En Sueño Profético decían:
El que ama, nunca dice: “ya bastante amo”. Al que ama a Dios no se le oyen estas palabras: “ya amo bastante; ya sé bastante de Dios; ya leo los Evangelios; yo respeto su Doctrina; yo sé lo que hay que aprender de Dios, y yo aprendido lo tengo”. Estas palabras no son del que ama.
El Amor es exigente en querer más, en amar, en querer oír decir: “Dios no es que dijo; Dios no es que dirá; es que está diciendo; y a este “diciendo”, el Amor te hace buscar.
Dijo uno:
Siempre que Dios habló en uno, tuvieron más fuerza sus Palabras que las ya dichas.
Cuando estos Escritos queden sin la voz del Comunicante, ya quedarán igual que todo lo que hay escrito, que todo lo que el hombre lee que otro Elegido escribió.
Aclaración a esta diferencia:
Dios que habló y dijo esas Palabras; y Dios que hoy habla y manda escribir para que mañana sean leídas por otro.
Es grande la diferencia de decir “ha dicho Dios”, a decir “me está diciendo”. Este “diciendo” Dios siempre lo tendrá en una boca, resonando Dios sus Palabras para que el hombre a Dios siempre Lo esté oyendo.
El hombre que no ame a Dios, esto no puede comprenderlo.
Desperté, oí:
¡Qué más puede oír el hombre,
para comprender, aprender y enseñar?
Siendo Palabra de Dios,
es siempre Palabra igual,
pero la misma Palabra
pasa a segundo lugar.
Dios mandaba a sus Discípulos
a que de Él fueran a hablar,
pero cuando Él llegaba,
los Discípulos, a callar.
Esto es pregunta que hacen:
¿No lo ves claro esto ya?
Dios no cambia su Palabra,
Dios la dijo, la dice y la dirá.
Ahora la está diciendo.
¿Por qué no vas a escuchar?
Dios siempre habló en el Profeta.
Esto no debe extrañar.
Si sientes Amor de Dios,
a Dios tienes que buscar:
en su Palabra ya escrita
o en la que diciendo está.
Dios no se enfada si cambias,
“diciendo”, por “dicho ya”.
Esto es camino que andas
dejando pasos atrás,
que los pasos son los mismos,
con diferente pisar.
Si has pasado los primeros,
quieres seguir viendo más,
por ser pasos que te llevan
a la Gloria Celestial.
***
Comprendo que cuando Dios hable, como ha pasado en esta señora, lo normal es acudir a ver qué dice Dios en ese momento, porque para leer lo anterior siempre hay tiempo.
ResponderEliminarGracias al blog he podido disfrutar de estas enseñanzas, palabras tan sencillas y qué claro ves lo que antes no veías, os invito a todos que lo visitéis.
ResponderEliminarLa enseñanza de este Mensaje está al alcance de todos, los que quieren al Señor y los que no Lo quieren, para que cojamos el camino del bien o del mal.
ResponderEliminarCierto que nadie le decimos a nuestros seres queridos: ¡bastante te amo!, en tu corazón siempre te parece poco, pues pensemos en decírselo a Dios, que Él nunca nos pide nada.
ResponderEliminarPara mí lo raro sería no acudir, si es verdad para seguirlo y si es mentira para evitar que engañen.
ResponderEliminarEs una ofensa a Dios que Él nos hable y no Le escuchemos,exculpándonos con unas razones que no son aceptables.
ResponderEliminarBienvenida al Blog Maruja, aquí disfrutamos de los comentarios de los seguidores, somos una gran familia unida por nuestro amor a este Caso.
ResponderEliminarMe alegra ver de nuevo a Amalia, Airma, Petra y también seguidores nuevos: Maruja, bienvenida.
ResponderEliminarQuiero repetir unas palabras que el Profeta dijo una vez a uno que le preguntó que porqué tenía que escucharla si él leía los evangelios.
ResponderEliminarAna le contestó:
"...eso es como si usted tiene un retrato de su padre, y él entra por por la puerta, ¿a quién atiende al retrato o a su padre?"
Con esta frase se resume todo.
Esas respuestas son puestas por Dios en la boca del Profeta. Si se pudieran escribir las contestaciones que ella dió en su caminar habría para escribir libros y se sacarían más libros de esos mismos, por ser extractos de Sabiduría.
ResponderEliminarAnte la idea generalizada de que los tiempos han cambiado, y de que la iglesia debería evolucionar,la Palabra de Dios diciendo es bálsamo para todo el que lo ama.
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