viernes, 23 de enero de 2015

Lo mismo que el Evangelio

En Sueño Profético decían:

Dios Creador y único en Sabiduría, que da la Enseñanza con tal perfección que no admite otra enseñanza. Esta Enseñanza es para el momento, para después y para lo Eterno. Es Enseñanza de palabras, pero palabras con cimientos. Es Enseñanza no de lo que vas viendo. Es Enseñanza que tú llevas ya por dentro y en el momento de hablar das la Enseñanza y van aprendiendo. El que enseña está lleno de la Gloria Divina y es el portador de la Palabra de Dios

Estas palabras son dichas por espíritus que ahí vivieron o por espíritus puros que nunca tuvieron materia, que fueron creados por Dios Omnipotente. Éstos fueron el suelo de la Gloria, principio que Dios hizo para la Bóveda Divina. Lugar que luego conocería el hombre que ya Él hizo con materia. Este Lugar vive sólo Presencia y Mando de Dios. Su Mando nos da la Palabra y los espíritus damos resonancia y sonido que lleva el espíritu a la carne, y ya da la Enseñanza de las Leyes de Dios.

Desperté, oí:

No hay quien lea estos Libros y no se note con Paz.

Si eres de Dios te afirma, porque sientes este Amor.

Si pones confianza diciendo “ya me lo arreglará Dios”, en estos Libros verás hechos que a otros les ocurrieron, lo mismo que a ti, y Dios arreglo le dio.

Si te crees pecador y te crees sin remedio estos Libros te dirán de otros que pecado hicieron, que dejaron el pecado y pensaron en el Cielo.

Y a Dios querían mandarle su belleza, su dinero, su juventud y sus hechos.

Sus hechos cuando cambiaron, que fueron: buscar a aquél pordiosero y repartirle sus riquezas, y ya agradar a Dios del Cielo.

Estos Libros te enseñan lo mismo que el Evangelio, pero con tal abundancia que te pones a leerlos y ves casos que pasaron y que el tuyo se encuentra entre ellos.

Si todo lo que Dios hizo cuando vivió en la Tierra lo tuviera el hombre escrito, no habría duda de que el hombre más Evangelio tendría.


***

Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo VII

1 comentario:

  1. La Enseñanza de Dios no tiene tiempos, existía antes del hombre y es eterna pero también responde a las dificultades, dudas y temores de nuestra vida diaria. Ya lo dijo Jesús: NO OS DEJARÉ SOLOS.

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