En Sueño Profético decían:
Amando a Dios, siempre defenderás sus Leyes.
El Amor no es prudente, aunque viva en silencio.
El Amor vive y busca lo que no vive pecado. Y en esta búsqueda, al rechazar lo que no es de Dios, aparta la prudencia y defiende el Amor a Dios.
Dijo uno:
Aunque el Maestro les enseñaba a los Discípulos: “Vuestras obras dirán que sois mis Discípulos”, también quería que defendieran el Amor que a Él le tenían cuando alguno quería ensuciarlo.
Más de una vez dijo:
“No callaría nadie que le arrebataran a su hijo de sus brazos o algo que fuera suyo, dado por mi Padre en Mí, por ser el mismo. El que Me ama, defiende el Amor que Yo le di para él ir enseñando; y la prudencia y el silencio, dejarán de serlo, para que el que oiga, aprenda. No confundid la prudencia con el desprecio o la cobardía”.
Desperté, oí:
¡Qué cierto,
que si te quitan al hijo de tus brazos,
no puedes usar prudencia!
¡Qué cierto,
que en lo que es tuyo,
el Amor hace de fiera!
Dios Hombre
no quería que sus Discípulos,
a nadie, maltrato le dieran,
porque viviera pecado.
Pero sí decía mucho:
Defended mis Palabras,
sin silencio,
para que sirvan de Enseñanza.
Id quitando la cizaña,
y estad preparados
para que cuando llegue el sufrimiento,
no os roben el Amor que os he dado.
Defended lo que es vuestro,
porque Yo os lo he dado.
¡Qué cierto,
que el Amor a Dios no es prudente
cuando quieren arrebatarlo!
Cuando no quieren que quieras
al que Le piden milagros.
***
Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III
Prudencia es evitar un mal. Callar ante la ofensa a Dios es asociarse con el mal.
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