Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II
Acabo de leer los últimos Mensajes de Ana García de Cuenca. Y como confesor y asesor teológico que fui de la autora, en sus difíciles tiempos del comienzo de las Confidencias Divinas, me piden un prólogo o presentación de sus Volúmenes.
Con gusto alenté a Ana en aquellos días y con no menos gusto, después de treinta años, no sólo vuelvo a animarla, sino que quiero colaborar con ella.
La carta que acabo de escribirle, creo que resume suficientemente sus Mensajes, y es como sigue:
Muy estimada en el Señor:
Después de tanto tiempo, siento la necesidad de ponerme en contacto contigo.
Ante todo quiero pedir al Señor un sin fin de gracias para ti y para todos los tuyos, incluyendo en ellos a toda tu familia espiritual, que se nutre de los Comunicados de su Profeta.
Que el Señor te bendiga por el bien tan inmenso que, por tu medio, está sembrando en el Mundo.
No tengas ningún reparo en difundir por doquier los Mensajes. En ellos se contiene la quinta esencia de la Revelación. Si alguna pega tienen, habrá que achacársela al mismo Dios que se comunica, y no a ti, que transmites tus "Charlas Proféticas" con Él: la pega es que son muy profundos y que van al grano de nuestra transformación en Él. Por eso, quizá no sean muy populares, aunque es fácil que la gente sencilla los entienda, porque Dios suele derramar su Gracia a los humildes y sencillos. Otros se quedarán sin nada porque acostumbrados a escucharse a sí mismos, son poco receptivos a lo que otros comunican, aunque venga de Dios, sobre todo si el Mensaje es tan sabroso y elevado como los tuyos.
En un mundo desacralizado como el nuestro es un alivio leer tus Mensajes. Dios se hizo Hombre para "conversar con el hombre". La Redención devuelve al hombre el oído y la facultad de diálogo que había perdido por el pecado.
Por eso, saber que un alma como la tuya dialoga con Dios, que Dios le habla y es capaz de transmitir la Palabra Divina del diálogo, conforta el corazón y alienta para atender la Voz de Dios, que está en cada hombre por el Espíritu que habita en él.
¿Cuándo nos daremos cuenta de que el llamado "Fenómeno Anita", es una elocuente llamada de Dios que, por tu medio, nos invita a dialogar con Él?
Dios está vivo, está presente en nuestra vida, en nuestra historia, Dios sigue comunicándose con nosotros.
¡Dichosa tú que has abierto tus oídos a sus Palabras y quieres que esas Palabras lleguen a cada uno de nosotros, para que abramos nuestros cerrados sentidos a la locución y actividad Divina!
Sería una pena leer tus Comunicaciones para ver si contienen algo contrario a la Fe y la moral de la Iglesia. Quizá sea útil leer con espíritu crítico-profético. Pero quedarse sólo en eso, no sólo es perder el tiempo, ya que Dios nunca se contradice, sino perder una serie de Mensajes, que llevan al alma a profundizar cada vez más y a iluminarla en los caminos infinitos del amor, del perdón y la reconciliación, de la convivencia, del servicio, de la esperanza, y de la alegría que a todos se comunica...
Es una pérdida pasar por alto tus elevaciones sobre la ternura de un Dios que es Padre, que con la entrega de su Hijo, nos llama hacia sí, y con la efusión de su Espíritu, se apodera de nuestras vidas para que tengan verdadero sentido humano, sentido del hombre que halla su destino en Dios, liberado de la materia que le absorbe y oprime. En materia o en espíritu, que dices tú.
¿Cómo es, Ana, la Voz de Dios que tú escuchas acompañada de los Santos que supieron explicar los Misterios Divinos? ¿Cómo es esa maravillosa Voz de Dios? Quizá no nos puedas explicar lo que tan profundamente sientas. Pero algo nos transmites cuando la Armonía Divina la traduces en tus cadencias y tus versos, sencillos, con el son de la "fabla de lugar", pero que necesitan música al ser recitados, como un eco de aquella armoniosa Palabra a ti comunicada.
Ya sé querida Anita, que te han concedido la Cruz de Beneficencia, que te han nombrado "Cordobesa del Año", que te proponen para el Premio Nobel de la Paz. ¡Enhorabuena!. Dios se vale de todo y vela por el prestigio de su profeta. Pero también sé que todo eso es nada para ti. Tú no lo necesitas. Tienes lo que más vale: la intimidad y la confidencia Divina.
Pero nosotros sí que lo necesitamos; para que nuestra admiración por ti, comunicada a otras personas, extiendan el Mensaje de Dios con el prestigio del reconocimiento humano a una vida de total entrega a Dios y a los hermanos.
También sé que no necesitas que te alentemos. Somos nosotros los que necesitamos ser alentados por ti. Pero si de algo te sirve, junto con esta carta, recibe una sincera acción de gracias de este Teólogo Dominico, enamorado de Santo Tomás de Aquino, de Santa Catalina de Siena, de San Agustín de Mónica, de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa de Jesús, y que gracias a tus escritos los he ido profundizando y entendiendo mejor.
Te bendice de todo corazón:
Fdo. Fray Alberto Riera Sellabona
- Dominico.
- Lector y Doctor en Teología.
- Director de la Casa Diocesana de Ejercicios Espirituales de Toledo.
- Promotor Provincial de Pastoral de los Dominicos de España.
- Párroco de Mazarambroz (Toledo).
Fray Alberto ha dado en el clavo. Como siempre, lo más profundo se expresa con la mayor sencillez.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la parte en la que dice que es una pérdida de tiempo intentar leer estos Mensajes con la intención de desmentirlos.
ResponderEliminarSe nota que es un enamorado de Dios porque conoce lo que viene de Él.
Me alegra ver que haya personas con tantos estudios y la humildad de reconocer que se quedan en nada a la hora de oír al Profeta. Es la humildad la que te acerca a escuchar a Dios.
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