En Sueño Profético decían:
Creer en Dios y pensar en la muerte, te retira de muchas cosas que ibas a hacer, y este pensar te detiene.
No puedes pensar en Dios, diciendo: “¿por qué esto consiente?”. Porque si esto lo piensas es porque no tienes presente lo que a Él Le hizo el hombre y Él se lo permitió. Se lo permitió y se lo sigue permitiendo, porque el Permitir de Dios es porque sólo hay un Dios, una Gloria y un Infierno; una vida corta para el cuerpo y una eterna para el espíritu.
Dios deja la Libertad para que en esa vida breve el hombre piense dónde, después, vivir quiere. Menos los niños, que si no llegan a hombres, ellos a la Gloria vuelven. Por eso, Dios Hombre dejó dicho que el hombre se hiciera hombre sin dejar de ser niño; que no viviera maldad, como les pasa a los niños; que practicaran el Amor al Prójimo, y ya tendrían sitio en su Reino. Al que Lo quiere, no se lo niega. Pero no obliga a que su Reino quieran.
Desperté, oí:
Dios: Amor, Libertad y Perdón.
¡Qué hermoso el que,
de estas tres cosas,
dos desprecie y una coja!
No es que desprecie el Perdón.
¡Pero qué alegría más grande
el que nunca ofendió
a sabiendas de que a Dios
sufrir podía llegarle!
Muchos vivieron pecado
hasta que Perdón pidieron
y ya se convirtieron en santos.
La Libertad es la que te empuja
a que te olvides de Dios.
Te pone escenas y estampas
que te llevan a la distracción,
haciendo lo que Dios no manda.
Todo es, el pensar poco
que esa vida es corta.
Pero si no amas a Dios,
se hará larga y pesada.
Es el Amor puesto Aquí
el que te hace pensar
que, sin Dios,
no puedes llevar la carga.
***
Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C1
Por Amor, Dios deja Libertad a quien no quiere vida eterna con Él, y concede el Perdón a quien lo busca arrepentido. Por Amor, Dios nos permite elegir durante la corta vida material.
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