En Sueño Profético vi un llano, y en aquel llano había tres grupos de gente. En el grupo del centro estaban sentados, y Dios Hijo de pie hablando; el grupo de la derecha venía hacía donde estaba Dios; y en el grupo de la izquierda estaban de espaldas.
Dijo uno señalando a los de en medio:
“Éstos son los que oyen la Palabra de Dios y Lo contemplan. Y éstos –señalando a los de la derecha–, son pecadores que vienen buscando al Salvador de los hombres. Y ya, éstos de la izquierda, son los que vuelven la espalda a Dios y luchan para que todos la vuelvan; a éstos Dios los deja un tiempo y luego es Dios el que los retira”.
“Estos es: Gloria, en medio; Purgatorio, en la derecha; y camino de la condenación, en la izquierda”.
“Dios se comunica para que sólo haya un grupo, que este grupo es el de en medio. Sus Palabras sientan en el grupo de en medio, e impide con su Amor que pasen al de la izquierda”.
Desperté, oí:
En esta Comunicación ve el hombre claro para qué quiere Dios que sea publicada su Comunicación.
Todo lo que te acerque a Dios, debe practicarse.
Pero cuando Dios habla, debe escucharse sin recelo ni maldad.
El que dice: “Dios habla en mí”, ya te dice: “yo no soy”.
Esta palabra “no soy”, lleva un sello de humildad.
Cuando las palabras son del hombre, si puedes, las robas.
Las robas y desprecias al dueño diciendo que son tuyas.
Las Palabras de Dios, el que las comunica reverencia al Dueño de estas Palabras y sube al patíbulo diciendo: “Son Palabras no mías, son Palabras de Dios dichas por mí”.
Al que Dios le habla, no le deja que éste diga: “hablo yo”.
Dios ama al hombre, pero Dios no deja que el hombre haga de Dios.
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Quien comunica la Palabra de Dios sabe que sube al patíbulo de los hombres y a la Gloria de Dios.
ResponderEliminarPido a DIOS estar siempre en el grupo de en medio.
ResponderEliminar"BENDITO SEA DIOS".