En Sueño Profético vi el campo. Se veía todo a la misma altura, aunque echaras la vista lejos. Era sembrado de trigo.
Ya dijo un hombre que salió de en medio de las espigas:
Este sembrado, si lo miras y lo piensas, cierras los ojos y ves a Dios. Ni con manos que hombres cogieran espiga por espiga y quisieran ponerlas iguales y a la misma altura, podría conseguirse. Pues aquí, con la Mirada del Cielo, todas a la misma Mirada, suben; todas engordan su grano para cuando llegue la siega, para cuando llegue el segador segando sin preferencia de espiga.
Se formó aire y dijo el mismo:
¿Quién podría hacer este bamboleo, tan igual y tan perfecto, si no es Dios? Ahora, si cambia el aire porque se lo mande Dios, será la espiga obediente. –y todas se vieron como dar reverencia al sitio donde teníamos la cara, al revés de cuando el aire primero, que espigas nos daban la espalda– Esto es Dios, si miras al Cielo. Si piensas en esto, ya el pan lleva secreto, como todo lo que cría el agua y el sol que baja de arriba. Si piensas, dices: “esto es Dios”, y miras al Cielo.
Desperté, oí:
A millones,
por decir número de espigas,
Dios la mueve
sin Palabras y sin esfuerzo.
Tan sólo mandando al aire
que sale de esta Bóveda,
donde existe Hijo y Padre.
Espíritu es el Mando,
para mandarle a la lluvia,
al crecimiento y al aire.
Al Sol lo manda con fuerza,
cuando la siembra se hace.
Y ya se convierte el trigo
en harina, en amasijo,
y en hacer redondos panes.
El fuego lo va dorando,
y cuando comes el pan,
de Dios te vas acordando.
“Este es mi Cuerpo”, les dijo
a los Discípulos cenando.
Todo es Mando de Dios,
aunque no veas el Mando.
***
Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria, que Enseñen - Tomo II - C6
Todo es Mando de Dios y la creación Le obedece y Le alaba.
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