En Sueño Profético hablaban del hombre, de cómo quiere que viva el cuerpo. Que Dios lo permite porque ahí queda su invento, para que el cuerpo lo viva y luego le den entierro:
Todo lo que no es de Dios y no está en los Mandamientos, es querer que sirva el sombrero de zapato y el zapato de sombrero.
Si esto el hombre lo ve raro, ¿cómo verán en el Cielo que el hombre quiera vivir sin aprender y practicar los Mandamientos de Dios, que los dictó desde el Cielo, y luego Él bajó para enseñar a vivirlos?
¿Cómo puede pensar el hombre, que anule esta Enseñanza de Dios y luego su espíritu vuelva adonde salió?
Al adelanto del hombre, queriendo anular a Dios, no lo llames adelanto, llámale fracaso de los demonios, cuando Dios esté mediando.
La cuchara es para la boca, y la silla para sentarse. Por mucho que invente el hombre, esto jamás podrá cambiarse.
Desperté, oí:
¡Que cierto que el adelanto del hombre
siempre es apartar de Dios!
¡Qué cierto que creyéndolo y amándolo,
no puedes hacer lo que Él no mandó!
El creer te pone el miedo
cuando te veas la muerte.
Y al amarlo, falta vida,
si no Lo tienes presente.
Vida sin Dios, no eres tú,
aunque a ti te estén viendo.
Porque la vida la tiene
el espíritu maldito
que se entra en tu cuerpo.
En unos, entra y sale.
Y en otros, toma aposento.
El comportamiento del hombre
está a favor del Infierno.
Cumpliendo leyes de pecado,
de crimen y de adulterio.
Esto es vivir sin Dios
y anular el Evangelio.
***
Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C7
El verdadero adelanto es vivir para Vivir siempre. Lo demás es un esfuerzo vano.
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