaban de las virtudes. Decían:
La mayor virtud que para Dios puedes vivir es la Caridad. Esta virtud ya te acarrea otras. Sin esta virtud no puedes tener ninguna virtud para Dios; puede que el hombre crea que tienes alguna virtud, y hasta te adule, pero para Dios no cuenta ninguna. Sin Caridad de Dios no puedes ser hombre bueno.
Aquí cuento un acto de Caridad, con el que hizo un prodigio el Maestro para premiarlo:
Un día que íbamos con el Maestro atravesando un camino para ir a otro pueblo, vimos a un hombre con un haz de leña, que con trabajo tiraba del peso que llevaba sobre sus espaldas. Se paró el Maestro, y todos hicimos corro para acariciar sus Palabras. Dijo el Maestro:
—Aquí vamos a acampar, y este leñador que vive la Caridad que Yo enseño, hoy Me va a servir de parábola viviente.
Dijo el Maestro cuando el leñador pasó por su lado:
—¡Grande llevas la carga! Pero más grande es el Amor que le tienes al Hijo de Dios Padre. Tu Caridad te ha hecho Discípulo mío. Ya, de aquí en adelante, te reverenciarán porque harás prodigios en la carne enferma. Cuando dejes la carga y vuelvas por la tuya, el que la trae, estará curado.
Fue tal la extrañeza que, soltando la carga en el suelo, dijo:
—¿Tú eres Dios, el que tanto a amar está enseñando? ¡Pues aquí me tienes! ¡Manda como si fuera tu vasallo! Antes de que me hablaran de Ti, no sabía hacer el bien sabiendo, pero ya sí. Yo venía con mi carga de leña para el día, y me he encontrado a ese que atrás viene con mi carga. Con esta que yo llevo, andaba unas cuartas y se paraba. Ya le pregunté: “¿Es que lleva una carga grande y la salud chica? Yo tengo grande salud y llevo carga chica. ¿Hacemos cambio? ¡En el pueblo nos vemos! Si me da tiempo, dejo ésta y le quito la mía”. Esto es lo que ha pasado, pero sin nadie delante.
Desperté, oí:
Esta es la Caridad hecha pensando en Dios.
Este hombre piensa en Dios, y Dios está allí delante.
El enfermo leñador, como un día sí y otro no –y más sí que no– estaba enfermo, cuando ya estaba en el monte decía: “Me llevaré el jornal de mañana, por si mañana no puedo levantar el hacha”.
El que quería vivir con la Enseñanza del Maestro, quita el peso al leñador.
Cuando el Maestro le habla, y al soltar la carga en el suelo, ya la soltó sin
trabajo, que todos pudimos verlo.
Dios premia la Caridad poniendo sano al enfermo, quitando peso a las
cargas, y premiando a aquel pueblo.
No había una carne enferma que no recurriera al Santo que Dios Caridad
le premia.
La Caridad que es de Dios se hace aunque no te vean.
Pero está presente Dios, que te compara y te premia.
* * *
Si aquí hiciéramos corro, para acariciar las palabras que Dios le ha dado al Profeta, todo el mundo sabría de este caso, y haríamos la caridad como hacia el leñador.
ResponderEliminarMuy bien dichas estas palabras Encarni, pero estoy segura que poco a poco irá creciendo en número las personas que tengan sed de Dios y le den a este Caso el sitio que se merece.
ResponderEliminarHecho de menos a Ana, estoy acostumbrada a leer sus comentarios cada día. Un abrazo a nuestra amiga.
ResponderEliminarQué importante es hacer la caridad aunque no te vea nadie, si hacemos esto es cuando realmente lo hacemos por amor a Dios.
ResponderEliminarQué bonita esta historia de Jesús, está contada con una sencillez, parece que vieras las escenas, dan ganas de ser más bueno cuando lees estos mensajes.
ResponderEliminarNos enseña Dios que caridad no es sólo dar comida y ropa, sino cuidar de nuestros hermanos en sus necesidades, si vives amor de Dios seguro seguro que no pasa por alto cuando el prójimo está necesitado, de una palabra, de un cuido cuando el sufrimiento le llega y se siente solo.
ResponderEliminarEstos mensajes nos presentan a un Dios de Amor, con qué dulzura les habla a sus Discípulos. Cuando leo los Hechos de Jesús pienso en la suerte de los que convivieron con Él, y ahora pienso en los que han rodeado al Profeta, el premio que han tenido.
ResponderEliminarHola Kike, me gustan mucho los mensajes de Hechos de Jesús, son mis preferidos, también los de visión, como el de ayer. Si puedes ponlos más amenudo. Saludos a todos los seguidores del blog.
ResponderEliminarEs lógico que gusten más estos mensajes, es que como son historietas pues enganchan más y también se recuerdan mejor, yo pienso igual que Juanra.
ResponderEliminarDios derrama su Gracia en el que Lo ama, hay muchas personas que curan (no me refiero a los curanderos) me refiero a los que curan como el hombre de éste mensaje que primero va el Amor a Dios y Dios a través de él cura a los que van con sus cargas pesadas bien de sufrimiento o de enfermedad. Porque el que lo busca ya lo busca por Dios.
ResponderEliminarLa Caridad debe ser nuestra constante y principal tarea cada día :de hecho y también de pensamiento.
ResponderEliminar¡Hola Mapi! Te envío un beso enorme.
ResponderEliminarQue premio tenemos al conocer este caso porque gracias a él conocemos estos hechos que nos dan tanta enseñanza.
ResponderEliminar"Tu Caridad te ha hecho Discípulo mío". Que divinas palabras dichas por el mismo Dios y que alegría más grande tuvo que sentir este leñador cuando le habló el Maestro.
ResponderEliminar@ana Lo mismo para ti Ana, el Amor que le tenemos al Profeta, nos hace familia: somos Hijos de Dios, porque luchamos por extender la Paz. Al oír y divulgar las Palabras que Dios nos ha dejado en el Profeta.
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