En este Sueño Profético vi mucha gente. De aquel gentío vi presentarse hasta once, y dijo uno:
Nosotros, los Once, si hubiéramos callado todos, éstos no hubieran oído, y todos éstos no hubieran hablado. Dios quiere que se hable de Él sin descanso: unas veces, nombrándolo a Él, y otras, al Prójimo. Al nombrar a Dios, ya te acuerdas del Prójimo. Y al acordarte del Prójimo, ya estás obedeciendo a Dios. La primera obediencia que Dios quiere, es que oigas sus Palabras, y sin igualarlas con las del hombre, las pongas en práctica.
Pide humildad y amarás a Dios, y cuando Lo ames, te será fácil hacer todo lo que a Dios le agrada. Por eso tiene que ser publicada la Palabra de Dios “diciendo”, para que esta Palabra quede dicha, y siempre, al leerla, veas a Dios. Siempre que leas algo que Dios mandó escribir, esto es Evangelio.
Desperté, oí:
Tú no dejes de comunicar todo lo que Dios te diga que digas.
Dios es Dios, y el hombre es el hombre.
Dios habla sin el hombre, y el hombre habla porque quiere Dios.
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Como hablan los Discipulos de las enseñanzas de su Maestro,obediencia al oir sus palabras y ya con esto te entregas al projimo.
ResponderEliminarPrójimo y Dios están estrechamente unidos, porque el prójimo ( como decía Teresa de Calcuta ) es el disfraz de Dios.
ResponderEliminarQué difícil es comentar los Mensajes, sobre todo porque es Dios el que habla y qué comentar ante ésto.
ResponderEliminarLos comentarios que hacemos es una forma de agradecimiento a Kike, por darnos la oportunidad de revivir el Mensaje diario como cuando Ana estaba.