En Sueño Profético vi a una mujer con unos niños hablándoles del Amor a Dios; de que Dios siempre está presente en nuestros actos; de que cuando fueran hombres no podrían engañar a Dios; de que tuvieran presente, de niños, a Dios Niño, y de hombres, a Dios Hombre; de que cerraran los ojos al levantarse y al acostarse, llamándolo, y fijo que lo sentirían, que esto ya era verlo.
Dijo un niño con 8 años:
–¿Y por qué cerrar los ojos?
Dijo esta misma mujer:
–Para apartarte de todo lo de la Tierra, que será la que intente apartarte de Dios. Cerrar los ojos es despreciar lo material y concentrarte en Dios, para que sea siempre tu Divino Maestro.
Apareció otra escena, y una mujer matando un ave. Este animal lo tenían unos niños cogido por las patas, y se divertían cuando chillaba –esta mujer hacía esto como fiesta para los niños–. Llegó el padre y, para que fuera más larga la agonía, buscó una piedra, y sujetando la mujer al animal, el marido le golpeaba la cabeza, sujetándola y poniéndola en un poyete de ladrillos; lo soltaban en el suelo y luego seguían los golpes.
Dijo uno:
Yo presencié estas dos estampas,
y hoy Dios me manda dictar.
¡Qué enseñanzas tan distintas,
si quieres reflexionar!
En una ves a Dios actuando,
porque la madre ama ya.
La otra madre hace la fiesta
que más agrada a Satanás.
Desperté, oí:
¡Cuánto malo aprende el niño,
cuando no ama el mayor!
Una madre los prepara,
uniéndolos siempre a Dios.
La otra hace la fiesta
del demonio que ella aprendió.
Ésta, siempre vio en su casa
hacer todo en contra de Dios.
El matar lo comentaban
como una fiesta mayor;
el pecado en el recato,
eso lo vivían “tos”.
Nunca se alababa el Nombre
de Dios Niño, de Dios Hombre.
Nunca se habló de la Virgen,
que por Madre conocieron.
Nunca se nombraba al ángel
que al Niño iba siguiendo.
Éstos vivían en pecado,
sin la Presencia de Dios.
¡Qué diferencia de madre,
enseñando al hijo a bueno!
¡Cómo enseñaba a rezar,
cerrando los ojos y viendo!
Ésta quería enseñarlos,
desde chicos, a ir comprendiendo:
Primero lo de la Gloria
y poner a Dios contento,
y luego, lo material,
si de Gloria sobra tiempo.
Los niños aprenderán
lo que tú lleves por dentro.
***
Nos encandaliza el maltrato infantil,pero es mucho más grave aún la malformación del espíritu.
ResponderEliminarQué diferencia de madres una enseñando a sus hijos a ser buenas personas, la otra enseñándoles violencia matando así los sentimientos.
ResponderEliminarCuántos hay que ven bien regalar juguetes bélicos a los ñinos. Los niños son ángeles, y en estos tiempos, el hombre se encarga de irlos ensuciando, cuanto más aprisa mejor.
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