En Sueño Profético decían:
Valora el hombre el tiempo que le pone a lo material, y no valora el tiempo que le manda Dios, por el Instrumento, a su espíritu.
Busca y paga para enseñar a la materia, y no valora la Enseñanza gratis del Espíritu.
Busca la curación de la carne por buenos o malos caminos, pero el Camino de Dios el hombre tiene en olvido.
El hombre en otro hombre pone su confianza para evitar un peligro. Pero no le hables de este Mundo donde ya no sirve nada ni de valor ni de peligro.
Dijo uno:
Los valores de la Tierra al quitarlos de la Tierra ya no sirven, y los peligros del cuerpo, si el cuerpo no tiene espíritu, ya no tienen remedio.
Desperté, oí:
Preocúpate de tu espíritu
y éste cuidará tu cuerpo.
Y según hagas tu vida,
tendrás entrada en el Cielo.
Todo lo que al cuerpo eches,
no esperes coger provecho.
Él siempre estará a la contra
de lo que Dios manda bien hecho.
Si no estuviera el hombre
tan pegado a la Tierra,
tenía a Dios presente
antes que lo malo hiciera.
Un Espíritu de Dios,
su cuerpo lo va diciendo
en Caridad y Perdón,
si en medio de estas dos frases
ya ves la Imagen de Dios.
***
Con frecuencia escuchamos que el cuido del espíritu es aburrido, mientras que todo lo corporal divierte al hombre.Quien piensa esto, quizá no ha experimentado lo gratificante de entrar por la puerta estrecha.Nos toca dar ejemplo.
ResponderEliminarVivimos una época tan atea que nombrar a Dios, sobre todo en las ciudades, es de gente retrógrada y con falta de neuronas. Es necesario que lean estos Escritos para que se den cuenta de que aquí no se van a quedar como se quedan los animales y empiecen a pensar que tienen un espíritu y que se planteen qué van a hacer.
ResponderEliminarQué pena que la gente de la ciudad no viva la sencillez de la gente del campo, eso es una de las cosas bellas que el hombre se está perdiendo. La gente del campo cuida la tierra, pero mira al Cielo para que Dios le de el sustento, cuántos ves en la ciudad que al día miren al cielo para ver si tendrán o no el alimento.
ResponderEliminarLa primera vez que conocí a Ana, me dijo que el infierno existía, que lo importante era ser limpia de espíritu, porque yo era una obsesa de la limpieza, en mí era patológico, desde aquél momento mi espíritu reaccionó y empecé a seguirla. Cuántas gracias doy a Dios por haberla conocido. Pues me quité esa tontería que tenía amargada a mi familia.
ResponderEliminarYo también doy gracias a Dios por poder leer estos Mensajes que gracias a ellos aprendo a hacer felices a los que me rodean. Antes pensaba que ellos tenían muchas faltas, desde que leo los Mensajes, ellos tienen cada vez menos faltas y yo me pregunto ¿no sería yo el que las tenía?
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