En Sueño Profético decían:
Dios habla al hombre, y el hombre no oye a Dios. El hombre no dispone de tiempo para Dios. Al hombre tienes que implorarle que oiga la Palabra del Comunicante, tienes que andarle con miedo, miedo de que a Dios ofenda.
Nosotros, cuando íbamos con el Maestro, sufríamos más que cuando íbamos solos. Cuando íbamos con Él y Lo maltrataban de palabras, no nos consentía que contestáramos a los insultos que Le decían. Fue un día Pedro a contestar, y sabiendo el Maestro las palabras que Pedro pronunciaría, dijo: “Pedro, no sólo tiene Palabras el Hijo del Hombre, tiene Palabras poderosas, lo mismo que sabe tus palabras antes de que sean pensadas y pronunciadas. Tiene Palabras para, con una sola, hacer que un espíritu salga de la materia y mandarlo al Abismo, quedando su carne muerta para que el hombre le dé sepultura. Esto es lo menos que puede hacer Dios Hombre. Pero mi Padre Me manda a enseñar, y Él es el que juzga.
Quedó Pedro con estas Palabras tan dentro, que siempre que iba a arrancarse a algún fariseo, echaba paso atrás, que saliva hacía que tragara.
Desperté, oí:
Yendo solos oíamos que Lo ofendían, pero a Él no veíamos.
Era difícil callar,
viendo su Rostro de cera
caminar y caminar,
en busca de pecadores
para que Lo ofendieran más.
Pero como Dios que era,
no quería obligar
a aquel que no Lo quería
y Él podía perdonar.
***
Jesús, siendo Dios, no juzga. Que no nos atrevamos nosotros a hacerlo.
ResponderEliminarDios nos da tanta libertad, que sufre y no nos obliga a Amarlo.
ResponderEliminarLa gente se permite ofender a DIOS, sin pensar en lo que le hace sufrir.
ResponderEliminar