En Sueño Profético hablaban de la obediencia a Dios, de la obediencia a sus Palabras.
Dijo uno:
Yo fui Discípulo de Dios cuando su Vida con Materia, y muchos quisieron seguirlo, pero cuando Él decía:
“Todos para Mí sois Discípulos, pero cuando me tengáis por Maestro. Si me tenéis por Maestro, obedeceréis lo que bien os venga, o lo que creáis que es una contrariedad; seguiréis mis Pasos, aunque oigáis no están bien dados. El que cumpla esto sin desconfianza, ya es mi Discípulo. El que no se vea fuerte de obediencia, que no me siga, porque puede hacer débil al que obediencia tiene. Una vez que él no me obedezca, es porque le aconsejan espíritus en contra de mi Padre”.
Terminando el Maestro de hablar, empezaban a mirarse, y se iban desapareciendo a grupos, y ya quedábamos pocos.
Dijo este mismo:
Un día, cuando íbamos con Él, al pasar por una plaza, se acercó una mujer y dijo:
–¡Que suerte los que siempre rocen tu vestidura!
Se paró el Maestro y dijo:
–¿A qué tú dejarías todo y vivirías con mis Palabras de Alimento?
Se puso esta mujer a llorar, porque esa era su frase dicha al que sabía que podía seguirlo y no lo buscaba. Ella tenía 3 hijos, viuda, y tenía que ganar lo que en su casa necesitaban los 4 que se juntaban, siendo el mayor de 10 años.
Otra vez se oyó al Maestro, a la vez de sus sollozos:
–Mujer, mañana tus hijos irán a buscarlos unos que me aman y mi Padre manda, y ya tú puedes seguir mis Palabras, como éstos me siguen, para enseñar a no pecar.
Desperté, oí:
Esta mujer ama y no puede Seguirlo.
Siempre estaba diciendo: “Si me cuidaran mis hijos, yo le serviría al Maestro”.
El Maestro, esto sabía, pero dejó que ella dijera los deseos y que Discípulos oyeran.
Momentos antes habló el Maestro, y todos se fueron yendo.
Se fueron, porque faltaba Amor para obedecerle.
La viuda quiere y no puede, y Dios como quiere y puede, a la viuda le manda lo que de sobra ya tiene.
Si piensas obedecer, busca a Dios para seguirlo, que Él te tapará el fallo que tú crees que has tenido.
***
Dios no nos quiere tibios. O fríos o calientes.
ResponderEliminarDios no puso número en los Discípulos, es que más no quisieron serlo.
ResponderEliminarComo se nota el amor que esta mujer siente por el maestro que su pedir Dios se lo concede, y es que Dios está esperando que le pidas para darte.
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