sábado, 6 de febrero de 2010

El Freno de la vida - Libro 39 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo IV - Pag. 143-144-145-146


En Sueño Profético hablaban de vivir amando a Dios, o de vivir sin Nombrarlo.

Dijo Teresa de Ávila:

El que viva sin sentir este Amor,
ya vive vida sin Vida,
ya vive vida de condenación.
Porque el Amor a Dios
es el freno de la vida,
para que no hagas mal
sabiendo que mal hacías
este freno tú lo pides,
porque yo se Lo pedía,
empleando estas palabras
que, a veces, en verso me salían.
Cuando el día me despertaba,
parece que me decía:
"Hoy vas a querer más
al que te deja la vida".
Yo abandonaba la cama
y de rodillas me ponía.
Sentía Su Mano en mi hombro,
pero en frente de mí Lo veía.
Unas veces, su Túnica
tenía movimiento,
porque el aire le acudía.
Cuando mi vista llegaba a su Rostro,
las lágrimas me caían.
Quería Besarle los Pies
y mi Cuerpo no se movía.
Quería Hacerle preguntas
que a mí preguntas me hacían.
Todo esto era rápido,
y ya su Voz me decía:
Si sigues llena de Amor
serás Pregonera mía,
y tienes que oír mi Nombre,
y darás respuestas mías.


Desperté, oí:

¡Quien podría explicar su Rostro,
y repetir Sus Palabras!,
si Él, aunque no Lo veas,
te da las Palabras.

Yo, lo que no olvidaba
era este sentir que sentía
cuando oía sus Palabras.

Estas Palabras te queman
y tú más quieres quemarte.

Estas Palabras debían de oírse
a la vez que el reloj
tocase la hora.

Y decir: "Señor, contigo
a cualquier hora.

que yo, al día,
no tenga un segundo mi memoria
sin acordarme de ti.

y que tu Presencia
siempre yo la esté nombrando
aunque me llamen loca,
de querer a Dios tanto".

¡Ay vida qué buena eres,
que dejas vida al que a Dios
no Le sigue sus Pasos!

¡Ay vida, que yo quisiera
que le negaras la vida
al que vive sin a Dios Amarle!

Antes de terminar el pensar,
a Dios tenía que Llamarlo, diciendo:
"Señor, no me dejes Libertad
para lo que estoy hablando".

TERESA DE ÁVILA


***

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho el mensaje de Sta. Teresa, tiene una facilidad increíble, con su lenguaje, de elevar el alma, siempre da deseo de amar a Dios.

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