En Sueño Profético decían:
Es pena que el hombre desconozca todo lo que va del espíritu, cuando debía de ser normal el aceptar.
Si hay dos mundos, uno espiritual y otro material, es de una lógica aplastante que un mundo sepa del otro, ya que el Dueño de los dos es Dios.
El hombre acepta el material, y dice que también el espiritual. Pero que no diga nadie: “Yo he visto o veo a Dios, y habla en mí, y me habla para que yo diga lo que Él me dice”. Oír esto es ponerse en contra de este Lugar.
Contaban de una zagala, que yendo a coger leña, cuando ya hacía el haz, se le aparecía una mujer, y con la fuerza que sus ropas llevaban, hacía que la niña se arrodillara y sus manos cruzara, quedando la niña unos minutos oyendo y no pudiendo hablar. Cuando aquello pasaba, cogía la niña su haz de leña y contenta caminaba; llegaba a su casa con la expresión de que una pluma fuera la carga; soltaba la leña, reunía al padre y hermanos, y contaba el caso ocurrido. ¡Buenos palos se llevó del padre y de un hermano mayor que tenía! Un día se fueron detrás de ella, y cuando la vieron de rodillas, quisieron llegar a ella para maltratarla, pero quedaron inmóviles, sin poder mover lengua ni brazos, pero sí oyeron:
Yo le doy calor de madre,
porque soy Madre del Cielo,
y siempre que venga al campo,
se llevará mi consuelo.
Desperté, oí:
La niña llamaba a la madre,
y la Virgen respondía.
La niña llamaba a la madre
porque sabía que vivía.
Ellos no aceptaban nada
que de otro Mundo venía.
La madre, cuando murió,
a la niña le decía:
Me voy para el que no me quiere.
Me quedo para el que me ama.
Siempre que me quieras ver,
di a la Virgen una plegaria.
Esto decía a la niña
cuando a la madre llamaba:
Siempre que me quieras ver,
di a la Virgen una plegaria.
La madre amaba a Dios,
y sólo la niña amaba.
Ella dejó ahí a su niña,
y la Virgen la cuidaba.
Si ellos creen en este Mundo,
la Virgen también les habla.
***
Creemos en la vida espiritual a la hora de pedir, pero si compromete nuestra vida, la ignoramos.
ResponderEliminarLa importancia de recordar a los seres queridos que se nos van, y sabemos que por su vida vivida están en la Gloria. Esos seres queridos son los que nos ayudan.
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