domingo, 28 de febrero de 2010

Al desprecio es peor obligarlo - Libro 43 - La Palabra del Creador - Tomo IV - Pag. 187-188-189


En Sueño Profético se vio una nube que bajaba del Cielo. Y antes de llegar a la Tierra, como un relámpago, se formó una Túnica, y Dios Hijo dentro. Era en un monte en el campo, con olivos.

Ya se oye la Voz de Dios Hijo con estas Palabras:

“En este monte oyeron muchos la Voz de mi Padre en Mí, pero pocos Me creyeron. Y los tuve que apartar de mi Presencia y hoy no están en mi Reino. Las Palabras que Yo digo en ti, donde sean despreciadas, no sean repetidas, porque pueden hacer más daño, si el que las oye no cree en el Reino de mi Padre”.

Se quitó la Visión, y ya se oye a un Discípulo de Dios, que estuvo con Él cuando de Hombre vivió:

Al que se ha oído ha sido a Dios, y Maestro para los Discípulos. En el Monte de los Olivos hubo llantos y caras tristes, voces de pedir el Perdón y manos tapándose la cara de las Palabras que Dios decía. Que decía que el que no cree, podía, un día, ver su Poder, y ya creer. Pero cuando daban desprecio, Dios Padre Le prohibía que sus Palabras las repitiera.

Desperté, oí:

¿Quién puede quitar o poner, en estos Mensajes, Palabras oídas en la Gloria de Dios?

Dios ha hecho esta Visión para que al Elegido le sirvan de Paz estas Palabras.

Ha visto el Monte de los Olivos, donde Dios predicaba y pocos Lo siguieron.

Daban en la Gloria al desprecio más pecado que al no creer.

Ya, con esta Enseñanza, no repitas las palabras donde desprecio den.

Al desprecio es peor obligarlo.

Dios al desprecio, donde esto está pasando, le ha mandado de larga distancia quien lo está valorando.

Luego, cuando en esta Grandeza vean que otros mandan más en ella, tienen que pasarlo mal y disculpa no podrán presentar.

Dicen en la Gloria que el que desprecie estos Mensajes da desprecio a Dios Hijo y a Dios Padre.

Aquí ha llegado el tiempo de no admitir palabras que te traigan sufrimiento.

Si Esto es verdad, antes de no aceptar pide Perdón al Cielo.


***

1 comentario:

  1. Qué Mensaje más maravilloso y a la vez produce una gran pena de ver cómo despreciaron a Dios. Pero lo peor es que después de eso, el hombre no cambia su actitud.

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