En Sueño Profético hablaban del tiempo, del Amor de Dios, de la confianza y de la seguridad que el hombre ponía a su vida. Decían:
El tiempo lo debe el hombre utilizar cogiendo el primer tiempo para hacer servicio a Dios, que este servicio puede ser en cualquier profesión que tengas, de acción o de palabras, que si amas a Dios tiempo tú sacas.
Dijo uno:
Si el hombre amara a Dios ¿cómo no sacaría tiempo para publicar estos Escritos cuando debería esperar en la puerta del Elegido para publicar el de cada día, para que ya todos publicados estuvieran?
Ahí, en la Tierra, si uno manda noticia fuera para que todos los hombres se enteren de su cumplir en la Tierra, pues si eso es así ¿cómo aquí puede tener ocultas tantas Palabras que Dios dicta y están escritas en Libretas? Aquí falta Amor y sobra creencia, creyendo el sujetarse la vida.
En esa vida de la Tierra si el hombre pensara que un estornudo puede ser su despedida, ahí en la Tierra, vería el poco tiempo que podía durar esa vida de la Tierra.
Cuanta Enseñanza hay tapada, tan sólo del Dictado, que luego se podrían hacer Libros de Iluminación que Aquí le dan y al escribir más la darán. Pero el hombre no tiene tiempo para hacer público lo que de Aquí llega.
Desperté, oí:
El hombre no tiene tiempo para las cosas de Dios.
¿Cómo puede comprender que Dios ponga a eso razón?
Si debería estar el hombre, con el papel y la máquina, preparado para publicar noticia del que vida y Mundo están en sus Manos.
Si el hombre creyera Esto el miedo hacía el Mando.
Porque paso que das es porque Él te está dejando.
Es pena y desobediencia tener estos Escritos callados.
La pena es para el que ama, porque no lleguen a sus manos.
Y desobediencia injusta es dejar lo de Dios a un lado.
Deberían estar en la puerta, pero en la calle esperando.
Y hacer una reverencia antes de ser entregados.
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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V
Nada merece tanto nuestra dedicación como prepararnos para la Vida Eterna.
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