En este Sueño Profético decían:
El que a Dios se entrega, el que no está entregado lo censura, y ya sabía Dios que éste no Lo amaba.
El que quiere a Dios, cuando ve que otro también Lo quiere, es cuando disfruta más. El disfrutar de Dios es que nos amemos como Él nos ama. Éstas son Palabras de Dios Hijo. Estas Palabras fueron recomendadas antes de dejar de vivir de Hombre.
Dios se hizo Hombre para enseñarnos a querernos mientras tenemos materia, que esta Enseñanza sirve para juntarnos Aquí en su Gloria.
El que mucho ame a Dios, mucho ama al Prójimo, y éste lo hace todo normal. Este “normal” no lo ve el que no ama. El que no ama quisiera que todos hicieran igual que él: olvidarse del Prójimo.
Hay quien dice que ama al Prójimo
porque a veces algo al Prójimo lleva.
Si éste no ama a Dios,
al Prójimo vacío deja.
Ya puede llevarle oro,
ya puede llevarle perlas,
que si a este Dios no ama,
vacío al Prójimo deja.
No dejaría vacío
cuando ahí fuera Vida Eterna,
cuando cambiara esta Gloria
porque Dios ya no estuviera.
Desperté, oí:
La Gloria de Dios está
donde Dios se aposenta.
Esta Gloria no se cambia
porque Dios habita en Ella.
La Gloria no hace a Dios,
es Dios el que hace a Ella.
Si tienes parte en la Gloria
y al Prójimo tú le llevas,
primero le llevas Gloria,
y después, ya, lo que venga.
Dios está en el Prójimo
para que tú no te olvides de Él.
Si a Dios ofendes,
tú vas al Prójimo,
pero tú no Lo ves.
Tú alimentas la carne
y enfermas el espíritu.
El que a Dios ama,
va al Prójimo por ver a Dios.
***
Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II - Pag. 27-28
Prójimo es Dios. Ir al Prójimo y no ver en él a Dios es un acto vacío que no da fruto para la Vida Eterna.
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