En Sueño Profético hablaban del Elegido que Dios coge para enseñar. Decían:
Palabras y reacciones son de Aquí. Si así no fuera, triunfarían los espíritus del mal, que están siempre persiguiendo a este Lugar que Dios coge, para romper Enseñanza.
Este Lugar respira Obediencia al Todopoderoso, que habita en el Cielo y tiene su Presencia en la Tierra.
El que más dudas aquí ponga, menos cree en esta Gloria.
Los espíritus que Aquí no están con Dios, que ahí tuvieron cuerpo, persiguen estas Palabras.
Y los que aún tienen cuerpo, pero que Aquí no vienen, serían capaces de hacer lo que no pueden, para dar silencio a las Palabras que hoy Dios manda del Cielo a la Tierra.
Dios, Poder único, coge fruto donde no hay siembra.
Dios hace que al camello no se vea y que veas a la hormiga que anda por la pradera.
Dios, que entrega Sabiduría donde sabe que allí no queda y que dicen: “no es mía”.
Dios, que deja al descubierto lo que el hombre cree que entierra.
Dios, que a su Mando sale el espíritu del cuerpo y el cuerpo a la Vida espera.
Dios, que el hombre, si quiere, Lo ve en todo lo que él no llega: en la Fuerza de su Mando, en la altura que mantienen las estrellas, en las nubes cuando bajan a beber para después echar el agua a la Tierra.
Desperté, oí:
No ha nombrado nada el Cielo
de tanto de lo que para comparar tiene
que el hombre no puede llegar.
Ni puede, ni obedece el Cielo
al grito necio que a veces da el hombre.
Pide la muerte sin Dios,
y ya pide el Infierno,
que es el sitio al que su espíritu sirvió.
Hablaban de las nubes:
Naturaleza con fuerza.
Comparaban el agua:
lágrimas que nubes echan,
que en defensa de su Dios
cambian agua por piedra.
Y esto sería poco caer
del Cielo a la Tierra.
Donde está el Mando de todo,
por ser Dios con Palabra “Naturaleza”.
***
Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - C6
Siendo Todopoderoso, Dios no obliga a la Obediencia. Amar ya es obedecer y disfrutar de su Poder.
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