En Sueño Profético hablaban de la medicina, del médico y del enfermo. Decían:
Siendo para curar y el médico sabiéndolo, el medicamento que cura esa enfermedad hay veces que dice el médico que no se puede curar por faltar este o aquel medicamento o cuesta tanto dinero que no se puede salvar. Y sigue el médico repitiendo todas las dificultades que tiene el conseguir el medicamento, que casi siempre responde en sollozos el familiar que esté oyendo.
¿Cuántas cuentas has pagado en boticas después de haber enterrado al ser que tanto querías y das gracias porque un tiempo las cuentas no presentaron?
Todo esto y mucho más hace el hombre para defender el cuerpo.
Dijo uno:
Ahora háblales del medicamento del espíritu. Empiezan ya creyendo poco en el médico del espíritu y al no creer no cogen medicamento que, siendo más fácil de tomar que el material, como el enfermo no quiera, a su espíritu no llega curación. Pero si otro a Dios le pide y a sus Palabras se entrega puede que le llegue cura, aunque éste no lo sepa.
Desperté, oí:
Es ignorancia y en muchos, por querer esta ignorancia, no saber curar el espíritu.
Si el hombre fuera haciendo comparaciones de las cosas que necesita la materia para curarse y de las que necesita el espíritu, vería que las del espíritu nunca eran fracaso.
Gratis es el medicamento y el que más ame a este Dios más fuerte toma la dosis y mayor será la reacción.
La reacción al enfermo que nunca da compasión.
Nada de la medicina, ni de la cirugía, pueden decir que a mí me raje.
Tomaré la bebida para que otro se sane.
Esto es sólo al enfermo, y si muere, pago y agrado ya vale.
El hombre con el dinero y el llanto no puede impedir que al cuerpo le llegue funeral.
Pero se entrega al médico aunque no pueda pagarle.
Enfermo y familiar dan preferencia a la carne.
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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V
La salud del cuerpo es efímera y termina en muerte. La salud del espíritu es fortaleza y conduce a la Vida Eterna.
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