jueves, 30 de junio de 2011

Conciencia amiga de Dios - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 236-237-238


En Sueño Profético decían:

Si tu conciencia es amiga de Dios, tu misma conciencia te llevará a hacer el bien.

Si tu conciencia no es de parte de Dios, te hará que hagas el mal, y cuando no tenga remedio de enmienda, te atormentará, y horrible será el sufrimiento.

Dijo uno:

El sufrimiento que no toma parte tu conciencia, éste no es sufrimiento, éste es sufrir con Dios, sufrir con tranquilidad de espíritu, sufrir por el caminar peñascoso, que a veces puedes pasar si vas salvando obstáculos; y otras veces el caminar, siendo el empedrado menudo, es difícil caminar.

Todo es una Enseñanza para vivir esa vida sin llevar peso detrás; todo es pensar en Dios sabiendo que dejarás todo lo que tanto quieres, personas o capital, sin que sepas el momento para poder rectificar.

Todo el que piense en Dios, lo ves sufrir, caminar, lo ves mil veces que aparta los pedruscos, que al pasar, quisieran estos pedruscos que no llegara al final, quisiera que allí quedaran, entre las piedras, como quedan las “pisás”. Éste es el mal espíritu.

Si tu conciencia la pones al servicio de este Dios, tu sufrir será un pasar, por ser el sufrir con Dios, y nunca oirás lamentos: “esto mal lo hice yo, y me queda mucho mal, un mal mayor, pensar al que hice sufrir que tan sólo supe yo”. Éstas son conciencias sucias, que sufren pero sin Dios.

Desperté, oí:

Si se pudiera medir o pesar
el que sufre con su conciencia de Dios
o al que vivió haciendo el mal,
seguro que el mundo era
una urna de cristal,
brillante hasta por fuera.

Cuando vieran el sufrir,
el peso que detrás lleva,
el que usó su conciencia
sin querer con Dios partir.

El que su conciencia
siempre la tenía
mirando al Cielo,
Éste lo verías sufrir
sin altura y sin peso.

Observa estos “sufrir”,
y te serán de provecho.

Porque lo que Aquí se dicta,
son Palabras de este Cielo.


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miércoles, 29 de junio de 2011

Fuego Divino - Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pag. 91-92


En Sueño Profético vi una columna roja de fuego, y otra de humo.

Dijo uno, señalando la de fuego:

Esta columna es la del Amor a Dios. Esto es Fuego Divino, Fuego que el espíritu no puede tener en secreto, Fuego que sus llamas prenden lo mojado, Fuego que su mecha nunca apaga. Este Fuego, imposible y difícil –sobra ya esta palabra– es callarlo. El que su espíritu tenga y sienta esta columna de Fuego, no parará hasta prender este Amor Divino; Amor que salta las leyes humanas; Amor que no conoce familia; Amor sin diferencia de sexo; Amor de niño, sin dar valor a la materia, por vivir con la inocencia de la Gloria de Dios. Este es el Amor de esta columna.

Y ésta de humo, es la de los tibios. Tibio: Amor sin prender; amor sin provecho; amor peligroso, peligroso para este espíritu y para el que trato con éste tenga. El espíritu tibio es agua parada, agua que a medida del tiempo, menos servicio puede dar; agua que puede ser contagiosa y de peligro; agua que espera sin pensar a quién perjudique; agua que puede a cualquiera engañar por no tener el nombre: Peligro

Desperté, oí:

Piensa en las dos columnas, y coge la del Fuego Divino.

La palabra Fuego, ya te dice que Fuego tú prendas.

Esta columna te simboliza inquietud, buscar donde este Fuego pudiera ser prendido, y que todos vieran sus Llamas.

Prenderlo en sitios altos,
que aunque nadie se asomara,
todos dirían contentos:
¡Desde aquí veo sus Llamas!

Y puede que al ver el Fuego,
el Fuego en él nazca.

La tibia, no es de provecho,
ésta no sirve para nada,
ésta sirve para el hombre
que le oculta sus palabras.

Apúntate desde ahora
a ser columna encarnada,
que sus Llamas son tan rojas,
que en ti todos vean las Llamas.


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martes, 28 de junio de 2011

Grandes respuestas de Dios - Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 180-181


En Sueño Profético hacían preguntas y daban respuestas.

Ésta era una pregunta:

–¿Por qué el hombre persigue tanto la Palabra de Dios?

Otra voz contesta:

–Por falta de creer en este Dios. Y el que cree, por falta de Amor.

–¿Por qué sufre el que Dios elige?

–Porque su espíritu vive el Mando de esta Gloria y tiene que comunicar el Mensaje en el mundo material, donde el pecado, con libertad, lo vive el hombre.

–¿Cree el hombre que Juzga a Dios, que no peca?

–No aceptar, ya es pecar. Y juzgar es no creer en Dios.

–¿Elige Dios porque es Dios o porque el Elegido quiere?

–Dios se ve más que es Dios porque deja al hombre que desprecie su Gloria, y elige cuando ya sabe está un grande Amor esperándolo.

–¿Pueden llenarse de vanidad estos Lugares?

–No, porque la Humildad de Dios no deja sitio al mal espíritu.

–¿Puede callarse el “Di” que Dios da al Instrumento?

–Si no es Dios, hay silencio. Si es Dios, formarán la guerra, pero su Palabra hará sepulturas y levantará a los muertos, reconociendo es Dios.

–¿Si el hombre pensara en el abandono que tiene que darle a todo lo material, empezando por su cuerpo, se quitaría el egoísmo?

–No tendría que quitarse, porque no existiría.

Desperté, oí:

Grandes respuestas da Dios
en espíritus de esta Gloria.

Las preguntas son del hombre,
y también son las respuestas.

Aquí las dicen en Gloria
para que el hombre aprenda.

Y él solo se aplique frases,
reformando su conciencia.

Hay Palabras para el que ama
y para el que forma la guerra.

El que ama, notará la Paz
que al leer le queda.


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lunes, 27 de junio de 2011

Cuando de Aquí me hablaron, ya dejé mi mal vivir - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 143-144-145-146


En Sueño Profético decían:

El mismo hombre se prohíbe saber de Dios. El hombre no debería dudar nada de Aquí, puesto que esta Gloria Dios la tiene para todo el que la quiera.

Esto es Casa del hombre, Lugar que tiene Dios para todo el que no quiera separarse de Él. Esta Casa es habitada por espíritus santificados: unos, sin haber conocido el pecado, y otros, siendo grandes pecadores.

Dijo una mujer:

Yo, cuando de Aquí me hablaron, ya dejé mi mal vivir.

Me retiré a donde nadie pudiera saber de mí; conté con mi familia para que dejaran de sufrir, pues los tuve en vida amarga desde los quince hasta casi llegar a los treinta.

Este que me habló de Aquí, iba visitando enfermos, y al enfermo al que se acercó, hacía rato que estaba yo allí.

Yo no conocía al enfermo,
pero pasé por allí.
Mi intención fue irme pronto,
pues mi sitio no era allí.

Me esperaban unas mozas
que tenían mal vivir.
Pero ya no podía irme,
cuando este hombre llegó,
y con un Amor tan grande
su pecho le destapó.

Tenía grandes heridas,
que del mal que tenía
de dentro le salían.

Contestó al verlo,
pues a ella el verla
no le contentaba:

¡Dios te bendiga, Juan!
Tus manos ya llevan Gloria,
y tus palabras,
aliento de Eternidad.

Dijo esta mujer:

Si me contestara a las palabras
que quiero preguntarle,
yo ya no pecaría más.

Contestó Juan, sin quererla mirar:

Toda la hermosura que tú tienes,
yo la veo “destrozá”.
“Destrozá” y sin medicamento
que te la pueda curar,
como no dejes el pecado
que a tantos hace pecar.

Ya que Dios te dio hermosura,
que no sea para tu mal.

Ven y recorre las camas
que yo vengo a visitar,
y después que las visites,
te arrepientes de pecar,
y te vas y buscas comida,
y la llevas a entregar,
y gastas allí el dinero,
que el pecado te iba a costar.

Desperté, oí:

Si ella no oye a Juan,
y Juan no habla de Aquí,
sigue ésta haciendo pecados,
y Aquí no puede venir.

Por eso seguro es
que al que Dios Aquí lo trae,
al que hable se lo trae.

Se lo trae y se confiesa
de los pecados que tenga.

Dios lo trae y ahí lo lleva,
no para que ahí le den penas.

El que esté pecando ahí,
si habla con él de Aquí,
asegura que se vuelve
Teresa, Juan o Agustín.

Yo era Juan de Dios,
por la gente que me vio.

La gente que me veía,
a mis enfermos seguía.

Grita que te habla Dios,
que a gritos piden perdón.

Piden el perdón a gritos,
y al enfermo buscarán
con deseos de curar.

JUAN DE DIOS


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domingo, 26 de junio de 2011

Misterio de Amor a Dios - Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 186-187-188


En Sueño Profético hablaban dos mujeres que tuvieron contacto con Dios Hombre. Las dos querían contar el hecho; una se llamaba Isabel, a la otra le decían Misterio; éste no era su nombre; esta mujer amaba tanto al Maestro, que a todo el que cogía le hacía que amara igual.

Le dijo Isabel:

–Cuenta tú el hecho, Misterio.

–Ya empiezo yo mi relato: “Yo no conocía al Maestro, y un día llegó uno a mi casa que tenía gran amistad con mi marido –al que mi marido lo tenía como un profeta– Empezó a hablar del Maestro, y al día siguiente fui yo en su busca, y sola hice mi presentación ante El Salvador. Dije estas palabras –cuando me vi delante de cinco que había–:

–¿Cómo me presento, si no me conoces?

Me contestó el Maestro:

–Ya te conocía antes de que mandara tu espíritu a tu carne. Tú sientes a Dios en Espíritu, y te falta tener amistad conmigo mientras Yo esté con Materia, para que mi Enseñanza te quede. Tienes marido y dos hijos, pero siempre llevas a mi Padre en tu recuerdo antes que a ellos. Bien puesto tienes el nombre que te pusieron los que no aman. Sigue mis Pasos sin miedo, ya que mi Enseñanza es esa: Dios antes que padres e hijos.

Desperté, oí:

Esta mujer amaba tanto a Dios,
que superaba al cariño
de los hijos y el marido.

Todo lo que a Dios agradaba,
era lo primero.

Ésta era una mujer joven,
de un aplomo sin compañero.

Los quehaceres de la casa hacía
y le sobraba tiempo
para ir y preguntar
lo que decía el Maestro.

Todos le veían un vivir,
un vivir con un misterio.

Un Amor que repartía,
de gozo que había dentro.

Cuando hablaban de los hijos,
de los padres,
y también de los maridos,
ella ponía la mirada
a donde habita el Altísimo.

Cuando el Maestro le dijo
que así era el Amor,
ya se descubrió el misterio
que envuelto tenía el Amor.

Ella tenía una lucha:
marido, hijos o Dios.

El Maestro se lo aclara,
y el misterio se acabó.

Pero ya queda de nombre:
“Misterio de Amor a Dios”.


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sábado, 25 de junio de 2011

Tener caridad es amar a Dios - Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 128-129-130


En Sueño Profético hablaban de la caridad. Decían:

Tener caridad es amar a Dios. Si quieres saber si Dios tiene intimidad espiritual con una persona, sigue su vida; y si practica la caridad, acepta sus palabras.

Yo viví oyendo a dos
que decían que Dios les hablaba.
Uno era una mujer,
y más bien acomodada;
y el otro, hombre era.

Este último que nombro
vivía solo y sin compaña;
era bracero de un horno,
y siempre pan amasaba;
cuando cumplía su trabajo,
echaba otra jornada,
y aparte tenía el dinero,
y a los pobres lo llevaba.

Yo le preguntaba a veces,
porque con él me paraba:
“¿Por quién haces esto, Andrés?
¿Y el día que no ganes nada?”.

Esta era la respuesta:

Dios quiere que así lo haga.
Él me da la salud,
y también techo y cama.

Vienen los carros “cargaos”,
y yo los descargo y me pagan.
¿Quién es el que mueve esto,
si no es el mismo que por las mañanas,
en el ventano de mi vivienda,
su resplandor me levanta?

Ya me pongo de rodillas,
y cuando acabo de orar,
se me acaba el resplandor
y viene la oscuridad.

Tú lo ves aquí claro,
que me va Dios a visitar;
Ya me entra un desosiego
de querer más trabajar,
y repartir al enfermo
lo que yo gano de más.

Hay mañanas que Lo siento
en mi oído respirar.
Esto lo cuento en el horno
y me harto de llorar
de ver que no me lo creen,
que Dios me va a visitar.

Yo tengo cerca de treinta,
y aún no he podido olvidar
lo que me decía mi madre.
Nueve años yo tenía cuando murió,
y quedé al amparo
de los que a Dios amaban.

Estas eran sus repetidas palabras:
“Hijo, ten Amor y caridad,
y Dios no te faltará”.

A la que estaba acomodada y decía que Dios le hablaba, la vi un día de frío,
que despreciaba a un pobre y lo insultaba a su vez; porque le pidió una limosna, se oyeron estas palabras frías: “¡Bebedor, andrajoso, aséate antes de acercarte a pedir!”.

Desperté, oí:

¿Qué duda podía haber
de que al que amasaba el pan
Dios lo fuera a visitar?

¡Si él no había olvidado
buscar al necesitado!

¡Y descargaba los carros
después de hacer su faena,
para aumentar el jornal
que después él llevaría
con Amor y caridad!

Aquí, fijo que Dios habló.
Pero, ¿cómo iba a hablar
en la que no dio limosna
y trató sin caridad?

Al que diga Dios me habla,
calla y vete a buscar,
si trabaja, si reparte,
y si tiene caridad.

Si esto en él no encuentras,
Dios no lo va a visitar.


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viernes, 24 de junio de 2011

“Y vendrá mi Espíritu” - Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 173-174-175


En Sueño Profético decían:

Si amas a Dios, no lo calles.
Si amas a Dios, no te ocultes
donde de Dios no se hable.

Si amas a Dios, lo irán diciendo
tus hechos, tus palabras
y todo aquél que te vio.

Y si no amas y crees,
¿no te da miedo este Dios?,
que puede soltar la llave
para el Sí o para el No,
que puede venirte algo
sin remedio ahí en la Tierra
y sin remedio para Dios.
Porque Dios ya te lo manda
cumpliendo tu petición,
y petición que Dios manda
es sepultura sin resurrección.

Si crees que Dios existe,
haz las cosas por temor,
reconoce, aunque no ames,
la Libertad que Él nos dio,
porque puedes hacer cosas
desafiando a Dios,
y Él puede que te conteste
mandando tu petición.

Aquí tienes dos posturas,
pero falta la peor,
la que tiene aquél que dice:
“Yo amo a Dios,
yo cumplo todo lo que manda la Iglesia”,
pero éste, a veces o siempre,
no quiere saber de este Dios,
practica su Pasión y Muerte,
y por Muerto lo tiene,
no queriendo recordar estas Palabras:
“Y vendrá mi Espíritu”.

Desperté, oí:

Aprende primero quién dijo estas Palabras: “Y vendrá mi Espíritu”.

Aprende qué es Espíritu.

Aprende quién da movimiento a la materia.

Y ya estudia los dos mundos:
el espiritual y el material.

Pero no olvides, si piensas,
que hay un Dios nada más.

Esto también Él Lo dijo,
y tú debes estudiar.

También dijo que era el Padre,
el que estaba Allí en su Reino.

Esto no cabe en cabeza
del que Lo tiene por Muerto.

¿Para qué lees tantas veces
Palabras del Evangelio,
si no crees lo que Él dijo
y siempre lo estás leyendo?

Y ya termino el Dictado
escribiendo estas Palabras:

“Yo soy el Padre,
y mi Espíritu es el del Padre,
que Todo es el mismo Dios”.


Si el Hijo se fue al Padre
y dejó dicho: “Vendrá mi Espíritu”,
pide Perdón si has dudado.

Porque Dios, a aquél que duda,
lo retira de cristiano.


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jueves, 23 de junio de 2011

“Donde no hay Amor, no veréis interés - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 11-12


En Sueño Profético decían:

Buscar es amar. Donde no hay Amor, no hay interés. Y donde hay pecado, no pueden de Dios entender.

Dijo uno de los Discípulos de Jesús:

A nosotros mucho nos decía el Maestro estas Palabras: “Donde no hay Amor, no veréis interés. Y donde no amen a mi Padre, rechazarán mi Presencia. Id y hablad en mi Nombre lo que Yo os he enseñado. El que os cerrara la puerta por ser un potentado, su espíritu no está en contacto con el Mando de mi Padre. Al que le habléis del Hijo, seguro que va a buscarme, si antes creyó en mi Padre. No puedes creer en la Tierra negando la existencia de los mares, porque los mares y la Tierra son un mismo Poder de mi Padre”.

Cuando ya nos daba estas Palabras, cada uno partíamos por caminos diferentes, pero con las mismas Palabras esperábamos que Él dijera: “Hoy tú, Santiago, Juan o Felipe”; que Él fuera el que nos nombrara; pues por nosotros, era siempre que las telas de su vestimenta rozasen con las nuestras. Sus Palabras, con aquel empuje Divino, te daban vida. Cuando nombraba al Padre, cambiaba el Cielo. Se veía que era Dios sin que lo dijera el pueblo.

Cuando alguno nos decía:

Hoy he visto a tu Maestro,
y no sé que es lo que me ha entrado,
pero algo yo Le encuentro,
que si llego a estar cerca,
tengo que contarle el hecho.
¿Os pasa eso a vosotros?

Yo aún me siento
lo que me sentí a distancia,
hasta llegar a perderlo.

Por la “verea” lejana
se fue, desapareciendo,
pero yo Lo sentía más cerca,
y creo que Lo llevo dentro.

Cuando nos decían de Él,
ya nos notaban contento.

Desperté, oí:

Donde no hay Amor,
sobra querer conocer
las Palabras del Amado.

Éstas te sabrían mal
si te dieran el parón
para que tú las escucharas.

¡Qué Enseñanza da el Maestro
para que ellos enseñaran!

Este Mensaje es perdido
si en Gloria no se dictara.

¡Cómo habla del Amor este hombre
en tan mínimas palabras!

Se iba por la “verea”
y Lo sentía en su alma.

El Cuerpo lo veía lejos,
y el Amor se lo acercaba.

Cuando existe el Amor,
no se separa la montaña.


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miércoles, 22 de junio de 2011

Bueno para el hombre pero no para Dios - Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - Pag. 99-100-101


En Sueño Profético decían:

El que vive en el Prójimo, vive en intimidad con Dios. Al que viva esta intimidad, Dios se comunica, y al comunicárse, Dios le habla. Esto, ya puede el hombre poner todas las comparaciones que quiera. Unas de las Palabras más fuertes dichas por Dios son éstas:

“Por vuestras obras vean sois cristianos” y “El árbol lo conoceréis por sus frutos”.

Pues si este fruto es Amor, el árbol es el Lugar de Dios para comunicarse al hombre.

El hombre tenía que matizar las Palabras que ella tiene escritas, y si ama a Dios, ve en estas Palabras a Dios.

Desperté, oí:

Una persona hace la vida de espíritu y materia que ella hace, y esta persona ve a Dios.

No es que Lo ve, es que vive en ella tantas veces Dios lo crea necesario.

El hombre juzga por bueno a la materia que cumple en los deberes materiales.

Esta materia es buena para el hombre, pero no puede ser buena para que Dios la coja de Vivienda.

Puede ser bueno lo que ve el hombre, y malo lo que ve Dios.

Aquí, Dios, ve espíritu y materia buena, y ya Él elige.

El espíritu que Dios arroba, éste no tiene diferencia con los de su Gloria.

Los de su Gloria, antes estuvieron con materia. Y éstos que Dios elige, los trae a su Gloria, y luego vuelven a su materia.

El hombre debía de comparar su espíritu con el que Dios elige.


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martes, 21 de junio de 2011

Hace falta poco estudio - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 130-131-132


En Sueño Profético hablaban de esta Convivencia Divina. Decían:

Hace falta poco tiempo y poco estudio para ver que este Lenguaje es de espíritus de esta Gloria. Este dialogar con Enseñanza son espíritus sin materia, es Vida Eterna enseñando a los que viven la vida temporal, es Dios enseñando con los que ya tiene en su Gloria, a los que quiere que con Él vengan, es Dios en Palabras y Visión.

Dijo uno:

El que Dios coge para comunicar lo que Él quiere, es coche que manda el cochero, esto, en el llevar del Mensaje; y en inteligencia es secante que absorbe con una rapidez más rápida que la vista. Esto es el contenido de estos Escritos dictados por espíritus que Dios manda. El Lugar ni corre más ni menos, el Lugar está a lo que le mandan; el Lugar no usa de inteligencia, nada más de la que empapa. ¿No ves claro aquí, lector, si dices que a Dios amas, que no hay nada del hombre? Una Frase, una Palabra, te da la contestación de todo lo que pensaras. Hace falta poco tiempo para saber si Dios esto habla. Hace falta seguir pasos día por día de la semana. Hace falta que tu carne enferme para saber si Dios habla. Para saber si es verdad, no hace falta de ahí nada. Pon Amor Aquí en el Celo, y tú oirás las Palabras. Dios siempre está de Pregonero, recordando estas Palabras: “El que viva en el Prójimo, Yo vivo en él”, porque el Prójimo es su Vivienda.

Desperté, oí:

¡Con qué claridad te aclara la intimidad de esta Gloria!

¡Cómo describe el contacto del espíritu sin materia con el de materia enseñando!

¡Qué poco estudio hace falta para que leas y comprendas que esto no puede escribirlo una inteligencia de Tierra!

¿Quién podría compararse al descifrar las Libretas en Palabras y en sonido?

¿Quién a diario diría: “Cada día tengo un Mensaje”?

Hace falta poco estudio para ver que ella no sabe.

Éstos son los Instrumentos que Dios manda y da empape.

Empape de Sabiduría, que apercibe el que más sabe.

El que más sabe de Amor, que es el grande Amor que vale.


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lunes, 20 de junio de 2011

La oración mueve a los espíritus - Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pag. 214-215


En Sueño Profético hablaban de la oración. Decían:

La oración es imprescindible para tener a Dios contento y ponerte en comunicación con Él. La oración te quita de que peques. La oración sirve para quitar, al que está pecando, del pecado. La oración mueve a los espíritus. Los espíritus de la Gloria de Dios oyen los ruegos de ahí, y estos espíritus piden al Padre, y el Padre es el que concede. Estos espíritus no ruegan al Padre como la oración no sea para Honra de Dios. La oración dicha por la persona que no cumple la Palabra de Dios, no es oída Aquí.

Dijo una mujer:

La oración dicha en el Prójimo es la que más le llega a Dios. Ésta era la mía:

Señor, visito al enfermo para que Tú me visites.

Señor, tendré paciencia, para que en mi casa reine la Paz, y habiendo Paz, Tú me visites.

Señor, doy mi pan al hambriento para que el Tuyo no me falte.

Señor, seré guarda de mi cuerpo para que mi carne no sirva de escándalo.

Señor, nunca te echaré culpa de contrariedades que me vengan aquí en la Tierra.

Señor, lo que si te pido, si Tú quieres, es darme la Gloria.

Desperté, oí:

Si haciendo esto, rezas el Padre Nuestro y el Ave María, no sufras si no has rezado el Rosario algún día.

Dios quiere que la oración sea dicha en el pensamiento y en el Prójimo en acción.

El rezo es el acento de una palabra bien dicha.

Pon primero la palabra y luego acentúala.


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domingo, 19 de junio de 2011

Discípulo es todo el que quiere tener Maestro y obedece a mis mandatos - Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - Pag. 204-205


En Sueño Profético decían:

“Discípulo es todo el que quiere tener Maestro y obedece a mis mandatos”.

Estas Palabras eran dichas por el Maestro, dichas para todos, pero no correspondidas por todos.

Su Enseñanza era amar, amar sin descanso, y ya todo sería fácil. El amar era lo difícil, cuando no se ama. Éste que no ama, es el que no obedece, porque el Amor no le obliga. Cuando se ama, este Amor te hace no ver obstáculos, y ya en este Amor, Dios te los quita. Dios no te obliga a que tú ames, pero si tú amas, este Amor te encarcela, y ya esta Cárcel es la Gloria, sin quererte ir de Ella.

Desperté, oí:

Antes que la Gloria, está la Obediencia.

Si ves claro lo del Profeta, tienes que obedecer sus mandatos.

Si ves claro, Dios te ha dado Luz. Y si no obedeces, Dios te dejará en tinieblas.

El que Dios le habla, ve lo que Dios quiere que vea, no lo que el hombre quiera.

El que Dios le habla, ve el color blanco primero, aunque éste esté el último, la nube detrás del raso y las estrellas debajo de la nube.

El espíritu que Dios arroba puede hablar de Dios sin principio ni fin.

Éste, para dialogar, tenía que dar con otro que Dios le hablara.

Al no ser así, es oír y obedecer.

Si obedeces, oyes. Y si oyes, ya obedeces.


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sábado, 18 de junio de 2011

Ella se puso el castigo - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 108-109-110


En Sueño Profético decían:

Hay pecados que se hicieron y tú mismo te pusiste el castigo. Estos pecadores son los arrepentidos.

Dijo Magdalena:

Un pecador que se arrepienta de sus pecados por Dios, ya se pone su castigo. Cuando dejas de pecar, ves todo el mal que has hecho y ves el grande Amor de Dios, que Dios le tiene al hombre; ves que ya no puedes evitar lo que antes pudiste no hacer, y aquí ya empiezas a padecer; ves a quien pudo no hacer pecado y tú hiciste que pecado hiciera; ves a hombres que su sufrir te contaron y tú consejo les diste, consejo de hacer pecados. Cada vez que piensas esto, estás cumpliendo castigo, pero un castigo contento. Luego viene otro castigo, que tus lágrimas van al suelo cuando te encuentra el que sabe eres pecadora grave y no puede comprender que ya no vives en el pecado, que ya vives el castigo de amar lo que no has amado, porque el que ame a este Dios, no puede hacer pecados.

¡Es grande la penitencia, amar y querer borrar todo el mal de tu pasado!

Yo, cuando veía al Maestro, creía que borraba algo, Diciéndole: “No merezco, porque no haga pecados, ir besando tus Pisadas”. Y ya mi vista iba al suelo y lágrimas a mi cara.

Muchas veces Le oí: “Ya quedaste perdonada cuando dejaste el pecado.
Ve y busca pecadores, que ya sabes tú quitarlos de que estén haciendo daño”.


Desperté, oí:

Aquí cuenta Magdalena
que el sufrir de sus pecados
fue sufrir que ella se dio.

Fue sufrir, porque quería
borrar todo el mal que hizo
y poder decir a Dios:
Maestro, donde me ven,
Te buscan para el Perdón.

Tenía que ir explicando
cuando el Maestro la vio.

Tenía que hacer que vieran
un cambio de exclamación
como éste que aquí cuento:

¿Tú eres la Magdalena,
que escándalo das en Samaria?

¿Tú quieres ser ahora buena...?

¿Dónde están tus corpiños
y tus palabras aquellas?

¿Y tus trajes, todos buenos,
sin saber quién los costea?

¿Dónde has dejado tu mirada,
que la has cambiado por buena?

Aquella mirada fija,
que no podían contenerla,
y tú seguías mirando,
sabiendo que no eras buena.

Sabiendo que pecaría
el hombre que resistiera
la mirada de veneno
que tenía la Magdalena.

Ella se puso el castigo
de oír sus pecados
como todo arrepentido.

Pero pensaba el Perdón,
y ya quedaba el castigo
como rayito de sol.

Como cosa chiquitilla
que los años te borraron.

MAGDALENA


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viernes, 17 de junio de 2011

Las del hombre son leyes a secas, sin Amor - Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 227-228


En Sueño Profético hablaban del pecador que no quiso haber pecado:

Estando un día con el Maestro hablando en casa de unos amigos de los Discípulos, llegó uno y le dijo:

–No sé si he hecho mal con un primo mío que quería venir conmigo y yo le he prohibido que aquí entre, ya que es un pecador conocido por todos estos contornos.

Contestó el Maestro:

–Tu buena voluntad te retira de que tengas Amor, y esto es retirarte de Mí. La buena voluntad tienes que tenerla después que el Amor, si no esta buena voluntad se convierte en hacer mal a mi Gloria y servir de muralla a mis Palabras. Si el que mis Palabras está oyendo no hubiera pecado, salga fuera, dejando el sitio para el pecador que venga.

Quedó un momento de silencio, y fueron uno por uno inclinando las rodillas con súplica de Perdón.

Mandó el Maestro que se levantaran, y ya todos en pie, llamó al mismo, y con Voz de Dios Padre en Dios Hijo le dijo:

–Ve y trae al que pecó y hoy ya no quiere pecar, y que llora el haber pecado. Si mediaran algunas palabras, di que Yo lo mando a llamar porque él quería oírme y ser perdonado. Al querer oírme, mi Padre manda ya el Perdón, y si este perdonado practica mis Leyes, Yo en el Nombre de mi Padre le doy Poder para quitar a quien esté pecando, ya que éste queda enemigo del pecado.

Desperté, oí:

Dios no quiere que por mucho que hayas pecado dejes de oír su Palabra.

Dios lo que no permite es que lo oigas y te vayas a pecar.

El que pecó y quiere oír a Dios, éste ya está perdonado.

El que evita que otro oiga la Palabra de Dios, peca y a Dios no tiene Amor.

El que mucho ama, quiere que todos oigan, porque sabe que al oír ya no pecan.

Hay quien toma las Cosas de Dios como las leyes del hombre.

Las Leyes de Dios, primero son Amor, y luego Leyes.

Las del hombre son leyes a secas, sin Amor.

Si hubiera Amor, era Prójimo, que Prójimo es Dios.


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jueves, 16 de junio de 2011

Florecillas - Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 54-55-56


En Sueño Profético decían:

El que ama, lo dice hasta en su forma de andar.

Dijo uno:

Yo vi una vez a un cabrero –mientras pastoreaba sus cabras– andando por una vereda estrecha, teniendo por suyo el campo. ¡Me hizo pensar tantas cosas…!, menos la que era verdad. Ya no quise quedarme con mal pensar y pregunté:

–Tiene que llevar razón en la forma que va andando, pero no veo explicación. Perdón si con esto le he faltado.

–No. Yo le voy a explicar. Verá:

Todas esas florecillas
que siembra nadie les ha dado,
son semillas que del Cielo Dios envía
para adornar los campos.

Yo siempre cojo el camino,
siempre por mis mismos pasos,
y me formo mi “verea”,
que de guía me va llevando.

¿No ve todo ese manchón,
cada hoja para un lado?
Unas dan vueltas para el sol;
otras ya se han marchitado,
dejando sitio al capullo
que Dios mismo está empujando.

Si yo piso porque quiero,
a Dios fijo que Lo enfado.

Yo, mientras mis cabras comen,
también cuido de los árboles:
aquel que veo “doblao”,
me paro y lo pongo derecho;
la copa me da las gracias,
que las recibe del Cielo.

Yo siento contento grande
cuando ya ha pasado tiempo
y veo el árbol tan grande,
con su tronco tan derecho,
repartiendo la salud
para el enfermo bueno.

¡Ya me acerco a mis cabras
y mi camino lo emprendo!

Desperté, oí:

Este cabrero te enseña
de dónde empieza el Amor a Dios.

Empieza por darle cuido
a lo que nadie sembró.

Te cuida el arbolito,
que luego sirve a todos.

Con sus pasos y su Amor
va dejando la “verea”.

Por si pasan caminantes,
presuman las margaritas
y aprenda el hombre a adorarlas.

Que diga el hombre palabras
mirando a esta Gloria y Cielo.

Todo lo puede el Amor,
si amas como el cabrero.

Respetando florecillas
que veas por los senderos.


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miércoles, 15 de junio de 2011

Dios permite porque hay Eternidad - Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 216-217


En Sueño Profético decían:

Dios permite porque hay Eternidad. Si no hubiera Eternidad, Dios no permitía: puerta interior cerrada, exterior abierta. Si no hubiera Eternidad, ¿para qué el Perdón?, ¿para qué el Amor? y ¿para qué la Caridad? Dios te deja ahí con toda la Libertad, y te deja en manera de ave, que puedes emprender el vuelo a larga distancia o corta, pero lo que sí Dios te recuerda es que esa vida es el comienzo de Ésta, y te manda quien te enseñe cómo tienes que vivir ahí para seguir Aquí en la Eternidad.

Dijo una mujer:

Yo siempre viví ahí vida Eterna, porque el que ahí vive la vida que a Dios agrada, ya vive la Eternidad. Ahí vive Dios contigo, y tú, luego, vives Aquí con Él.

Oración corta y grande que a mis hijos enseñé:

“Dios conmigo, yo con Él.
Él viene aquí conmigo,
y yo iré a su Gloria con Él”.

Esto es Eternidad,
siempre estando con Él.

Pues si esto lo pensara
todo el que no tiene interés
de que le hable el que Dios coge
porque Dios lo ha visto bien...

Aunque al hombre le agradaría:
Dios pidiendo parecer.
Y el hombre aconsejaría:
“Dios, que ahí hables,
no está bien”.

Esto es lo que el hombre quiere
de este Inmenso Dios hacer.

Si el hombre una vez pensara,
de rodillas ante sus Pies:
¿Yo merezco que me hable
Éste que nunca Lo amé...?

Desperté, oí:

¡Cómo quieres que te hable,
si nunca Lo amaste tú!

¿Has tenido sobresaliente
en Amor, en Caridad?

¿Has cumplido con el Prójimo
lo que Él encarga más?

¿Derrochabas la Paciencia
por salvar al pecador?

¿Tuviste siempre agrado
con aquél que te insultó?

Si nada de esto tienes,
Dios te lo permite,
pero Aquí en su Gloria
no te quiere.

Vive la Eternidad ahí,
y ya, luego, es seguir.

Seguir siempre ya con Gloria,
que esto sí que es vivir.

Si tú tienes estas notas,
Dios habla seguro en ti.


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martes, 14 de junio de 2011

"Yo soy cristiano" - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 78-79-80


En Sueño Profético comparaban a los cristianos que siguen imitando a Cristo, con los cristianos que se dicen cristianos por figurar algún nombre.

Dijo uno:

No puede ser cristiano el que no imita y enseña a vivir cristianamente. No puede decirse cristiano aquel que no sepa lo que a Dios Le agrada. Si no lo sabe, no Lo ama. Y si lo sabe y no cumple, no ama.

El cristiano tiene unas Leyes que Dios Padre le mandó al Hijo que cumpliera. Siendo el mismo Dios, se puso al servicio del hombre. Él tenía que dejar una Enseñanza imborrable. Luego, no faltaría una carne que repitiera sus Palabras, siendo maltratada y azotada de palabras por el hombre.

Decir “yo soy cristiano”, debería hacer pensar al hombre.

Dios deja que cojas el camino que quieras. Dios no te dice: “Tú tienes que ser cristiano”. Pero si tú dices “yo soy cristiano”, dice mal al que vea tu forma de vivir. Ser cristiano es amar a Dios, aceptar ahí y enseñar a cómo ganar su Reino. Ser cristiano es practicar la cristiandad.

Dios Hombre y Maestro lavó los pies de sus Discípulos; enseñó que, amando, eran todos uno; que amando, todos podían sentarse juntos a su Mesa, que ésta, después, sería su Reino; que Allí –hoy Aquí–, no hay sitio sin Dios para el que ama, ni edad ni sexo. Amando, todo es Gloria y no pecado. Amando, todo es Paz, que de Aquí de esta Gloria, Dios con su mando te manda.

Desperté, oí:

¡Con qué seguridad dice el hombre: “Yo soy cristiano”!

Con la misma seguridad debería decir: “Yo amo a Dios”.

“Yo soy cristiano porque cumplo lo que Cristo nos enseña”.

“Lo cumplo y hago que los que estén a mi Mando lo cumplan”.

“Yo soy cristiano y en mis obras se ve a Dios”.

“Si a Dios no se viera, mis labios, a Dios le pediría que los juntara para siempre”.

Aprende a ser cristiano, y que tus labios los despegue el Amor que da el espíritu, porque así es como Dios quiere.

Es fácil decir cristiano cuando las obras lo demuestren.

Más vale que hagas obras y por cristiano te nombren.

Que la gente vea Amor antes de que te pongas nombre, por ser el nombre de Dios.


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lunes, 13 de junio de 2011

Sencillo es de comprender - Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - Pag. 69-70-71


En Sueño Profético vi un sitio grande en forma de bóveda, y se veían personas no igualadas; venían hacia el sitio donde yo estaba, pero no andando, venían sin ver cómo venían, pero lo que veías lejos, lo tenías cerca rápido. Se quitó esta Visión y se oían cánticos ya lejos, y una voz cerca dijo:

Esto es la Gloria, de la que muy pocos hombres hablan con exactitud, y muchos menos sienten este sentir de Gloria.

Dijo uno:

Este sentir es sentido por el arrobado, habiendo veces de sufrir la materia en el momento de la separación del espíritu, para ser traído a la Gloria y llevar a la materia la Enseñanza, sin fallo que pueda el hombre enseñar. Este espíritu tiene momentos de pasar muerte, quedando la materia desconectada del espíritu, esperando la orden de Dios Hijo, dicha por Dios Padre en un solo Dios y en tres Imágenes para el hombre. Esta materia sigue un único Mando, con ansiedad de obediencia; espíritu al servicio de Dios para Enseñanza de Gloria. Estas Enseñanzas son repetidas en distintas frases, para facilidad del oyente. El Comunicante siente la Sabiduría siempre igual, por ser Presencia de Dios en Espíritu.

Desperté, oí:

Sencillo comprenderá este Escrito el que ame, y revuelo formará el que crea que Dios vive lejos.

Sencillo es de comprender,
si leyendo vas pensando.

Sencillo tiene que ser
vivir muerte el Elegido.

Si no fuera obra de Dios,
Mensaje no hubiera habido.

Hubiera sido la muerte,
sin retorno a la materia.

Y ya no era Enseñanza,
era una muerte cualquiera
de la materia enterrada.

Esta explicación de Gloria
debe el hombre estudiarla.

Y cuando hable de Gloria,
no extrañarán sus palabras.


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domingo, 12 de junio de 2011

Gloria: Casa de Dios - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag.


En Sueño Profético vi un sitio sin nadie. Se oía hablar, y dijeron:

Esta es la Gloria. Aquí, el vivir, es vivir sin materia. Aquí vive el espíritu la Presencia de Dios Padre y el Mando de Dios Hijo, actuando Tres en Uno, Uno en Tres.

Claro es el descifrar cuándo amas o temes. Si temes, crees. Pero es mejor que no creas y en público lo pregones.

Estos espíritus son los que manda Dios a los espíritus que aún tienen materia, para enseñarles la continuidad del espíritu.

En esta Gloria, amurallada de Pureza, goza el espíritu del pudor de los espíritus creados por Dios que viven sin haber vivido materia, sin haber vivido con el que a Dios no ama. Estos espíritus son Poder del Padre antes de que fuera el Poder en el Hijo. Dios compuso su Gloria antes de mandar que el hombre se hiciera. Tuvo que haber primero espíritus y luego carne. Después de la carne, el Infinito Poder mandaría a los espíritus, y así los sigue mandando.

Gloria: Casa de Dios, Poder de Dios, y Dios en Gloria. Si Dios no estuviera Aquí, Esto ya no sería la Gloria. Ésta es la Casa de todos, del que viene y sólo adora, y Dios para aquel que quiere, ahí le hace sentir Gloria.

Desperté, oí:

¿Qué debería el hombre dar por oír esta Verdad de esta Gloria?

¿Qué debería el hombre hacer, cuando alguien desmintiera, diciendo: “Dios nunca arroba”?

Buscar a los hombres cultos y hacerles que fueran pensando las frases dichas Aquí, y que fueran comparando.

No habría un hombre culto que creyera que culto no era, que no besara las hojas, pasando, de esta Libreta.

El extracto que contiene y el sentido de esta Literatura, te hacen agachar la cabeza y que inclines las rodillas.

Pero antes tienes que ser el culto que no sabías.

Culto diciendo: “No sé. Dios es el de la Sabiduría”.

Porque el sabio de la Tierra sólo ve la noche y el día.


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sábado, 11 de junio de 2011

Toneladas, plumas son - Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pag.


En este Sueño Profético vi una mujer con un saco como arrastrando. Y al lado iba otra con otro saco también lleno, pero ésta lo llevaba en el costado y su cara contenta; en la mano llevaba otro saco vacío. Salió un hombre de aquel camino y señalando a la que lo llevaba a rastras, dijo:

“A este espíritu, su ira y falta de paciencia son los que lo retiran de Dios”.

Más rápido que el pensamiento se puso otra estampa. Estaba el Señor y sólo la mujer que llevaba el saco con alegría en el cuadril y el vacío en la mano. Dijo este hombre que tenía aspecto de romano por sus vestimentas:

“Este espíritu es entregado a la Voluntad de Dios”.

Se puso esta mujer de rodillas, y dejando el costal lleno en el suelo, cogió el vacío y pronunció estas palabras: “Si mi sufrimiento va a ser Tuyo, déjamelo a mí, y si tu Presencia no me va a faltar, aquí traigo otro costal”.

Desperté, oí:

Si sufres con Dios, no sufres, porque Él te quita la carga.

Si a Dios no amas y Lo llamas para pedirle cuentas, tu carga te pesará.

Te pesará a tal extremo, que arrastrando no podrás.

Cuando se ama mucho, en la carga ves a Dios, y ya, al verlo, toneladas, plumas son.


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viernes, 10 de junio de 2011

Galeria Abrigo de Piel de Cordero: Foto 8


Abrigo de Piel de Cordero del que brotan gotas de agua, formando en ocasiones, charcos de agua y marcas de diferentes formas y tamaños. Existen noticias y reportajes fotográficos de la época en la que comenzó a suceder allá por el año 1980. Varios especialistas acudieron a comprobarlo pero no lograron encontrar ninguna explicación científica para ello. También se le conoce como "El Milagro del Abrigo".

Peticiones que Dios concede a todos - Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - Pag. 187-188


En Sueño Profético decían:

Dios da a todos los que de Dios quieran.

Hay quien dice: “Yo pedí a Dios y Dios no me dio”. Éste no pidió a Dios lo que Dios no niega a nadie.

Estas peticiones son las que Dios concede a todos:

–Señor, yo quiero amarte.
–Señor, que tu Paz yo sienta.
–Que nunca Te pida cuentas de lo que venga de Ti.
–Que mi espíritu no conozca la ira ni la vanidad.
–Que mi humildad sea igual a la del cordero.
–Sea mi paciencia la que mantenga mi Paz.
–Tenga caridad al Prójimo y busque al enfermo por Ti.
–Señor, que lleve el recato como sombra Tuya.
–Que no me avergüence de decir que soy Cristiano.
–Señor, no me dejes fuera de tu Gloria.

Estas peticiones no hay nadie que las pida y no sean concedidas.

Dijo uno:

El hombre dice que Dios no le concede las cuatro cosas infantiles que ahí mueren por no ser eternas.

Estas peticiones temporales son las que el hombre se aferra en conseguir, olvidando el Amor a Dios, perdiendo la Paz y haciendo pecados, contentando a Luzbel y retirándose de Dios.

Desperté, oí:

Dios da a todos su Amor.

Dios da a todos su Paz.

Dios no le niega a nadie su Perdón, cuando el Perdón sea pedido con Amor, cuando el Perdón no sea por temor a este Juez Supremo.

Dios es para todos, y todos son de Dios, estando la Libertad en medio de: “es para todos” y “todos son de Dios”.

Esta Libertad hace Unión a Dios, vivir Gloria o separación eterna.

Pide a Dios lo que es Eterno, que Dios no te lo negará.

Pues si pides lo que acaba, no te debes enfadar cuando Dios no te lo manda.

Dios lo que nunca te niega es lo que nunca se acaba.


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jueves, 9 de junio de 2011

No buscar, es pecar - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 76-77-78-79


En Sueño Profético decían:

No hay quien piense en Dios y no busque donde hable.

Dijo Agustín de Mónica:

El hombre, si pensara en sus pecados, buscaba donde habla Dios. Hay tres inquietudes para buscar: estar amando, haber pecado y estar pecando.

No buscar, sabiendo que Dios habla, es pecar aunque no creíste que pecaste, ni creas que estás pecando, pero aquí sigues pecando.

Es pecado de obediencia
oír a Dios y seguir andando.

Es un deber del hombre
pararse y preguntar
por el camino que pasa
oyendo de Dios hablar.

Más hablan.
Pero otra vez dice Agustín:

¿Quién puede decirle a Dios:
yo nunca hice pecados?

¿Quién puede creer con firmeza:
para Dios yo soy un santo?

¿Quién puede decirle: Dios,
por qué a mí no me has premiado?

¿Por qué aquél oye tu Voz,
sin que lo hayas juzgado?

Todo esto te lo aclara
el que Dios en él está hablando.

La primera aclaración
es pedir Perdón
por todo lo que has hablado.

Lo que sí te recomiendo,
que en medio de tus pecados
pongas la vista en el Cielo
y que te quedes parado;
esto, si llamas a Dios;
aunque ya Lo estás llamando
cuando miras para el Cielo
y tus pasos has parado.

Antes de parar tus pasos,
ya Dios te los había parado.
Esto es ya no pecar
y querer ser perdonado.

No puedes seguir andando
sin oír a Dios hablando.

Desperté, oí:

Si amas a Dios,
buscas donde habla Dios.

Si pecaste y ya no,
buscas donde habla Dios.

Si estás pecando sin ver
salida “pa” tu Perdón,
buscas donde habla Dios.

Si de Dios nunca pudiste
oír la Voz de su Reino
y te dicen: “habla allí”,
vas si lo quieres oír.

No hay pecador que pecando,
no se quite de pecar,
si a Dios Lo llama llorando.

Antes de secar tus ojos,
por Dios ya eres perdonado.

Dios no puede oír llorar,
llamándolo en el llanto,
porque el pecado del hombre
a Dios Lo tiene llorando.

Estar amando, haber pecado,
y estar pecando,
son los personajes
que te llevan a oír a Dios.

Si estás amando,
esta inquietud está buscando.

Si ya no pecas,
quieres buscar a alguien
que sepa que amando,
ya Gloria te espera.

Si los pecados estás haciendo,
y nadie puede quitarte de esto,
si ya no quieres seguir pecando,
busca a Dios donde está hablando.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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miércoles, 8 de junio de 2011

Esta mujer ama y no puede Seguirlo - Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 164-165


En Sueño Profético hablaban de la obediencia a Dios, de la obediencia a sus Palabras.

Dijo uno:

Yo fui Discípulo de Dios cuando su Vida con Materia, y muchos quisieron seguirlo, pero cuando Él decía:

“Todos para Mí sois Discípulos, pero cuando me tengáis por Maestro. Si me tenéis por Maestro, obedeceréis lo que bien os venga, o lo que creáis que es una contrariedad; seguiréis mis Pasos, aunque oigáis no están bien dados. El que cumpla esto sin desconfianza, ya es mi Discípulo. El que no se vea fuerte de obediencia, que no me siga, porque puede hacer débil al que obediencia tiene. Una vez que él no me obedezca, es porque le aconsejan espíritus en contra de mi Padre”.

Terminando el Maestro de hablar, empezaban a mirarse, y se iban desapareciendo a grupos, y ya quedábamos pocos.

Dijo este mismo:

Un día, cuando íbamos con Él, al pasar por una plaza, se acercó una mujer y dijo:

–¡Que suerte los que siempre rocen tu vestidura!

Se paró el Maestro y dijo:

–¿A qué tú dejarías todo y vivirías con mis Palabras de Alimento?

Se puso esta mujer a llorar, porque esa era su frase dicha al que sabía que podía seguirlo y no lo buscaba. Ella tenía 3 hijos, viuda, y tenía que ganar lo que en su casa necesitaban los 4 que se juntaban, siendo el mayor de 10 años.

Otra vez se oyó al Maestro, a la vez de sus sollozos:

Mujer, mañana tus hijos irán a buscarlos unos que me aman y mi Padre manda, y ya tú puedes seguir mis Palabras, como éstos me siguen, para enseñar a no pecar.

Desperté, oí:

Esta mujer ama y no puede Seguirlo.

Siempre estaba diciendo: “Si me cuidaran mis hijos, yo le serviría al Maestro”.

El Maestro, esto sabía, pero dejó que ella dijera los deseos y que Discípulos oyeran.

Momentos antes habló el Maestro, y todos se fueron yendo.

Se fueron, porque faltaba Amor para obedecerle.

La viuda quiere y no puede, y Dios como quiere y puede, a la viuda le manda lo que de sobra ya tiene.

Si piensas obedecer, busca a Dios para seguirlo, que Él te tapará el fallo que tú crees que has tenido.


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martes, 7 de junio de 2011

Madre del Cielo - Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 178-179-180


En Sueño Profético decían:

Es pena que el hombre desconozca todo lo que va del espíritu, cuando debía de ser normal el aceptar.

Si hay dos mundos, uno espiritual y otro material, es de una lógica aplastante que un mundo sepa del otro, ya que el Dueño de los dos es Dios.
El hombre acepta el material, y dice que también el espiritual. Pero que no diga nadie: “Yo he visto o veo a Dios, y habla en mí, y me habla para que yo diga lo que Él me dice”. Oír esto es ponerse en contra de este Lugar.

Contaban de una zagala, que yendo a coger leña, cuando ya hacía el haz, se le aparecía una mujer, y con la fuerza que sus ropas llevaban, hacía que la niña se arrodillara y sus manos cruzara, quedando la niña unos minutos oyendo y no pudiendo hablar. Cuando aquello pasaba, cogía la niña su haz de leña y contenta caminaba; llegaba a su casa con la expresión de que una pluma fuera la carga; soltaba la leña, reunía al padre y hermanos, y contaba el caso ocurrido. ¡Buenos palos se llevó del padre y de un hermano mayor que tenía! Un día se fueron detrás de ella, y cuando la vieron de rodillas, quisieron llegar a ella para maltratarla, pero quedaron inmóviles, sin poder mover lengua ni brazos, pero sí oyeron:

Yo le doy calor de madre,
porque soy Madre del Cielo,
y siempre que venga al campo,
se llevará mi consuelo.


Desperté, oí:

La niña llamaba a la madre,
y la Virgen respondía.

La niña llamaba a la madre
porque sabía que vivía.

Ellos no aceptaban nada
que de otro Mundo venía.

La madre, cuando murió,
a la niña le decía:
Me voy para el que no me quiere.
Me quedo para el que me ama.
Siempre que me quieras ver,
di a la Virgen una plegaria.
Esto decía a la niña
cuando a la madre llamaba:
Siempre que me quieras ver,
di a la Virgen una plegaria.

La madre amaba a Dios,
y sólo la niña amaba.
Ella dejó ahí a su niña,
y la Virgen la cuidaba.

Si ellos creen en este Mundo,
la Virgen también les habla.


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lunes, 6 de junio de 2011

Dios se compadece porque ama - Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 221-222


En Sueño Profético decían:

A Dios Lo quieren más en el recuerdo que en Presencia. Si Lo quisieran en Presencia, Lo buscaban. Buscarlo es amarlo, y él ya se presenta.

Dios tiene mil formas de comunicarse. Dios Lo sabe todo, pero como te deja en Libertad, tú actúas sin su influencia y Él va puntualizando, y al final te da las notas. ¡Da pena que el Profesor quiera enseñar y no acudan los alumnos!

Desperté, oí:

El Espíritu de Dios conoce a otro Espíritu de Dios; Éste, ni hace daño, ni pone resistencia.

“El que cree en Mí, no puede vivir sin el Comunicante”.

Si el cartero se busca, no es por ser cartero, sino por la noticia.

Dios no tiene prisa para juzgar.

Deja la Libertad completamente libre y espera.

Pero cuando Él se comunica, sí tiene prisa en que hablen de su Comunicación.

Esto tiene que ser con actividad y rapidez, dando facilidad para que todos participen de la Palabra de Dios Vivo.

Cuando Dios ve la forma que el hombre tiene para quitarle a Él “el Dios”, es cuando más se compadece.

Dios se compadece porque ama.

El que no quiere no se compadece.

Donde no hay Amor, no hay compasión.

Yo amé a Dios y tuve compasión de mi madre.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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domingo, 5 de junio de 2011

Esta mujer, a diario pide el oír mis Palabras - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 21-22-23


En Sueño Profético vi dos mujeres de espaldas por un camino en el campo, y decían:

Hecho grande presencié un día cuando yo iba a lavar mi ropa. Oí por mi mismo camino un tropel de varios hombres hablando. Dejé mi cesto en el suelo, que en mi cabeza llevaba, y me aparté dando paso a Jesús, Dios y Hombre. Venía con varios: Unos, Discípulos suyos; y otros, que Lo iban siguiendo. Dijo el Maestro –porque así Lo llamaban los que Lo seguían–: “Allí me están esperando en la montaña, pero aquí voy a hacer el empiezo: Esta mujer, a diario pide el oír mis Palabras, pero Yo sé que no tiene tiempo como Yo no se lo dé, una vez que tiene 6 hijos y el marido está muerto para el hombre; ella tiene que llevar el alimento de la carne, ya que el del espíritu lo recibe de mi Padre. Hoy Yo le doy mis Palabras porque sé, serán dichas donde más las oigan”.

Hicimos todos corro y habló el Maestro. Yo oía, y con llanto contestaba. Se fue diciendo: “Siempre que emplees uno, verás ciento”.

Desperté, oí:

Aquí dice emplees, porque dar no podía.

Ella hablaba del Maestro y apenas Lo conocía.

Ya le daba bastante no dejar de referir lo que del Maestro oía.

Todos veían el cundir, que su salario cundía.

Ella oyó decir a uno, que ella tenía como hombre de conciencia, de buen trato y buena vida, estas palabras dictadas:

“He oído hablar al Maestro, y dice, que todos digan que su Palabra la oyen, que no nieguen su amistad, que el que se avergüence ante Él, Él lo avergonzará delante de su Padre”.

Esta mujer amaba tanto, que siempre pedía oír al Maestro.

Dios sabe que oírlo ella era oírlo centenares.

Ama como esta mujer, que Dios la busca para darle.


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sábado, 4 de junio de 2011

Hombres buenos para el hombre, pero no para Dios - Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - Pag. 44-45-46


En Sueño Profético vi mucha gente, y uno dijo:

Esta gente no es mala para el hombre, pero no entran en el Reino de Dios. No entran porque Dios los deja que hagan su voluntad, y su voluntad no es la de Dios. Su vivir es vida de la que Dios no manda.

Vi un grupo de hombres de rodillas y, con la mirada al Cielo, decían:

La Luz de Dios pronto venga a dar Luz al hombre, pronto sea la Tierra avergonzada ante su Dueño, pronto se llenen de Gloria los Profetas con la presencia de su Dios hecho Hombre.

Dijo la voz que explicaba:

Estos hombres están en la Gloria; no sólo cumplían la Voluntad del Padre, fue más fuerte su Amor. Estos hombres adoraban a la Estrella que los Profetas dijeron; era llegar la noche y sus oraciones eran a las estrellas; sabían que una diría: “Aquí está el Salvador de los hombres”. Esta Estrella se pararía donde Dios lo mandara; donde Dios Padre mandó y donde Dios Hijo llamó. Esta Estrella no podía pararse porque iba mandada, y no podía pasarse porque Dios Hijo la llamaba. Estos pastores siguieron el proceso de Jesús Niño y Jesús Hombre; acarrearon a hombres al Sitio, con presentes; y cuando ya fue Maestro, Lo seguían por el monte. Éstos creyeron en Dios, antes de Niño y de Hombre. Creían en las Palabras que oían en otros hombres. Esto es amar, porque antes fue creer, desear y obedecer.

Desperté, oí:

Muchos que vivieron cuando Dios anunció su Venida, eran hombres cumpliendo con el hombre, pero no con las Palabras que Dios anunció.

Él se anunció su Venida, y el hombre no aceptaba.

Éstos que no aceptaban, eran hombres buenos para el hombre, pero no para Dios.

Al no ser para Dios, hoy no están con Él.

De éstos hay más.

De éstos que el hombre llama hombres buenos.

Es mejor ser bueno para Dios,
como los pastores
que hicieron adoración.

Porque hoy están en la Gloria
haciendo servicio a Dios.

Debes de ser hombre bueno,
no para el hombre
y sí para Dios.

El hombre no tiene Gloria,
que es Premio en la Eternidad.

El hombre con lo que premia,
es con hacerte pecar.


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viernes, 3 de junio de 2011

Talento, Cultura y Sabiduría Divina - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 4-5-6


En Sueño Profético hablaban del talento, de la cultura y de la Sabiduría Divina. Decían:

Cultura puedes adquirirla con libros que estén hechos por otro hombre. Y talento puede tener uno que no conozca la cultura. El del talento, si se propone, puede tener cultura. Pero el de la cultura, si no es humilde y no ama, éste nunca tendrá talento.

Pero la Sabiduría Divina, ésta no hay libro que la enseñe. Esta Sabiduría es la que sirve para hacer los libros; bastón que coge el hombre para comparar si Dios habla hoy o no puede hablar nada más que ayer.

Esta es cultura del hombre: estudio que hace de lo que hay ya hecho con buena o mala interpretación, para aplicársela al que dice “Dios me habla”. La cultura del hombre debía de servirle para querer saber de Aquí y hacer libros, para que estos libros movieran al hombre a que mucho amara a Dios.

Desperté, oí:

Cuando mucho ame el hombre a Dios, el hombre será culto.

Será culto en Saber Divino y en saber material.

Esto es hombre preparado para enseñar al espíritu, de la Eternidad, y para que enseñe a que la materia se comporte.

Esto sí es hombre culto.

Hombre que enseña del espíritu, y como complemento enseña a la materia.

La materia culta sin la Enseñanza del espíritu, es cofre vacío.

Llena primero el cofre, y por último lo cierras.

Si lo cierras sin llenar, vacío te lo encontrarás.


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jueves, 2 de junio de 2011

Hombres del campo - Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 164-165-166


En Sueño Profético decían:

No hay cosa que más te alegre, que pensar que a Dios no ofendes.

No hay mayor tranquilidad que hacer lo que Él quiere. Lo que Él quiere, porque tú dejaste la Libertad y cogiste el “quiere”.

Todos los que están con Dios, ninguno va si no quiere.

Dios da tanta Libertad, que el que no ama cree que Dios no tiene Poder de Dios.

Cuando su Venida, menos Lo creyeron por la Libertad que dio. Anunció su Nacimiento y dejó Libertad para el que quisiera, Lo adorara; y el que no Lo quisiera, Lo despreciara y Le negara el sitio para su Nacimiento –Sagrario que a Él ocultaba, aunque todos veían Mujer y Madre–. Pero si en el Padre creían, tenían que haberlo creído en sus Palabras, en su Mensaje, en los hombres que adoraban a lo Infinito, a lo Eterno; tenían que haber aceptado las Palabras que aquellos hombres hablaban por Boca de Dios. Mayoría que decían estas palabras: “Vendrá Dios de Hombre a enseñarnos a amarnos y a odiar el pecado”, a quien le oías esto, eran hombres que pronto sabías la verdad; eran hombres del campo que tenían a Dios presente en el matojo, en el arroyuelo, en la tormenta; en el grano que cubrían con tierra, que se destapa para llevarles el sustento; eran hombres que con alubias ajustaban sus ingresos y sus pérdidas. Estos hombres, pronto el intelectual los descubre, porque sus palabras, no iban a la enseñanza del hombre.

Desperté, oí:

Este Mensaje empieza
con el Amor a Dios,
y termina,
con la intelectualidad del hombre.

Te habla de la Libertad que deja.

Te habla de su Venida,
que anunciaron los Profetas,
pero te dice Palabras
para que el hombre las lea,
y las conserve con él
como si fueran sentencias.

¡Hombres que con alubias ajustaban
sus ingresos y sus pérdidas!

Estos hombres se veía
que repetían Palabras
de las que Dios les decía.

Cuando hablaban de Dios,
repitiendo las Palabras
con tanta afirmación,
la mirada iba al cuerpo,
olvidándose la voz.

Echaban paso hacia atrás,
como resorte que llega,
que no puedes ocultar.

Si estos hombres a Dios aman,
aquí tenían que aceptar.

Porque Dios te pone juntos
el día y la oscuridad.


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miércoles, 1 de junio de 2011

Tres Dones - Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - Pag. 154-155


En Sueño Profético decían:

Hay quien peca por falta de Paciencia. Hay quien se hace malo por falta de Paciencia. Y hay quien intercede con esta Gloria, por practicar la Paciencia.

La Paciencia va siguiendo a la violencia; y el Premio de Dios, a la Paciencia.

La Paciencia da nota de valentía. La Paciencia es amiga de la Paz.

Si no tienes Paciencia y Constancia, aunque a Dios ames, Dios no te elige.

Dijo uno:

Tienes que amar, y este amar irlo aumentando, y ya viene la Paz, la Paciencia y la Constancia.

Estos tres dones son imprescindibles para el Amor. Estos tres, son los que escoltan al Amor de Dios.

La Paz desbarata la guerra que le pone el que no ama.

La Paciencia aburre al que a Dios no quiere.

La Constancia deja por embustero al que calumnió al Elegido, y ya triunfo te viene.

A la Paciencia le empujan miles de espíritus para que brote la guerra.

Mayoría de los sufrimientos que el hombre tiene, son por no usar la Paciencia.

La Paz está después de la Paciencia, pero la Paciencia le da preferencia a la Paz, que es la que ven todos.

Siempre que veas Paz, piensa: Aquí reina la Paciencia que el Grande Amor nombró.

Desperté, oí:

Todo va siguiendo a Dios:

Primero: quieres amar.

Segundo: Dios que te deja.

Y ya sin decir escalas,
te va creciendo el Amor,
y se aposenta la Paz,
que la Paciencia la llama.

Ya siguen sin separarse
la Paciencia y la Constancia.

Esto es lo que le falta
a aquél que malo no es,
pero que Dios no le manda.

Porque si faltan estos dones,
no es completa la Baraja.

Y la Baraja de Dios,
tiene que ser la que gana.

Que Dios baraja a su aire,
sabiendo premiar la carta.


***