jueves, 31 de marzo de 2011

El Amor de los maridos - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 182-183-184-185


En Sueño Profético hablaban de Dios Hijo, de un Hecho de cuando su Vida de Dios Hombre. Decían:

Son Hechos escondidos para el hombre. Son Pasajes desconocidos para los historiadores.

Dijo uno:

Un día, yendo con el Maestro, había unas cuantas mujeres lavando en el río, y mucho antes de llegar se oían risas y contentos que acompañaban al golpear de sus ropas que con alegría golpeaban. Aquella mañana fue vivir Gloria a la orilla del río; fue ver alegría al paso del Maestro; fue ver alegría con Obediencia; fue Dios Padre decir que iba a pasar Dios Hijo; se oían los pájaros, se oía el ganado, y a las mujeres con sus risas en tono de cantares. Pero fue el Maestro llegar, y todas ponerse de pie, y en sus grandes delantales limpiarse sus manos, y una decir:

–¿Nos aceptáis llevarse la cesta de la comida que hemos traído?, ya que la faena la terminamos antes de que ganas de comer nos den.

Otra dijo:

–Maestro, cuando esta mañana estaba mi marido preparando las bestias, unas para él llevarse a su faena, y ésta que a mí me dejó para que cargáramos la ropa, le dije: “Hoy veo yo al Maestro, tú Lo viste ayer, y toda la noche yo he estado pidiéndole al Padre que Lo mande por donde yo lo vea, y así ya podemos los dos decir: “yo he hablado con el Maestro”.

Quedó el Maestro oyendo a aquellas mujeres que el Amor les servía de aderezo, y faltas ya no les veías. Pero antes de que terminara la última, ya había otra esperando para, con Amor y respeto, dirigirse a Él.

Ya se oyó a otra:

–Nos hemos puesto de pie para adorarte, ya que el estar de rodillas no era para Ti.

Dos últimas que calladas estaban, Le dicen:

–Habrás oído las risas que teníamos, de cada una salía escape de contento de lo que ayer nos contaron nuestros maridos. Ellos fueron juntos a buscarte, y tanto nos hablaron de Ti, que hoy decidimos terminar la faena temprano e ir a buscarte nosotras y nuestros hijos.

Ya habló el Maestro y silencio quedó en todo:

–Es menos corriente que amen los hombres y que hagan que amen sus mujeres. Pero aquí ha querido mi Padre, para que mi Enseñanza no forme en vuestras casas la guerra, ya que algunos de vuestras familias no creerán que soy Dios de Cielo hasta que no vean prodigios.

Todas cambiaron sus risas y contento, por caras apenadas, ya que el Maestro les dijo lo raro que era el día que no había en sus casas estas discusiones de verdad y de mentira.

Desperté, oí:

Eran familias en las que unos creían en el Hijo del Hombre y otros Lo insultaban.

Dios hace que primero Lo conozcan los maridos, para que vayan diciendo: “ese Hombre no es hombre de esta Tierra, ese Hombre es Hombre de Allí del Cielo”.

¿Tú has visto lo sencillo que Él te hace comprenderlo?

Mañana que vayan ellas por sitio que puedan verlo.

Y después de la faena, quedaremos en acuerdo de que el que entre en nuestras casas tiene que amar al Maestro.

Aunque fueran nuestros padres, debemos de dar desprecio.

El Amor de los maridos se fue cundiendo y cundiendo, y casi medio pueblo ya seguía al Maestro.

Dios caminó río abajo, porque las mandó primero.


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miércoles, 30 de marzo de 2011

Hambre de Dios - Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - Pag.243-244-245-246


En Sueño Profético me explicaban a mí para que yo explicara; hablaban del espíritu y hacían comparaciones con las cosas materiales; ponían valor a lo Eterno, y desvalorizaban lo que acaba antes que empieza.

Decían:

¡La prisa que el hombre le pone a la exigencia de la materia, y el dormir que le deja a las cosas del espíritu!

¡Las dificultades para todo lo de Dios, y con la facilidad que en lo difícil, –que el mismo hombre lo hace difícil–, otro hombre se lo hará fácil!

¡La valentía que el hombre pone cuando habla de la materia, y la cortedad que demuestra al conversar de lo sobrenatural!

¡Las dudas que el hombre tiene de la Existencia de Dios, y la reforma que el hombre quiere hacerle a Dios en sus Palabras y en sus Actuaciones, vistas en el Elegido!

Dijo uno:

Todo es falta de seguridad que Dios vive en Espíritu. Dios es presente en todo y habla por el hombre. Dios vive en Espíritu y forma Cuerpo cuando Dios Padre quiere que a Dios Padre vean en Materia. Su Espíritu es Poder de Fuerza, sin peso y sin movimiento a la vista del hombre, y Comunicado visible a la vista del Elegido. Dios, Poder de Amor que anula al mal. Dios, Justicia que no hace por esperar al hombre que deje su pecar. Dios que el hombre esconde a sabiendas que hay Dios.

Si el hombre tuviera hambre de Dios, la necesidad de esta hambre, Lo buscaba. Esta última frase “hambre de Dios”, es para repetirla y que la piense el hombre. El hambre, busca hasta saciarse –esto en lo material–. En lo Divino, buscarás, encontrarás, nunca te saciarás de Dios, y nunca tendrás hambre porque Dios sabe dar tu medida.

Desperté, oí:

Cada dictado que quede en el Libro, para el hombre es un arrobo que Dios hizo, a la vista del hombre.

¡Qué comparaciones ponen de lo Eterno y de lo que no llega a nada!

¡Cómo te describe al hombre que cobarde aquí se queda!

Aquí, en dar la firmeza que Dios vive en la materia.

¿Por qué no se estudia el hombre en el no o en el sí que deja?

¿Por qué no piensa en la muerte, que es raro que no le llegue?

¿Por qué no piensa diciendo: “Si al mundo quiero engañar, se fijo que Dios me está viendo”?

¿Por qué no piensa en mañana, que tendrá que presentarse cuando del mundo se vaya?

¿Y piensa: “Ya me dejé los honores que me daban, que otro viene detrás pidiendo que yo me vaya”?

En cambio, lo que a Dios di, Él me lo tiene guardado.


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martes, 29 de marzo de 2011

¿Por qué el hombre nunca cree que Dios hable? - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 232-233-234


En Sueño Profético decían:

Si creyeran en Dios Vivo, no extrañaría que Dios hablara.

Si creyeran en esta Vida, al hablar, muchas palabras se pensaban.

Si creyeran que Dios ve los secretos que tú guardas, no tendrían ciertos secretos, porque Dios los desbarataba.

Esta pregunta es de Aquí: ¿Por qué el hombre nunca cree que Dios hable? El hombre ofende a Dios cada vez que esto desmiente.

Otra pregunta se dicta para que el hombre comprenda: ¿Se puede creer en Dios sin aceptar el arrobo? Esto es creer en hijo sin aceptar que tuvo madre; creer que el mundo es de Dios y que Dios tiene que callarse.

Ya puede el hombre adornar la opinión de no creer que Dios hable, que si cree que hay Dios, tiene que oír a alguien: “Esto me lo dice Dios y me dice que no calle”; esto fue antes del mundo de las personas de carne, cuando hablaba Dios en la Gloria con espíritu sin carne. Luego ya, cuando hizo el Mundo, fue comunicación de espíritu y carne.

Ahora viene otra pregunta: “Si no es Dios, ¿quién puede comunicarse?, ¿quién puede hablarle a los muertos que ahí vivos nada saben? Esos vivos que Aquí quieren desmentir este Mensaje, no llegan a desmentir la raíz, que es lo que vale.

No hay quien crea que vive Dios e intente mandar que calle al que diga: “Dios me dice que de su Gloria yo hable”.

Desperté, oí:

¡Dice tan mal “creo en Dios”,
pero imposible que hable!

Dice aun peor, creer
en aquellos Profetas
que hablaron antes de Dios,
cuando Dios vino a la Tierra.

Al hombre que no aceptara
que Dios, como Dios que es,
actúa con sus Palabras,
debería darle pena
de ver que Dios se callaba.

¡Qué fácil sería para Dios,
cuando el hombre no aceptara,
dejarlo en la actuación
que él quiere que Dios haga!

Pero Él tiene su Reino,
y al hombre nunca se iguala;
ahí deja su materia
“pa” que elija sus Palabras.

Y Dios aparta desde Aquí
al que él mismo se aparta.

Es mejor no creer en Gloria,
si crees que Dios no habla.


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lunes, 28 de marzo de 2011

Llorar, cantar y dar gracias a Dios - Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag.235-236


En Sueño Profético oía llorar, cantar y dar gracias a Dios. Decían:

Esto es ver el mundo en espíritu. Este llanto es nacimiento, lágrimas de ángeles, que al llegar el espíritu a la materia, la materia grita con la vida que el espíritu le da. Si nace materia sin llanto ni gritos, es materia del hombre sin vida de Dios.

El canto es alegría que al conmemorar su Venida, cantan las familias que están viviendo Vida sana de Dios. Estas gracias a Dios, que con tanto Amor oímos, son peticiones que han hecho a este Reino, y Dios ha concedido.

Otra vez oí llorar, pero llanto distinto. También se oía cantar, pero un canto repugnante. Ya no se oía el canto y se oyeron voces de insulto a Dios.

Dijo este espíritu de la Gloria de Dios:

Este llanto es llanto de adiós a un ser perdido, que ha tenido comprensión y unión con Dios; llanto de materia que Dios permitió que naciera, o materia que Dios permite su unión con la separación sólo de su Mando.

Este es el llanto que ahora oímos: Este llanto es llanto de pecadores que arrastran al que pecado no haya hecho, por el canto envenenado de vicios y de maldad. Este es el llanto que hace a chiquillos desgraciados, por falta de Paz en sus casas, de padres endemoniados. Los insultos son de hombres que nunca a Dios buscaron; esta noche están enfermos, y el rezo es Insultarlo.

Desperté, oí:

Dios le ha hecho ver el mundo,
sin verlo como este mundo es.

Le ha presentado el llanto
del nacido que nació.

Le ha presentado canto
de alabanzas a Dios.

Y gracias que da el cristiano,
por ser la Noche de Dios,
y ver a todos los suyos
en reverencia con Dios.

También ha oído a los hombres
despreocupados de Dios,
contentos de hacer pecados.

Y los insultos del mal,
que a la carne ha enfermado.

Dios le trajo Paz al hombre,
y el hombre quiere pecado.

Dos llantos se han oído,
pero le falta el callado.

Es más fácil en el momento
ponerle a la risa llanto,
que poner en el momento
la risa donde está el llanto.


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domingo, 27 de marzo de 2011

“El que sufrir manda, Amor pisa”. - Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 241-242


En Sueño Profético se oían alabanzas a Dios. Éstas eran unas palabras que a Dios Padre repetían:

¡Dios, que todo es tuyo y en todo mandas!, ¿cómo el hombre manda que sufras Tú?

¡Dios, que tu Poder está en tu Mirada!, ¿cómo el hombre no se cansa de mandarte sufrir?

¡Dios, que sabiendo el hombre que Tierra tiene que abandonar, Tierra prefiere antes que amar!

¡Hombres que Te hacen sufrir, porque Tú no dejas de amar!

El venerar de esta Gloria no debería faltar, no debería faltar en Tierra, y que el hombre hiciera una reverencia al oír tu Nombre.

¡Dios de los Cielos, que en Tierra ya te conoció el hombre, y sabiendo que eras Dios, martirio Te dio en el monte!

Aquí vería el hombre a Dios, si quisiera conocerlo.

Dijo uno:

Estas alabanzas las dan en Gloria. Estas alabanzas deberían no faltar en Tierra, como ya las dicen, en alabanzas. Al hombre le hacen falta para no hacer pecados, para amar y alabar a este Dios Padre y Dios Hijo.

El que alaba a Dios, nunca puede mandar a Dios sufrimientos.

Estas Palabras dijo Dios cuando vivió de Hombre:

“El que sufrir manda, Amor pisa”.

“El que es culpable de las lágrimas del bueno, no Me quiere a Mí y hace sufrir a mi Padre”.

Desperté, oí:


¡Qué buena meditación para el que quiera enmendarse!:

“El que es culpable de las lágrimas del bueno, no Me quiere a Mí y hace sufrir a mi Padre”.

“El que sufrir manda, Amor pisa”.


Haz esta meditación
y no pienses en condena,
porque ya vives con Dios.

El hombre que sufrir manda,
no puede amar a Dios.

Porque si manda sufrir,
ya está pisando el Amor.

Piensa estas alabanzas
que Aquí presenciamos todos.

Pues si piensas, ya no mandas
el sufrir que manda aquél,
que manda porque no ama.

Hazte un esquema para siempre,
y resume estas Palabras:

“El que sufrir manda,
Amor pisa”.


Si lees esto despacio,
te corregirás tus faltas.


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sábado, 26 de marzo de 2011

Ella dejó aquel camino - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 231-232-233


En Sueño Profético explicaba Teresa de Ávila sus primeros tiempos. Decía:

A mí nunca me pasó la idea
de que Dios a mí me hablara,
ni que yo verlo pudiera.

Mis años de juventud
tenían un camino feo,
no era en contra de Dios,
pero era un camino feo;
no era el camino limpio
como para llegar al Cielo,
era camino de todos,
camino con desconsuelo,
camino más bien oscuro,
camino sin ver el Cielo,
camino que si lo sigues,
te viene arrepentimiento.

Ya, un día, pensé en Dios,
pero un pensar por dentro
que se veía por fuera,
y en vez de verme contenta,
me vieron como amargura:
que si fuera, que si dentro,
que si podré yo aguantar
la verdad en la mentira,
la mentira en la verdad.

Esto lo pensaba yo,
y era muy de pensar,
porque mi temperamento
sufría mucho al callar.
Pues con todos mis defectos
me quise yo superar,
y bien fácil que lo hice,
y aunque yo amaba ya,
quise que fuera más fuerte,
para que todos me dijeran:
“¿Cómo has podido llegar
a ese Amor tan grande,
que es Amor de contagiar?”.
Pues me paraba la gente,
y yo empezaba a contar
de primeros éxtasis.

Pasé por convento, celda,
y más fuerte era este Amor.
Si a veces quería callarlo,
no se aguantaba la voz.

Esto es un sí y un no,
de Amor y de amargura,
que le supera el Amor.

Si este Amor fuera del hombre,
se convertiría en dolor.

Desperté, oí:

Ella dejó aquel camino
en su juventud primera.

Ella dejó aquel camino
y cogió el de las penas.

Yo a esto no llamo penas,
porque esto es Amor de amar.

Yo llamo aquí alegría,
aunque me vean llorar.

Yo, cuando vi a Dios,
entró mi cuerpo en éxtasis,
y aunque no quería yo
permanecer de rodillas,
de rodillas quedé yo.

¡Que pena tenía su Rostro,
y qué alegría su Mirada!
¡Qué Voz tan dulce su Voz,
que yo reía y lloraba!

¡Ay Rostro que estás con pena,
porque el hombre te la manda!
¡Ay Mirada de Dios Vivo,
que buscas al que Te ama!

Y tu Voz es Voz tan dulce,
porque es Perdón y Esperanza.
Es tu Rostro, tu Mirada,
y también fue tu Voz
la que me dejó sellada
con este Amor de locura,
locura que no se acaba.

Si amando nombras a Dios,
se te cambia hasta la cara.

TERESA DE ÁVILA


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viernes, 25 de marzo de 2011

Él nos daba Poder, y nosotros le teníamos obediencia - Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag.


En Sueño Profético vi mucha gente. De aquel gentío salieron tres y éstos se fueron juntos.

Dijo uno:

–Lucas, tienes que ir a visitar a aquel enfermo que fuiste aquel día con el Maestro y que su andar recobró. Hoy es la madre la que te llama –éste que le dijo esto a Lucas era pariente del enfermo que había sanado.

Se adelantó Matías y le dijo:

–Tú, antes de venir a Lucas, has debido de ir al Maestro, pues nosotros ya llevamos el cometido que Él nos ha encomendado, y mientras Él no nos cambie el trazado que nos dio, por nosotros no será cambiado.

Regresaron al lugar donde estaba el Maestro y contaron lo ocurrido, y dijo el Maestro:

–Matías, tu obediencia es ancla. A los sitios que Yo os mando, ya lleváis Poder mío. Si rompéis la obediencia, no se hará el prodigio. Lucas no hubiera sanado ninguna carne, porque le faltaba el Poder de mi Padre dado por Mí.

Quedaron un poco paradas las Palabras y siguió el Maestro:

–Siempre sea la obediencia para que el Amor crezca. Si así no fuera, sembraría el odio, y ya no estaríais conmigo ni Yo con vosotros. Esta Enseñanza vaya de unos a otros.

Desperté, oí:


Él nos daba Poder, y nosotros le teníamos obediencia.

Lucas quedó triste porque pensó ir al enfermo, sin pensar que en el “Ve”, iba el Poder.

Todo esto era Enseñanza,
Enseñanza que Él hacía,
poniéndoles los ejemplos,
de lo que después vendría.

Si tienes Amor,
te será fácil la obediencia.
Si obedeces sin Amor,
puede que te entre odio.

Ama como Dios nos ama,
y obedece como Él manda.

Que manda con tanto Amor,
que lloras cuando te manda.


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jueves, 24 de marzo de 2011

El dinero no sirve en el Camino de Dios - Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - Pag. 251-252-253-254


En Sueño Profético decían:

Cuando la carne enferma,
todos llaman a Dios.
Hay más de la mitad
que no se acordaron
hasta que enfermaron,
y ya, aquí, a Dios no dejaron.

La enfermedad es para todos.
La enfermedad es también
para el que no la quiera,
y tampoco puedes elegir la que quieras.

Sin muerte ni enfermedad,
Aquí no puedes llegar.

Si enfermedad no tenías,
mejor que no supieras
si tu hora llegaría.
¿"Pa" qué saberla querías?

Conocí a un poderoso
que buenos lamentos daba.
Pues había pasado su vida
en gritos y en amenazas.
Ya lo conocía el pueblo.
Cuando a alguien le mandaba,
le enseñaba las monedas
y con esto avasallaba
al que no tenía comida
ni rincón, ¡pero ni cama!
Quería comprar la ley,
y había veces que la compraba.
Pues llegó la enfermedad
cuando menos la esperaba.
Ésta le duró bastante,
y la muerte no llegaba.
No encontraba quien le diera
ni un momento de compaña.
Quería dar las monedas,
y nadie se las aceptaba;
quería comprar la ley,
las leyes que Dios no manda;
quería pagar a otro,
para que al prójimo amara;
quería comprar la Gloria,
por si la Gloria se encontraba.
Esto lo conocí yo,
y esto horrorizaba,
el ver el poco valor
que al dinero se encontraba.

Desperté, oí:

El creía que su dinero
le abriría puertas en el Cielo.

Como dinero tenía,
dinero en cantidad,
creía que pagando tendría
compaña día, noche y “madrugá”.

Las Leyes de Dios no se venden,
porque no hay vendedor,
porque nadie le pondría precio
a este Grande Inmenso Dios.

Él te recoge tu pago,
si tú pagas con Amor.

Porque el dinero no sirve
en el Camino de Dios.

Déjate un poco tu ira,
y piensa en la enfermedad,
en la muerte, en el que sufre,
y que algún día dirán:
¡Ya se ha muerto el poderoso,
y se dejó su caudal!

Vive pensando en la muerte,
que esa vida vives ya,
y si amas, nunca mueres,
porque vives Eternidad.


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miércoles, 23 de marzo de 2011

"Tu espíritu" - Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag.153-154-155


En Sueño Profético decían:

El hombre es responsable de su espíritu. El hombre, a su carne, debe enseñarle una disciplina, que esta disciplina sea mandada por su espíritu. El hombre que esta disciplina no tenga, es hombre que no vive en el Camino de Dios, y su espíritu siempre tendrá grande angustia. En el espíritu que le manda a la carne, estando con Dios, ves a Dios en todos sus actos. El espíritu que es de Dios, no hace nada que no sea para alabar a Dios. La carne siempre es rebelde al Mando de Dios y obediente al mando del hombre. La libertad de la carne hace la enfermedad del espíritu.

Contaba uno en mi casa que esta enfermedad tuvo –éste era un gran amigo de mi padre–, que un buen tiempo vivió en constante angustia por ir su espíritu detrás de su carne. Una noche, cuando entraba en su casa a deshoras, dice que vio una sombra que, en forma de cortina, le detenía el paso pidiéndole su espíritu, y a cambio le ofrecía hermosas mujeres. Dijo que se vio tan cerca de la condenación, que sintió los martirios de Satanás, pero que un impulso le hizo ponerse de rodillas y pronunciar estas palabras: “Señor, ya mi carne obedecerá a mi espíritu. Retírame los demonios que con su mentira quieren arrebatarme Tu Espíritu”.

Desperté, oí:

Enfermo estaba este espíritu,
y empezó la curación
cuando dijo: “Tu Espíritu”.

Venció la visión de la carne
que el pecado le ofrecía.

Un tiempo estuvo pecando,
y el pecado ya creía
que haciendo esta visión,
pecado no soltaría.

Éste se echó al pecado
porque otros lo arrastraron,
que estos otros lo arrastraron
porque éstos nunca amaron.

Cuando dijo “Tu Espíritu”,
se entregó con carne a Dios.

Se notó arrepentimiento
al notar condenación.

Quiso taparse la cara,
y veía sin visión.

Éste tuvo enfermedad
por otros que lo contagiaron,
y al decir “Tu Espíritu”,
Dios mandó la curación.

Es mejor que sea tu espíritu
el que a la carne mandó.

Porque será horroroso
vivir el sitio sin Dios.


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martes, 22 de marzo de 2011

El arriero - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag.200-201-202


En Sueño Profético veía un campo, pero un campo más bien feo al lado del campo que yo siempre he visto, digo campo porque no había casi casas; éstas, se veían pocas y muy distanciadas unas de otras. Y dijo uno:

Éstos son terrenos de Israel. Estos caminos los pasó el Maestro, y en esta fuente... –y me hizo ver una fuente con un pilón, a la que llegaban animales y bebían.

Siguieron diciendo:

Este Hecho que hoy me mandan dictar está perdido para el hombre. A esta fuente venían un día dos mozas a llenar dos cántaros que en el cuadril llevaban con gran aire de fortaleza y alegría, cuando a su vez un arriero daba de beber a sus dos mulas, mientras otros esperaban para acercar a sus animales para calmarles la sed. Estaban estas mujeres mandando el pecado a estos hombres con sus gestos y sus palabras, y apareció el Maestro con unos de sus Discípulos, y el arriero se fue para Él y Le dijo:

–Maestro, no quiero pecar, pero estas mujeres vienen a llenar el cántaro todos los días cuando...

No dejó el Maestro que siguiera, y le dijo:

–Cuanto tú pasas por la vereda, ellas saben que pasan los que quieren pecado. Ellas saben que el que no se oculta de mi amistad, no pasa por la vereda. Tú dices que vas a oír al Maestro, según en el sitio que te oyen. Si tú no pasas por la vereda, y cuando te juntas en la fuente hablas de Mí y mi Enseñanza, le puedes al pecado. Pero si vives agrandando el pecado, ya no estás en contra del pecado, estás en contra de la Enseñanza que yo voy enseñando. Tienes que odiar al pecado, porque va en contra de Mí.

Siguieron andando y, al llegar a la fuente, dijo este pecador –aunque no había hecho graves pecados:

–Maestro, si hoy no Te veo, hubiera estado todo el día en llanto. Anoche, cuando llegue a mi casa, mi mujer te estuvo buscando –porque yo la mandé– para siempre unirnos los dos a tu lado, para enseñar tu Doctrina, que va en contra del pecado –y se puso de rodillas esperando el Perdón.

Desperté, oí:

¡Cómo quedaron las mozas
cuando vieron al Maestro,
y delante de su túnica,
con las rodillas en el suelo,
al que ellas, madrugaban,
todos los días por verlo!

Eran unas pecadoras
que pecaban sabiendo
que al que ellas seguían
lo apartaban del Maestro.

Apartaban al que quería
de palabras al Maestro.

Éste no cayó en pecado
porque allí llegó el Maestro.

Al pasar por la vereda,
esto decía el arriero:

¡Si un día yo me encontrara
en la fuente al Maestro,
ya me quitaría este mal
que oculto dentro me siento!

Yo Le pedía Perdón,
y ya me daban desprecio.

A Dios llegan los deseos
que pide el arriero.

Allí, en una vereda,
le llega arrepentimiento.


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lunes, 21 de marzo de 2011

“Yo Soy el que publico y revelo al mundo la existencia de mi Gloria” - Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 14-15-16


En Sueño Profético decían:

“El que Me ame, buscará en ti mis Palabras. El no querer oírselas al que las lleve de Aquí, ya es renunciar”.

“Nunca Yo fui donde desprecio daban a mi Padre”.

“Yo hablo al espíritu que su materia vive en el Prójimo”.

“Yo Soy Dios Hijo, el que el hombre conoció en la Tierra”.

“Yo Soy el Dios de Aquí del Cielo, y también el de la Tierra”.

“Yo mando que mi Palabra hoy dictada salga a la luz, sin la oscuridad que el hombre quiere darle”.

“Yo Soy Dios Hijo y también Soy Dios Padre”.

“Yo Soy el que publico y revelo al mundo la existencia de mi Gloria”.


Desperté, oí:

Ha sido el mismo Dios
el que ha dado su Mando.

Ha sido el Poder del Padre,
del Hijo, y en Espíritu hablando.

Ha sido el no querer
que Lo sigan despreciando.

Dios manda que se publique,
y se verá publicado.

Y al hombre que no ame a Dios,
Dios lo tiene ya apartado.

El Instrumento publica
porque Dios se lo ha mandado.

Y el que lea los Mensajes,
ve claro que es Dios hablando.

¡Qué pena, para el que ama,
tener esto tan callado!

¡Que pena que juzgue el hombre
al que tiene que juzgarlo!

Debería el hombre pensar
lo que Dios podría hacer
si no hubiera Eternidad.

Dios espera al que ama,
y retira al que se aparta.

No hay mejor certificado,
que vivir siempre a Dios amando.

Pues si el Amor siempre está
en brotes de crecimiento,
dale la duda al demonio
y entrégate a este Reino.


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domingo, 20 de marzo de 2011

El trabajo del Profeta es duro - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag.221-222


En Sueño Profético decían:

El trabajo del Profeta es duro; es duro porque vive las dos vidas. Aquí no cabe decir: “¿Y si esto no es así…? ¿Y si como Dios es tan bueno me perdona…?

El Profeta sabe lo que Dios sabe. Cuando Dios le arroba su espíritu, empapa a este espíritu de Sabiduría Divina y le da Poder como le dio al Hijo.

Aquí viene el sufrimiento: tú recibes el Mensaje y tienes que comunicarlo; al comunicarlo será comprendido según los deseos que tengan de conocer o amar a Dios. Como tú no mandas, porque esa Mercancía no es tuya, la ofreces con miedo, pero como tú quieres prestar el Servicio resplandeciente, te enfrentas con la materia y aquí empieza el calvario. Este calvario no es que quiera Dios Padre que sea repetido, pero su Actuación es de Libertad. Aquí puedes ver lo que es un Profeta.

Desperté, oí:

Hablarte de la Existencia de Dios Vivo es quitarte de tantos errores como tendrás, y enseñarte lo fácil que es tener a Dios contento, y tener la seguridad de que al soltar la materia va sin detención a su Gloria.

A quien Dios-Profeta le dijera: “Tú estarás conmigo en presencia de mi Padre”, éste estaba ya en la Gloria.

Querer ocultar esto y no publicarlo, es querer cerrar la Gloria y abrir la grandes puertas del Infierno.

¿Qué ventajas tiene para Dios el callarlo? Para el hombre las tiene, para Dios, no.


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sábado, 19 de marzo de 2011

Dios no tiene tope en el numero de Elegidos - Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo I - Pag.30-31


En Sueño Profético vi varias caras y uno dijo, porque yo miraba con insistencia:

–¿Hacemos presentación?

–Yo, Tomás de Aquino.

–Yo, Juan Bosco.

–Yo, Agustín de Mónica.

–Yo, Juan de Dios.

–Yo, Teresa de Ávila.

–Domingo de Guzmán.

–Y Álvaro y los suyos.

Dijo Tomás:

–¿Cómo le extrañará al hombre que Dios elija un Lugar para hablarle al hombre? Si Dios no fuera constante en las Revelaciones, habría siempre el mismo número de Elegidos. O sea, que si Dios cogió al principio del mundo a unos, ya Dios no pasa de éstos. Pensar esto es pensar un jinete en coger un caballo de papel para ganar la carrera. Dios no tiene cifra en los Elegidos, ni su Gloria tiene pared. Dios elige donde quiere y a éste se comunica como el hombre no pudiera en la vida alcanzar.

Dijo Agustín:

–¿Por qué cree el hombre que Dios es Dios, para perdonar y sólo amar? Dios es Dios para enseñar a que se amen y esperar en su Gloria.

Desperté, oí:

Si Dios no tiene tope en el número de materia, cómo lo va a tener en el de los Elegidos.

Dios quiere que tú lo ames, para no elegir.

Ama más que amas y no dudes de lo que Él haga.

Si amas, no dudas. Y si dudas, no amas.

El grande Amor mata la duda.

Ama a Dios, no dudes de Él y no tendrás que pedirle Perdón.

Dios habla para que tú Lo oigas, pero no para que tú dudes.

Si nosotros hubiésemos dudado, Aquí no habríamos entrado.


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viernes, 18 de marzo de 2011

Permitir de Dios - Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - Pag.179-180


En Sueño Profético decían:

El hombre entiende el Permitir de Dios, diciendo: Dios quiere…; las cosas de Dios son así…; cuando Dios quiera se acabará tal o cual cosa…; si Dios no quisiera no ocurriría esto... Y te cuentan cualquier hecho.

Esto lo dice el hombre de oírlo de unos a otros. Éstas son palabras con sonido solamente, pero sin sentir el Amor de Dios. Si lo sintieran, dirían palabras que a Dios agradaran.

Dijo uno:

El Permitir de Dios, en vez de dar pena, da valentía al hombre.

Dios no quiere el olvido a sus Palabras. Dios no quiere el desprecio al Prójimo. Dios no quiere la injusticia ni la violencia. Dios quiere que el hombre viva la Paz y deje la guerra. Dios quiere que el hombre piense en el final de esa vida, y sin remedio en la muerte de la materia. Todo esto Dios lo quiere y al hombre deja. Pero el hombre olvida el “Permitir” y abusa de la palabra que él pone: “Quiere”.

Desperté, oí:

Dios permite tanto al hombre,
que para comprenderlo
tienes que amarlo.

Te permite hasta el Infierno,
por querer vivir apartado.

Te permite que Lo busques,
cuando te ves fracasado.

Esto no es querer de Dios.

Esto es Amor que espera,
por Salvar al pecador.

Lleva una lista contigo,
con un “sí” y con un “no”.

Y estudia estas Palabras,
siempre las mismas, de Dios.

Él quiso que fueran 12,
y 11 lo permitió.

No confundas el “Lo quiere”,
con el “Permitir de Dios”.


***

jueves, 17 de marzo de 2011

Hombre Culto - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag.25-26-27


En Sueño Profético decía Agustín:

Es cosa de decir “yo sé”,
y es cosa de no saber nada;
es cosa que asombra Aquí
el no oír estas Palabras;
es cosa que si lo piensan,
viven dando a Dios la espalda;
es cosa para pensar
si Dios la vida no acaba;
es un pensar sin pensar,
porque a este Dios no aman.

No piensan, porque al pensar,
verían las cosas claras,
y se sentirían sensatos,
aunque a Dios no Lo amaran.

Esto es de hombre culto,
el saber que no sabes nada,
y es de pensar también
que la vida ahí no acaba.

Yo viví con hombres cultos,
y cultura despreciaban
cuando oían a alguno
que de esta Gloria les hablaba.

Ellos hacían preguntas,
y el sabio les contestaba.
“El Sabio”, decían ellos,
al que de la Gloria hablaba.

Sabio de Sabiduría,
sabio que nadie enseñaba,
sabio de Poder Divino,
sabio que Dios enseñaba.

Es de pensar y no querer,
el ver que aquí Dios le habla.

Filósofos que esto lean,
fijo que le montarán guardia
a estos Escritos Divinos,
que sirven para Enseñanza.

Si el culto no quiere aprender,
que publique para el que ama,
que para querer a este Dios,
cultura no te hace falta,
pues si Lo amas tú,
la cultura Él te manda.

El hombre tiene olvidado
que vive ahí en ese mundo
con pocos días contados,
y que peca muchas veces
por tener a Dios olvidado.

Desperté, oí:

No crean que son pecados
sólo los que hizo Agustín.

Que también son aquellos
que a Dios quieren desmentir.

El no aceptar el Mensaje
es hacer desaire a Dios.

Si el hombre pensara un poco
en las formas que hay de pecar,
vería que ésta es una,
de a Dios no querer escuchar.

Y también hace pecado
el que maltrata al Lugar.

Hubo quien hizo pecados
de ver a Dios maltratar.

No se puede hablar de Dios,
sin querer oír hablar
a Domingo si éste fuera,
a Teresa o a Tomás.

Todos los que Dios eligió,
oyéndolos tu verás
que les manda una fuerza,
una fuerza sobrenatural.

Si el hombre pensara un poco
y amara, en el pensar
vería cómo ofendía
el no querer publicar.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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miércoles, 16 de marzo de 2011

PRÓLOGOS 14ª ENTRADA: Domingo García Pérez - Presidente U.N.I.C.E.F.


Libro 21 - Te Habla el Profeta - Tomo III

La Fe que pone Ana García de Cuenca en sus Escritos y la Caridad que practica a diario desde hace muchos años, así como la sencillez con la que actúa, su buen ejemplo para todos los que nos toca vivir en la sociedad materialista que hoy domina.

Nada tiene de extraño que sus obras tengan contenido que a veces no entendemos, pero quizás en ello esté su grandeza, pues como humanos somos muy limitados cuando tratamos de comprender cosas Divinas.

Prologo este Libro con mucho gusto, con la esperanza de que tenga una gran difusión para que sirva de reconocimiento a los méritos de su autora y de ayuda espiritual a todos los que lo lean.



Córdoba, 13 de Noviembre de 1990

Domingo García Pérez
Presidente de la Delegación Provincial
de U.N.I.C.E.F. de Córdoba

Dos ejemplos - Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 185-186


En Sueño Profético contaba Santiago un Hecho de la Vida de Dios Hombre.

Dijo Santiago:

Un día, cuando estábamos con el Maestro escuchando su Enseñanza, pasaron tres hombres y se pararon con esta pregunta.

Uno dijo:

–He oído hablar mucho del Maestro, pero ¿cómo puedo saber que Tú eres el Dios del Cielo?

Terminando estas palabras, llegaron dos y uno dijo:

–Vengo a pedirte perdón, por si en algo Te he ofendido. Yo hago memoria y no recuerdo… Lo que si quiero decirte es que tengo remordimiento de esto que voy a contar:

–Esta mañana ya dije: “Hoy busco al Maestro y le cuento lo que dije”, y tuve contestación, pues a lo de esta mañana ya me has contestado. En este mismo venero ocurrió lo que vengo a contarte. Justo ha pasado un año. Iba yo con unos amigos a este pueblo inmediato… –y no saliéndole el nombre por estar emocionado, sacó el pañuelo y sus ojos enjugó– Bueno… sigo contando lo que me pasó: “Estábamos sedientos, y a este mismo venero miré con pena y de momento pensé: “Si pasara por aquí Ese que le dicen Maestro y se sentara en el borde, sé que brotaría agua”. ¡Éstos son testigos del ruido que traía la fuerza del agua! Y como se mojaron nuestras manos, que colgaban dentro de la sequía del venero, todos dijeron: ¿A que te has acordado del Maestro?”. Esto quería yo mismo contártelo cuando Te conociera. No sé si debí pasar sed y pedir para el espíritu en vez de para la carne. Éste ha sido el motivo de no buscarte antes. Tengo vergüenza de mí mismo.

Se levantó el Maestro y los que con Él estábamos sentados, y esto oímos:

–Santiago ¿ves por qué cambié el camino que ayer dije que iríamos? Quería que vierais lo que Yo ya sabía: el que me ama y el que desconfía de las Palabras de mi Padre; el que se avergüenza amándolo Yo, y el que Yo amo y no puedo amarlo por no creer que soy Dios, y tengo que dejarlo apartado haciendo uso de mi Libertad.

Desperté, oí:

Esta Enseñanza y estos dos ejemplos, no están en ningún libro.

Dios seca el venero, hace que se sientan sedientos, y hace su Presencia en el agua.

Éste ama y tiene firmeza en que Dios era el que hablaba.

El que no tenía Amor, a Él mismo le pregunta, cómo saber que era Dios.

Si no crees, tú no amas, y nunca verás a Dios.


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martes, 15 de marzo de 2011

Los niños aprenderán lo que tú lleves por dentro - Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 227-228-229


En Sueño Profético vi a una mujer con unos niños hablándoles del Amor a Dios; de que Dios siempre está presente en nuestros actos; de que cuando fueran hombres no podrían engañar a Dios; de que tuvieran presente, de niños, a Dios Niño, y de hombres, a Dios Hombre; de que cerraran los ojos al levantarse y al acostarse, llamándolo, y fijo que lo sentirían, que esto ya era verlo.

Dijo un niño con 8 años:

–¿Y por qué cerrar los ojos?

Dijo esta misma mujer:

–Para apartarte de todo lo de la Tierra, que será la que intente apartarte de Dios. Cerrar los ojos es despreciar lo material y concentrarte en Dios, para que sea siempre tu Divino Maestro.

Apareció otra escena, y una mujer matando un ave. Este animal lo tenían unos niños cogido por las patas, y se divertían cuando chillaba –esta mujer hacía esto como fiesta para los niños–. Llegó el padre y, para que fuera más larga la agonía, buscó una piedra, y sujetando la mujer al animal, el marido le golpeaba la cabeza, sujetándola y poniéndola en un poyete de ladrillos; lo soltaban en el suelo y luego seguían los golpes.

Dijo uno:

Yo presencié estas dos estampas,
y hoy Dios me manda dictar.

¡Qué enseñanzas tan distintas,
si quieres reflexionar!

En una ves a Dios actuando,
porque la madre ama ya.

La otra madre hace la fiesta
que más agrada a Satanás.

Desperté, oí:

¡Cuánto malo aprende el niño,
cuando no ama el mayor!

Una madre los prepara,
uniéndolos siempre a Dios.

La otra hace la fiesta
del demonio que ella aprendió.

Ésta, siempre vio en su casa
hacer todo en contra de Dios.

El matar lo comentaban
como una fiesta mayor;
el pecado en el recato,
eso lo vivían “tos”.

Nunca se alababa el Nombre
de Dios Niño, de Dios Hombre.

Nunca se habló de la Virgen,
que por Madre conocieron.

Nunca se nombraba al ángel
que al Niño iba siguiendo.

Éstos vivían en pecado,
sin la Presencia de Dios.

¡Qué diferencia de madre,
enseñando al hijo a bueno!

¡Cómo enseñaba a rezar,
cerrando los ojos y viendo!

Ésta quería enseñarlos,
desde chicos, a ir comprendiendo:

Primero lo de la Gloria
y poner a Dios contento,
y luego, lo material,
si de Gloria sobra tiempo.

Los niños aprenderán
lo que tú lleves por dentro.


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lunes, 14 de marzo de 2011

Responsable ante mi Padre - Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 36-37-38


En Sueño Profético hablaban poniendo comparaciones. Hablaban de las distancias, de saber y no querer saber, de la persona que vive ignorando el Hecho, de la que todo lo sabe y no quiere dar la razón a lo que tiene que darle.

Decían:

La responsabilidad tiene varios grados. Hay quien es responsable de una responsabilidad que da risa. Y hay responsabilidades que cuestan llanto y hay que cumplir condena. Pero ésta no es la peor, por ser responsable de la materia, de una vida de materia, que al final es corta condena. Pero la persona que es responsable de lo espiritual, ésta no cumple condena, porque el cumplir nunca llega.

Otro dijo:

Esta pregunta fue dicha al Maestro cuando un día salíamos de la sinagoga:

–¿Tengo yo que quererte sabiendo que eres Dios, o con cumplir lo que manda Dios Padre basta?

Ésta fue la contestación:

–Con saber que soy Dios Hijo, ya eres responsable ante mi Padre. Si niegas mis Palabras, sin cundirlas y sin hacer que Me busquen, ya eres responsable de aquel que pudo oírme y no Me oyó. Esta responsabilidad es juzgada por mi Padre.

Desperté, oí:


Cierto que es responsable
aquel que esté cerca del Mensaje
y sepultura le dé.

Es un deber ante Dios
el no callar su Palabra.

No puede ser irresponsable
el que lo sabe y lo vive.

El que lo sabe y lo vive
haciendo el bien que hace.

Haciendo el bien que hace
para el Mundo sin carne.

Para que viva el espíritu
adorando a Dios Padre.

Tiene responsabilidad
el que no enseñe del Cielo
dándole para enseñar.

Esta Enseñanza debería,
si el hombre quisiera amar,
enseñarla en los colegios,
cuando el primer enseñar.

Y todos sabrían decir:
“El cumplir no es amar”.

El amar tiene el cumplir
de amar cada día más,
y nunca preguntaría
si en cumpliendo bastaba ya.


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domingo, 13 de marzo de 2011

Comida, lumbre y agua - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag.192-193-194


En Sueño Profético vi una fuente. De esta fuente caía el agua poco más que a gotas, y mucha gente se caía al suelo sedienta.

Dijo uno:

De esta fuente, si no tuviera la llave cerrada, bebería el que sed tuviera, y su muerte no sería sedienta. El que la llave cerró, la abrirá con sus sufrimientos.

Se quitó aquella visión y apareció una lumbre grandísima, había muchos con grandes tiritones de frío queriéndose acercar al fuego, pero se lo impedía el dueño de la lumbre, y pasaron la noche al relente, llegando la mañana y viendo a la mayoría engarrotados.

Aparecido otra visión, y se veía comida y mujeres con niños en brazos que alargaban la mano, siguiendo sin amparar a estos hambrientos.

Aparecieron los dos que habían negado agua y lumbre y censuraron a éste que no les daba comida y la enterraba, y queriendo demostrar ser buenos cristianos, quisieron en público avergonzarlo.

Estando hablando éstos que al Maestro no amaban, llegó Santiago y estas palabras repitió, que ya el Maestro a él le había hablado: “Es peor no darles agua y hacer que pasen sed, pues el agua, el que la niega, en Mí no puede creer”.

Y acercándose al de la lumbre, también le dio su Mensaje: “Mi Venida fue aquella noche tan fría, y calor no lo encontré. Éstos hicieron pecado, más que no dar de comer”.

Desperté, oí:

A Él, al nacer, no Le dieron calor ni cobijo.

Y al matar su Carne Le negaron el agua.

Dios hombre supo la angustia de la sed y la necesidad de la lumbre.

Si el agua no das, ¿cómo vas a dar comida? Si comida no das, puedes dar agua.

Ninguno amaba a Dios, pero el que menos amaba fue el que el agua negó.

Ama a Dios como Él ama, y darás comida, lumbre y agua.


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sábado, 12 de marzo de 2011

¿Puede vivir una materia dando ejemplo ahí, a diario hasta el fin? - Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - Pag. 139-140


En Sueño Profético me vi en un sitio grandioso, y estas fueron mis primeras palabras:

“Señor, ¿cómo decir yo esto para que lo crean?

Y dijo una voz:

Escribiendo el Dictado y publicando. El que lea estos Escritos, si ama a Dios, se unirá a esta Gloria. Y si dice que ama, por fuerza tiene que ver que este espíritu es traído Aquí, y enseñado sólo el espíritu, para volver a la materia y enseñarle lo que el hombre no quiere que aprenda.

Me notaba una fuerza grande, de dominio de gentes. Me explicaban y yo comprendía, y veía yo cómo explicarlo. Tenía yo que decir en la misma palabra: sí o no. Tan sólo dije: ¡Santo Cielo!

Presentaron un camino, y se andaba con firmeza, sin tener vibración, a pesar de tantos como caminaban. Estaba este camino en el aire, sin estar sujeto a nada. No vi el empiezo, y por mucho que anduvimos, no vi el final. No había carne ni telas, pero había personas, y en un trozo de dos metros no se podían contar. Se formó una inmensa bóveda, y sólo estaba el Padre Eterno, sin Carne también, y un espesor grande de ángeles, con sólo cabeza y alas. Repetían mucho: “¡Gloria de Dios! ¡Dios en la Gloria! ¡Mando Divino que al hombre asombra!”.

Aquí entra el espíritu que a Dios ama. Pero aunque mucho ame, entrar y volver a la materia contando de esta Gloria para enseñar, esto sólo Dios lo hace. Es Dios el que arroba el espíritu, y Dios es el mismo que mantiene la carne sin que el hombre la dé por muerta.

Desperté, oí:

¿Puede la carne decir
los síntomas de esta Gloria
cuando no ha vivido Aquí?

Y un cerebro perturbado,
¿puede esto describir?

¿Y vivir una materia
dando ejemplo ahí,
un día, una semana,
meses, años y hasta el fin?

Hasta el fin ahí en la Tierra,
y luego quedará Aquí,
al servicio de esta Gloria,
llevando Mensajes ahí.

El que a esto ponga duda,
fijo que no cree en Aquí.


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viernes, 11 de marzo de 2011

Si Dios no permitiera Infierno - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag.252-253


En Sueño Profético hablaba Agustín de Mónica. Decía:

Si Dios no permitiera Infierno, no se salvaría el pecador. Si Dios no apartara, el hombre no amaría cuando no pecara, quedaría en un vivir correcto para el hombre, pero sin sentir Amor, y ya no pensaría en este Cielo.

Sientes más placer, cuando esperas a sabiendas de que espera este Dios que siempre está queriendo. Si Dios no apartara al hombre, habría que quitar el nombre de Gloria, porque Gloria y pecado, no sería sitio de Dios, ya sería ese mundo falso que lleva a pecar al hombre. Hay hombres ahí en la Tierra, de esos que a Dios no aman, que siempre están con esta pregunta: ¿Por qué existirá el Infierno? ¡Dios que dicen que es buen Padre!

Yo, cuando ya no pequé,
tenía que morder mis labios
para poder contener.

Si Dios no tuviera Infierno,
yo creo que no habría Gloria
y no miraría tanto al Cielo
pidiendo Misericordia.

¿Quién puede pensar en Dios
sabiendo que no condena?

¿Quién puede pensar que Dios
te dé Gloria aunque no quieras?

Pues aquí ya tienes claro
el por qué da Dios condena.

Desperté, oí:

El Perdón Dios te lo da,
cuando tú Perdón ya quieras.

Y la condena la da
para dejarte al final
Libertad que te encarcelas.

Si Dios no apartara al hombre,
ni la Salvación la diera,
¿cómo podrías decir:
“Señor, tu Perdón quisiera”.

Y si Infierno no consiente,
luego Aquí se juntarían
el falso y el inocente.

El Santo y el fariseo,
y el que le pidió Perdón,
y el que no quería Cielo.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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jueves, 10 de marzo de 2011

Símbolos - Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pag.198-199


En este Sueño Profético me explicaban de los símbolos. Me presentaban un Palomo, y decían:

“Éste es el símbolo de la Comunicación de Dios; el Espíritu de Dios actuando en el hombre”.

Desapareció el Palomo y se puso un cordero con lana muy esponjosa, y decían: “Éste es el símbolo de la humildad”.

Desapareció esta estampa y se puso otra estampa con un hombre queriendo abrazar gran cantidad de monedas, y de carácter irónico. Decían: “Éste es el símbolo de la avaricia”.

Terminó esta explicación y apareció una mujer que de aspecto era pobre, ropa más bien rota, y con unos matojos se cubría las piernas, y dijeron: “Este símbolo es el del recato”.

De momento se puso otra mujer con ropas muy lujosas, pero muy transparentes, y llevaba en las manos algo que a los hombres ofrecía, y cantaba: “¿Quién compra extracto de víboras?”. Dijeron: “Este símbolo es el del pecado, pecado con regocijo.

Desperté, oí:

El Espíritu de Dios se comunica cuando tú tengas y pertenezcas al símbolo del cordero, y cuando pertenezcas al símbolo del recato. El Espíritu de Dios Vive y Comunica donde ve su Símbolo.

Ya estos símbolos dan la Paz.

Y esta Paz da la Gloria.

Y esta Gloria ya te quita
de que oigas vendedor
ofreciéndote veneno
para apartarte de Dios.


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miércoles, 9 de marzo de 2011

Dios sufre con tus ofensas - Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - Pag.243-244


En Sueño Profético decían:

Siempre que llamas a Dios con Amor, Él te responde. Y cuando Lo buscas con caridad, Lo ves.

Dijo uno:

Cuando ves más que es el Único Dios, es cuando Lo ofendes; cuando ves que, después de que Lo has ofendido, Él no te responde. Él podría responderte dejando ahí tu materia y mandando tu espíritu a sitio que jamás esté Dios. Dios ve que de cien, uno no Lo ofende. Dios, con que no Lo ofendan, aminora sus sufrimientos. Pero si Lo buscas con Amor, Dios te entra en su Gloria, aunque ahí estés con materia. Dios sufre con tus ofensas, y Lo Glorificas si Lo amas. Si dices una blasfemia contra Dios, es clavarle un clavo. Y si pecas sin nombrar a Dios, ya estás haciendo llagas. Pero si Lo reverencias, esta reverencia Le sirve de bálsamo para las heridas que Le produjeron los que pecaron por no amarlo.

Dios, siempre está hablando en un hombre, para que los demás hombres no pequen y no hagan sangrar a Dios, no por sus heridas, sino por tener que separar al hombre de Él.

Desperté, oí:

El sufrimiento de Dios es tener que retirar al hombre de su Gloria.

Tener que dejar que el hombre no quiera Gloria.

Dios no sufre por lo que Le hicieron, Dios sufre por lo que Él tiene que hacer.

No blasfemes, que desafías a Dios.

No peques aunque no nombres a Dios, que Le reproduces llagas.

Ámalo mucho, reveréncialo más, y en estos dos hechos, bálsamo Le darás.

La prueba más grande de Amor es evitar que sufra Este que tú amas.


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martes, 8 de marzo de 2011

El espíritu hará que tu carne sienta menos dolor - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag.141-142-143


En Sueño Profético hablaban de la enfermedad de la carne. Decían:

Si el espíritu lo tienes sano y la carne enferma, el espíritu hará que tu carne sienta menos dolor.

Yo, que tanto visité hospitales y mi vida era entre enfermos –enfermos que habían enfermado por falta de comida–, siempre vi dolerle menos la carne al que estaba su espíritu sano.

Estando un día vendándole a uno sus piernas –éstas con grandes llagas y con una supuración de olor corrompido–, me dijo:

―No crea que noto dolor. Quisiera, a veces, que algo me doliera para poder pensar en las llagas de Nuestro Divino Señor. Esto lo digo al de la cama tercera que padece esta misma enfermedad, pero que no es incurable. Su boca ofende a Dios tanto, que pido que su mal venga a mí, ya que el mal en mi carne se duerme.

Quedé con gana de llanto al oír a aquel moribundo.

Desperté, oí:

Éste tenía el espíritu ya con Dios
y dominaba la carne.

El de la cama tercera
dejó enfermar su espíritu
y se ocupaba de sus piernas.

Cuidaba lo que moría
y abandonaba lo Eterno.

Yo iba de cama en cama,
y diré mis sufrimientos:

Cuando veía la carne
sin poder seguir lo Eterno.

Y aún seguían ofendiendo
al que podía dar remedio,
remedio a lo material
y Gloria en la Eternidad.

Por muchos pobres pasé,
enfermos e incurables,
pero lo que a éste oí,
dicho con tanta dulzura,
no se oía repetir.

Cuando ya me retiré a dormir,
dormirme yo no podía.
Parece que oía decir:
“que el mal de él me venga a mí”.

¡Cuánto Amor a Dios tenía,
que antes de que Lo ofendieran,
él sus llagas le pedía!

JUAN DE DIOS


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lunes, 7 de marzo de 2011

Sin Oírlo, al Maestro seguían - Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag.210-211-212


En Sueño Profético decían:

El hombre, por no querer saber, él mismo se hace daño. El que aquí viene traído por Dios, te dice puro Evangelio, que esto es Palabra de Dios. El no querer buscar ni preguntar, no es postura de hombre amando.

Un Discípulo de Dios Hombre ahora sigue hablando:

Yendo un día con Pedro y dos más, llegamos a una venta para dar un poco de descanso a nuestros cuerpos y satisfacción a nuestros espíritus, ya que íbamos contentos con el cometido que nos había encargado nuestro Maestro, Hombre y Dios; primero que Hombre, Dios. Se acercaron dos y dirigiéndose a Pedro le dijeron:

–No sé si mi pregunta está acertada: ¿Vosotros tenéis trato con Ese que dicen que es Enviado del Cielo?; que esto lo dice Él y todo el que trato con Él tiene.

Se puso Pedro de pie, y cogiendo asientos de otras mesas, le dijo:

–Seis días nos estáis buscando, pero se ve que os informaron mal, para que no tengáis contacto con el Maestro. Anoche me dijo el Maestro: “Pedro, ya no hacen falta las Palabras que te he dado de sentencia para el sitio que Yo quería que las dijeras en mi Nombre, que bien dicho, las digo Yo. Ahora te las cambio por Amor en Palabras. Antes eran sentencias en Palabras para un sitio donde no me aman. Y hoy te doy Amor porque me buscan sin protesta ni cansancio. Hoy les he dicho el camino que a ti te estoy diciendo”.

Desperté, oí:

¡Cuánto amaron estos hombres
que a Dios buscaron por los campos!

Estuvieron unos días
andando, sin encontrarlo,
por uno que no quería
que con Dios tuvieran trato.

Dios los deja unos días,
para que vieran los otros
que el Amor los llevaría.

Para darle la Enseñanza
a Pedro y a los que iban,
que sin oír al Maestro,
al Maestro lo seguían.

Que si ellos no pasaban
sin oírlo noche y día,
había muchos sin saber
lo que a ellos les decía.

Esta Enseñanza fue grande,
más que para los que no querían
que éstos amaran,
fue para los Discípulos.

Había días que el Maestro sabía
que no se hubieran ido de su lado.

Veían el mal comportamiento
que le tenían a sus Palabras.

Y Dios había sido enviado
para todos los hombres.

Ya, el hombre, que eligiera,
como los que Aquí citamos,
unos en contra de Dios,
y otros buscan sin descanso
Palabras de Salvación.


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domingo, 6 de marzo de 2011

Sueño Eterno - Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - Pag.115-116-117


En Sueño Profético vi mucha gente dormida, y uno dijo:

Este es el “Sueño Eterno”. El que quedó dormido en presencia de Dios, hoy Dios lo tiene despierto en su Gloria.

Vi a otros que no estaban dormidos, y el mismo dijo:

Éstos, no tuvieron “Sueño Eterno”, éstos tuvieron muerte sin tener a Dios delante, y muertos están para Dios. Los del “Sueño Eterno”, Aquí despertaron, y despiertos están con Dios.

¿Quién puede hablar de esto sin estar Aquí en la Gloria? El hombre, más que saber de Aquí, tiene temor, y a veces este temor hace que se retire de Dios, haciendo vida mala.

Dijo otro:

Yo conocí a un hombre que hizo grandes pecados cuando supo que enfermedad tenía grave. Decía que antes de morirse tenía que divertirse y aprovechar el tiempo. Su mujer sufría con grande paciencia sus pecados, y a Dios pedía que no muriera hasta que no dejara de pecar; que si tenía que estar siempre sufriendo, que lo llevaría contenta hasta que no pecara, y Él ya que dispusiera. Un día, al verlo el médico, quedó el médico cortado: se había curado el mal que remedio no tenía para el hombre. Cuando se enteró la mujer dijo:

–Señor, si es para llevártelo, llévame a mí, que él ya será bueno cuando vea este milagro –Ella decía esta oración mientras él estaba hablando con Dios en grandes sollozos.

–Señor, ya mi vida la he cambiado. ¡Cuánto me pesan las palabras que la gente me oía! Ahora que estoy curado, mis ratos y diversión serán siempre para adorarte. Ahora me siento con fuerzas de cantar e ir brincando, pero siempre viviré vida de no hacer pecados.

Desperté, oí:

¡Qué Amor demuestra tener
esta mujer que ama tanto!

Que ama pidiendo a Dios,
que el marido tenga el “Sueño”
con la Presencia de Dios.

Cuando ya Dios lo concede,
sana sin que hubiera curación,
ella le cambia la vida
y le demuestra el Amor.

Tenía la seguridad
de que si curaba la carne,
curaría su pecar.

Grande amor tiene al marido,
y más grande Amor a Dios.

No quería que se “durmiera”
sin la Presencia de Dios.

El Amor Dios lo devuelve,
viviendo santos los dos.


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sábado, 5 de marzo de 2011

Atribular a un espíritu - Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag.108-109-110


En Sueño Profético hablaban del espíritu del mal, de las formas que tiene de atribular a un espíritu:

Éste tiene mil formas para robar un espíritu, atribularlo y, como final, meterlo en unas tinieblas sin fin.

Estos espíritus entran cuando ven la puerta abierta. Esta puerta la abre el pecado. Siempre que un espíritu enferma, ha sido a causa del pecado, bien, hecho por él mismo, o presenciado por éste, o por convivir con personas que no practican la Palabra de Dios. Esta enfermedad, muchos la tienen y pocos saben curarla; la curación se hace cogiendo el medicamento que vaya del espíritu. Si no aman, difícil es la curación; igual que la carne que es rebelde al tratamiento que el médico le ha puesto, y hace lo contrario que el médico manda cuando está fijo en el tratamiento que dio.

Hay espíritus que son menos zarandeados por los malignos que otros. Esto es difícil su explicación como no estés lleno de Dios; a esto el hombre le llama “simplada”; simplada: nota que da de su ignorancia.

La Educación y Enseñanza del espíritu, es estar en puro contacto con Dios. Las palabras y las acciones son para reverenciar a Dios. Haciendo esto, empiezas ya el tratamiento, y seguro que tendrás la curación. Hay quien abandona tanto al espíritu, que acaba perdiéndosele.

El hombre ha puesto las leyes –y severas–, para la materia, y dice con orgullo: “La cultura es imprescindible aunque bienes no haya”, y todos sus desvelos son para el progreso.

Desperté, oí:

Estas Comunicaciones harán que la Enseñanza del espíritu sea la primera.

Ya que esta Enseñanza es la que trae la Paz.

No saber del espíritu, es no saber de Dios.

Si hablas de Dios sin saber de su Mundo de espíritus, no puedes enseñar.

No puedes enseñar, porque sería querer corregir cultura material sin saber el abecedario; cátedra sin catedrático; querer encender donde no hay fuego.

Si el espíritu es de Aquí y tu carne de la Tierra, no le des tanta cultura, que cultura ahí se queda.

¡Cuánto cultos ahí vivieron y Aquí no los conocieron!


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viernes, 4 de marzo de 2011

Espectador de la injusticia - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 171-172


En Sueño Profético hablaban de una familia que vivía cerca de Dios Hombre.

Dijo una:

Esta familia sabía del Maestro por otros que no vivían cerca de Él. Desearon saber unos dos años antes de su Crucifixión. Éstos, poco hablaban con la Madre, a quien ya se veía que era Lugar preparado por Dios Padre, al que veneraban como un solo Dios, sin admitir al Hijo.

Un día, cuando ya estaba el Maestro discutido por el hombre –de si era Dios o no era Dios, cuando unos era todo adorarlo, y la mayoría quería que Lo mataran–, estando el Maestro hablando de lo que el hombre Le haría, dijo esta vecina:

–Nosotros no tenemos nada en contra Tuya, y nada malo saldrá de nuestra boca.

Volvió el Maestro su Cabeza, porque ésta venía detrás, y se oyeron estas Palabras con fuerte resonancia:

–Tú no tienes nada en contra mía, y esto es unirte a los que piden mi Crucifixión, que tampoco éstos tienen nada en mi contra, pero no Me aman porque antes tuvieron que amar a mi Padre, y ya amarían al que por Él fue mandado. El que no ama, no defiende ni obedece, no aprende ni enseña, espera para ser espectador de la injusticia. Esto es ir en mi contra.

Desperté, oí:


Esta familia no amaba, dejaba crecer la injusticia, y luego querían demostrar compasión.

Dios quiere Amor, y ya tú defenderás la injusticia.

Defenderás la injusticia uniéndote a la Obediencia del Padre y queriendo el trato del Hijo.

Las palabras “nosotros no tenemos nada en contra Tuya”, dieron pena al Maestro.

Si amas, sobran estas palabras.

Si amas, adoras en el sufrimiento y tu espíritu se une a Dios.

No des disculpa, ama, y enfado no darás a Dios.

La disculpa es para el hombre que no sabe lo que es Dios.


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jueves, 3 de marzo de 2011

Libertad de Dios y Perdón - Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - Pag.185-186


En Sueño Profético me hablaban de la Libertad de Dios y del Perdón. Decían:

La Justicia de Dios la toman con más importancia ahí que Aquí. El hombre, con frecuencia, dice esta frase: “¿Cómo Dios no hace justicia en esta injusticia?”, olvidando que Dios juzga Aquí.

Desperté, oí:

Dios deja tanta Libertad, que hay veces que dudan de su Poder.

La Libertad, el Amor y el Perdón, esto, Dios, a todos hace el mismo reparto.

Hay quien hace uso de mucha Libertad, y emplea poco Amor.

La mayoría quieren a Dios por su Gloria.

Y ya, los que Él elige, antes de ser elegidos, no sabían que había Gloria.

Dios arrobaArrobo: Desprendimiento del espíritu por la Fuerza del Mando de Dios y obediencia en la carne esperando el retorno del Mando (L.76-Pag.73-74-75) el espíritu que no ha pensado en su Gloria y sí Lo ha amado.

La Libertad que el hombre coge ahí, algún peso le hace Aquí.

Si Dios diera Libertad y tú justicia no vieras, tú dudabas de este Dios, por pecador que tú fueras.

Yo, Agustín de Mónica, si ahí no hubiera llorado, ya, Aquí, a mi Dios, no hubiera buscado.


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miércoles, 2 de marzo de 2011

Flores blancas - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 35-36-37


En Sueño Profético vi coronas de flores blancas, pero muchas. Desaparecían y se formaban otras. Esto lo vi varias veces.

Y dijo uno:

Estas flores son la oración que ahí hacen en la Tierra. La oración que ahí hacen, Aquí llega en flor, en aroma. La flor que ahí pones sin esta oración, Aquí no llega; es oración que tú haces para que el hombre te vea, y esa oración ahí se queda.

Todo lo material es para comprobación de lo que no tiene visión, de lo que tú sientes por dentro. Si tú amas y no lo dices, entierras el Amor; tienes que decirlo para que sepan que amas, pero que salga de dentro esta palabra. Por eso, la flor puesta en la tierra sin oración, es recuerdo para el hombre, no es recuerdo para Dios, no es un “¡Gracias Dios mío!”, este ruego es una flor.

Otra vez se vieron las flores que las formaba la oración.

Desperté, oí:

¡Qué aclaraciones hace este Dios
para aquel que las quiera!

Te forma de la oración
las flores blancas más bellas.

Te dice que si las pones
tan sólo puestas en la tierra,
es una oración al hombre.

Que al que ahí amaste no le llega.

Todo lo que vean ahí,
si no ha llegado a esta Gloria,
es recuerdo por cumplir.

El recuerdo que es recuerdo,
es recordando de Aquí.

Antes de poner las flores,
manda una oración Aquí,
que se convierte en flores
que luego verán en ti.

Lo que hagas en la Tierra,
procura vaya de Aquí.

Y siempre tendrás contacto
con los que vivan Aquí.


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martes, 1 de marzo de 2011

Las dos muertes - Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo I - Pag.226-227


En Sueño Profético hablaban de las dos muertes: muerte de materia y muerte de espíritu:

El hombre no se preocupa de la muerte del espíritu. El hombre llora la carne y desprecia la vida del espíritu.

Dijo uno:

Una carne enferma no puede hacer daño, porque el hombre la separa de otra carne a la que pudiera contagiar.

Un espíritu enfermo, hace rápida la contaminación, y puede enfermar a centenares de hombres con su exhibición o con sus teorías. Para evitar esto, hace falta el contacto y la Enseñanza directa de Dios. De estos espíritus, enfermos contagiosos, viene la muerte de muchos espíritus, por falta de Enseñanza. Estos espíritus son culpables también de muchas muertes de la materia: las guerras y los crímenes son fomentados por espíritus enfermos, por espíritus sin Dios. Esto, al hombre lo debería hacer pensar, y luchar por defender al que Dios elige para sanar espíritus. La salud del espíritu sano da Paz, tranquilidad, y va quitando obstáculos que pudieran enfermar a los espíritus que no tienen Enseñanza.

Desperté, oí:

Es sufrimiento para el que quiere sanar espíritus, si no lo dejan que actúe.

Es sufrir el querer que todos cuiden primero lo que se puede perder sin tener luego remedio.

Es sufrir el ver sufrir
a este Dios de este Cielo.

¿Por qué no pensará el hombre:
Si yo a Dios nada Le llevo,
cuando me llegue mi hora
y me presente en el cielo…?

Si el hombre pensara esto,
le entraría remordimiento.

De ver la Lucha de Dios,
y el hombre tanto desprecio.

Si el hombre pensara en muerte
del espíritu o del cuerpo,
se acabarían las guerras
y el hombre sería bueno.

Sería bueno, no por él,
sería bueno por el Dios
que perdona desde el Cielo.

Si pensara en las dos muertes,
no querría muerte en el Cielo.


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