En Sueño Profético hablaban de dar ejemplo. Dijo uno:
Siempre le oí a mi padre estas palabras:
Si dices que amas a Dios, antes de decirlo, da buen ejemplo.
El buen ejemplo ahorra preguntas.
El buen ejemplo enseña sin palabras.
Las palabras se dicen fáciles. El ejemplo cuesta trabajo cuando a Dios no se ama.
Cuando se ama, va el ejemplo junto con la palabra.
Cinco hermanos sois, y ¿qué podéis decir de mal ejemplo en esta casa? Tu madre y yo, procuramos que todo se haga con el nombre de Dios por delante.
Esto me lo decía a mí que era el mayor. Dieciséis años tenía. Mis padres trabajaban sin descanso. Yo creo que el Amor que le tenían a Dios les hacía no cansarse. Mi padre era tratante de ganado. Y mi madre tenía un puesto de leche; en la misma casa hacía queso, que mis hermanos, los dos que me seguían, vendían voceando por la calle. Mi madre, siempre, cuando oía contrariedades, decía:
Acepta lo que te venga,
y así achicas el sufrir.
Hay sufrimientos que vienen,
que tan sólo Dios ha de oír.
Acepta lo que te venga,
y da ejemplo en el sufrir.
Siempre vi en mi casa ejemplo,
y consejos repartir.
Desperté, oí:
No cabe duda ni admite
quitar y poner palabra.
No cabe duda, que amando,
amor, ejemplo reclama.
Estos padres te demuestran:
predicar con el ejemplo.
Con padres que a Dios no aman,
hace el hijo el crecimiento
sin saber esta Enseñanza.
Si el hombre da buen ejemplo,
vive vida cristiana,
y le da la palabra adorno
a la vida que éste haga.
El hombre cree que el ejemplo
no le hace falta a la palabra.
Da ejemplo, que te conozcan,
y sabrán si a Dios Lo amas.
Porque la palabra sola,
no puede enseñar palabra.
***
El amor,la aceptación y la confianza delatan al que ama a Dios.
ResponderEliminarLa palabra es gratuíta, el ejemplo cuesta.
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