En Sueño Profético decían:
Está llegando el momento de que Dios prohíba el dialogar con el que no cree que Esto, de Dios va. Si creyeran, adoraban, por ser Dios que actúa y habla.
Dijo uno:
El que habla es cristal transparente, que se ve lo que guarda. El cristal no hace nada, ni encierra ni saca. Pues igual es el que Dios manda con su Poder. Si tú crees esto, tienes que decir amén a lo que ves y a lo que no ves, pero un amén sin hipocresía y sin duda. Tener otra reacción es no creer que Esto es Palabra de Dios. Y si Dios actúa en este Lugar, este Lugar no puede hacer nada mal hecho. Aunque lo veas torcido, para Dios esta derecho. Si esto crees, el Amor o el temor a Dios te hace que reverencies, porque el trato es a Dios a quien lo haces.
Desperté, oí:
El que cree que ofende más a Dios, es el que menos ofende.
Esto es alhaja que robas y se la pones a otro, y lo amarras para que todos vean ladrón que publica el robo.
Que si lo piensas, pides a Dios por él y lo compadeces.
Esto, muy pocos no lo entienden y no dan la razón.
Decían en la Gloria, que el que estaba cerca del Elegido, no tenía que preguntar ciertas cosas.
Hablaban de los sufrimientos, del que los escondía y del que los sacaba sin tenerlos.
Luego está el que es “cogido” para hacer daño al Instrumento de Dios.
Este puede ser obligado por la fuerza del mal, hasta que Dios quite el Permitir y lo deje perdonado.
El día que esto llegue, ya todo será cambiado.
Y habrá quien quiera volver al Camino que hoy esta despreciando.
Cuando debieran de estar con las rodillas en el suelo, las manos cruzadas y los ojos, con Amor y arrepentimiento, mirando al Cielo, y diciendo estas cortas palabras:
“Señor, yo no merezco el estar cerca del que Tú llevas su espíritu a tu Reino aun estando con cuerpo”.
El pensar esto, da alegría y miedo.
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Ana es el cristal que nos permite ver el Poder de Dios.Quien conozca este Caso no puede decir que detrás del cristal no hay nada. Otra cosa es que prefiramos no mirar por si vemos algo que nos compromete.
ResponderEliminarMuy esclarecedoras tus palabras, Ana.
ResponderEliminarEl Mensaje es complejo, creo que lo entenderán mejor las personas que hayan vivido con el Profeta, para el resto es complicado.
Es un caso muy complejo el de esta mujer, se requiere de buena voluntad y tiempo para estudiarlo.
ResponderEliminarMi máxima en la vida es no tomar decisiones a la ligera.
Creo que aquí hay que meditar mucho antes de sacar conclusiones.
Ana era tan sencilla y tan humilde que se nos olvidaba que no era una mujer normal. Los que convivimos con ella disfrutamos lo máximo en este mundo pero también sufríamos mucho cuando hacíamos cosas que luego nos dábamos cuenta que estaban mal, y repercutían en ella. Es distinto hacer algo y que el mal recaiga en ti a que hagas algo y el mal lo sufra otro, eso es terrible, si a ese otro lo quieres más que a tu vida.
ResponderEliminarEs cierto que el que estaba cerca del Elegido no tenía que hacer ciertas preguntas, si veía la actuación, ¿a qué las preguntas? ¿Es que esperaban que les dijera "sí" en lo que ellos sabían que era "no"?
ResponderEliminarEs normal que se ofenda más a Dios el que cree que no Lo ofende, porque no mirará en su interior para corregir sus faltas. Creo que a eso se le llama soberbia.
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