En este Sueño Profético vi un sitio como una bóveda y había muchos vestidos de blanco. Se veían hasta la rodilla y decían:
Te pedimos y te rogamos que pronto sea publicado este Evangelio dicho por Ti y comunicado por espíritus de Tu Gloria.
¡Señor Omnipotente! Oye nuestra petición.
¡Dios Rey del Cielo! Oye nuestra petición.
¡Dios Dueño de la Tierra! Oye nuestra petición.
¡Dios a quien sólo los mares obedecen! Oye nuestra petición.
¡Dios que resucitaste los muertos! Oye nuestra petición.
¡Dios que fue del Padre y vino al Padre, Espíritu y Carne dejando la fosa vacía! Oye nuestra petición.
¡Dios Único en detener los huracanes! Oye nuestra petición.
¡Dios que diste tanta Libertad al hombre, que Te clavó Pies y Manos! Oye nuestra petición.
¡Dios que oyes los insultos del que Te Ofende y si Te llama lo Perdonas! Oye nuestra petición.
Desperté, oí:
Nuestros ruegos y alabanzas contentan al Padre y el Padre manda al Hijo con su Espíritu.
Espíritu que es Padre, Hijo y Espíritu.
Estos Tres son Uno: Dios. Dios que habita en su Gloria y su Espíritu está entre el hombre.
Y cuando habla en el hombre, no está “entre” el hombre, está “en” el mismo hombre.
Poder que Dios Aquí da para ver la actuación es suya.
Si quieres que se publique todo lo que Dicta Dios, pide y ruega sin descanso a esta Gloria de Dios. Y una vez que ya tus ruegos en esta Gloria están, todos juntos damos gracias a este Rey Celestial.
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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo I - Pag. 36-37
La primera parte de cada invocación clama al Poder y a la Misericordia de Dios. Poder y Misericordia necesitamos para mover conciencias y abrir los oídos del alma.
ResponderEliminarAMEN
ResponderEliminarGracias Dios mío por tanta belleza en Palabras!
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