En Sueño Profético decían:
Dios, cuando habla para que tú enseñes, siempre deja confirmación.
Cuantos más justificantes tenga el Elegido, menos disculpa tendrá el que no acepte. Dios nunca hablará sin dejar su Huella. Dios nunca elegirá terrenos que cubran lodo, que el que pise quede clavado sin ver el firme del lodo. Dios, cuando da resonancia, puedes ver claro si la resonancia es suya o del hombre.
Dijo uno:
Cuanto más pueda justificar el que Aquí Dios trae, más trabajo le costará alcanzar la Gloria al que no quiera verlo. Dios da Gloria en Palabras, y el hombre da martirio en hechos. Quiera el hombre callarse o dar a estos Escritos desprecio, esto lo dicta la Gloria, los que ahí les dicen muertos; que ya quisieran muchos vivos estar muertos como éstos, que son los que dan la Vida con los Mensajes del Cielo, que son los que en el arrobo, Dios los presenta con cuerpo, y el hombre no quiere saber de Dios por quien le diga: “yo vivo con carne, y cuando Dios quiere, deja mi cuerpo sin movimiento”.
Unas veces tú mismo te haces preguntas sin llegar a comprenderlo: ¿cómo puede andar un cuerpo cuando no te veas cuerpo?, ¿y pisar suelo de tierra si vas andando en el Cielo?
Todo esto debería el hombre saberlo, y estudiar y preguntar, y así iría aprendiendo, y se podría acabar lo que hoy está ocurriendo.
Desperté, oí:
Si no saben, es que quieren
seguir sin este Saber.
¡Si Dios les manda razones
que sin ver tienes que ver!
¡Qué difícil se les pone
el querer retroceder!
Difícil porque no quieren,
y Dios sí quiere querer.
Querer que el hombre pregone
lo escrito en este papel.
Que es Palabra que Dios dijo
cuando las nubes las puso
donde se andaba con pies.
Nubes o gasas con fuerza,
que tú firmeza Allí ves.
¡Cómo los pies te los sientes,
y si miras ya no ves!
¡Qué pena que el hombre ignore
esta Gloria cómo es!
¡Qué pena el sufrir de Dios
por el hombre no saber!
Cuantas más pruebas Dios te mande,
de esta Gloria cómo es,
menos entrarás en Ella
si te aparta el no querer.
***
Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - C6
Mientras más Enseñanza, menos disculpa. Ignorar la Huella de Dios es taparse los ojos para caer voluntariamente en el abismo.
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