En Sueño Profético decían:
Si quieres tener contacto Aquí, pon a Dios lo primero ahí. Si a Dios no quieres primero, no puede oír tus ruegos.
Yo siempre recomendé, cuando pisaba la Tierra, (más que a nadie, a las madres), que antes que al hijo, a Dios quisieran.
Mis palabras no podía detenerlas cuando oía a una madre decir:
“Yo creo que la Virgen no puede enfadarse porque diga que a mi hijo lo quiero más que a nadie, porque mi hijo es mi carne y lo que a él le duela, a mí más me duele que a nadie”.
Yo pronto le contestaba:
Cuando tu hijo se enferme, (ahora de carne, y cuando sea hombre, de espíritu por el Camino de Dios haberlo dejado), tú no podrás llamar a Dios ni mojar pañuelo con lágrimas como lo mojé yo cuando el pecado a mi hijo arrastró.
Con lágrimas y sin lágrimas, siempre a Dios tenía presente, más veces, sin que las lágrimas agua a mis ojos dieran.
Mi sufrir, más que por mí, era por Dios, porque Él era el Padre Eterno y lo quería más que yo.
Desperté, oí:
Si a Dios no quieres primero que al hijo, te falta querer al hijo.
Yo hacía mi Oración y metía a las madres para que siempre tuvieran Presencia de Dios delante.
Si sufres con su inocencia, cuando su carne enferma, no tiene comparación el sufrir cuando ves que el pecado lo amarra.
Cuando le pudo al pecado, más que yo sufría él, cuando oía y no quería oír lo que el arrepentimiento, sin palabras, le decía: “¿Yo podré ser perdonado?” Esto lo supe por él.
Cuando ya lo vi de cerca buscando a pecadores, mis ruegos a Dios, aún eran mayores.
Primero llamaba a Dios, luego pensaba en las madres que cómo querer al hijo antes que a Dios.
Yo sufría porque Dios tenía más sufrir que yo.
Mi sufrir Dios lo premió, con que yo viera a mi hijo buscando al pecador.
Mi nombre mandan que dicte.
MÓNICA DE AGUSTÍN
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Para un hijo se quiere la felicidad eterna, que sólo Dios la puede conceder.
ResponderEliminaryo como madre comprendo que muchas madres digan que más que a los hijos no se quiere a nadie porque es carne de su carne, pero cuando he leído los Mensajes de Sta. Mónica, he comprendido que se quiere de verdad al hijo cuando se ama primero a Dios, porque Él es el único que a tu hijo lo puede librar de la condenación.
ResponderEliminarHola amigos, por fin estoy de nuevo con vosotros.
ResponderEliminarVeo que hay muchas novedades y todas para bien. Gracias en especial a ti Kike por hacer que conozcamos más a fondo el caso de Ana.
El Mensaje es impresionante, no cabe duda que sólo se puede llamar Amor cuando en medio está Dios, amor del hijo, amor a la pareja, el amor de los padres, el amor de los amigos.
Hola Kike, menudo curre que te has dado con todas estas entradas, y todo para facilitar el que aprendamos mejor los Mensajes. Un abrazo.
ResponderEliminarAhora escribes sólo un mensaje, pero veo que has puesto muchas más cosas, imagino que es para que se retenga más la información del mensaje diario, porque casi siempre, por lo menos a mí me pasa, que siempre me acuerdo de uno, y tengo que hacer memoria del otro.
ResponderEliminarMe parece Bien tu decisión.
Estoy contigo Álvaro, el amor sólo es Amor cuando media Dios.
ResponderEliminarCuando hay Amor limpio sabes que media Dios aunque el hombre no Lo nombre así. Es el Amor desinteresado, es el Amor con caridad en los defectos que le veas y con caridad se los quitas, es el Amor pensando en llegar Arriba, cuando sus cuerpos mueran.
Yo no puedo hablar de hijos porque no los tengo, pero sí de mi carne unida.
Hola Chiquita me ha gustado mucho tu comentario, se nota que has leído y practicas la Palabra de Dios, dicha en estos Mensajes.
ResponderEliminarEn teoría esto está muy bien, pero lo que hizo Sta. Mónica, ¿quién lo hace?. Yo prefiero que me arranquen el alma antes que yo tenga que dejar a mi hijo porque no quiera a Dios.
ResponderEliminarRuzillo, creo que estás equivocado. Hasta el día de hoy vengo posteando dos Mensajes diarios.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste el Blog.
Tienes razón Kike, no me había dado cuenta.
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