En Sueño Profético hablaban varios. Decían:
Ella no puede ser aconsejada por nadie. Ella es Dios el que la manda y la lleva. La intuición que tiene es grandiosa. Ve lo que aún no se ha hecho. Dios le hace sentir lo que aún no ha pasado. En el Sueño, Dios la llena de Sabiduría, y cuando el espíritu entra en la materia, a su retorno, ya le da tal fortaleza que no hay quien la siga ni en espíritu ni en materia.
Espíritu que Dios Aquí traiga, no puede recibir clases de nadie, en Teología. Teología es hablar de Dios, temas de Dios. Pues este mismo Dios es el que a ella la enseña. Si tú lees estos Escritos, ¿cómo vas a intentar enseñar a ella? Ella es enseñada para enseñar, teniendo grande certeza en su Enseñanza.
Una vez que salga la Publicación, verán la Sabiduría de Dios dicha y escrita en ella. No podrá decir el hombre: “Esto está escrito aquí o allí” o “esta frase la ha puesto el hombre”. Estos Libros se publican sólo las Palabras dichas por Dios y dictadas por Él mismo.
Dijo Tomás:
Dios quiere que sea todo publicado antes de que su espíritu venga Aquí sin tener ahí materia, y quiere que la Publicación sea virgen. La ignorancia del hombre adultera esta Gloria.
Desperté, oí:
Una vez que Dios Aquí te trae, a esta Gloria, te hace sentir su Presencia y te habla para que tú digas: “Dios me habla y me enseña cómo tienen que salvarse los hombres”, ¿crees tú que hay hombre que pueda aconsejar o enseñar a este espíritu?
Si hablan de Tomás de Aquino y admiran lo que supe yo, no duden de esta Teología que en Mensaje llevo yo.
El hombre por mucho que sepa, no sabe cuando ve a Dios.
Se encuentra con esta Grandeza y entonces él compara el saber que ahí tenía, que Aquí no le vale nada.
TOMÁS DE AQUINO
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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 91-92-93
¿ Quién se atreverá a enmendar la plana a Dios ? Ante la Enseñanza sólo cabe humildad y obediencia.
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