En Sueño Profético decían:
Una tarde de verano, cuando la tarde aún no había llegado, íbamos con el Maestro cansados por el peso de los rayos del Sol que aún nos seguían. Se acercaron unos hombres y uno sólo habló. Ya dijo éste dirigiéndose al Maestro:
–Sé que seré comprendido, aunque mi explicación no salga clara. Lo que no sé es si yo llevó la razón.
Ya dijo el Maestro:
–Todo el que Me ama lleva la razón, porque el Amor a mis Palabras le hará que no sea engañado. Tú quieres que tu mujer y tus hijos vengan en mi busca y oigan como tú me estás oyendo, pero a ellos aún les falta ese Amor que tú sientes por oír lo que mi Padre en Mí está diciendo.
Quedó este hombre de piedra, y mirada echó al suelo. Otra vez dijo el Maestro:
–Ellos te dirán que aman y que ya Me conocieron y que llaman a mi Padre. Esto no es Amor a mi Reino. El que a mi Reino ama, busca siempre sediento las Palabras que de mi Padre ahora estás oyendo. Puedes agregarte a mis Discípulos, y no pienses en el sustento.
Desperté, oí:
Este hombre ama al Maestro porque antes amaba al Padre.
Él quería seguirlo, pero le faltaban ingresos.
Con el dueño que trabajaba tiene amistad el Maestro.
Era gente de dinero, y daba varios sustentos a los viejos, y a los niños siempre los ponía primero.
Cuando el Maestro les dijo: “El que quiera como él quiere, que se agregue a mis Discípulos”.
Un ¡sí Maestro! se oyó, de Amor que tenían por dentro.
Siempre querían darle algo, pero algo bueno. Él siempre respondía igual:
“Dejadlo para el momento”.
“Que ya mandará mi Padre, y ése será el momento”.
Cuando ya volvió a su casa, ya lo vieron bien cambiado.
Con buenos modos les dijo: “yo no estaba equivocado”.
El que ama busca a Dios, y nunca lo verás cansado, porque Dios hará de Dios en que más puedas buscarlo.
El que se canse de Dios, no ama y está cansado.
***
Si el Amor a Dios se puede contagiar ¡ bendita epidemia !
ResponderEliminarPues yo no quiero cansarme de Dios! A donde voy a ir que pueda encontrar lo que encuentro Aquí?
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