martes, 16 de marzo de 2010

Cambio de Camino - Libro 86 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo X - Pag. 15-16


En Sueño Profético hablaban de Dios Hijo. Dijo uno:

El Maestro, lo que más nos repetía era el Amor y la Obediencia.

Estando un día esperando que a cada uno nos dijera el camino hacia el que teníamos que partir, nos iba explicando lo que nos ocurriría, y dijo Santiago:

- Yo, Maestro, si Tú dices sí, yo cambio el camino con Pedro.

Contestó el Maestro rápido, pero con Majestad Divina:

- Santiago, tú quieres cambiar el camino con Pedro por el grande Amor que le tienes al Hijo del Hombre, pero que este Amor no te sirva para que sufras cuando obedezcas. Donde va Pedro, sí puedes tú ir, pero donde vas tú, no puede ir Pedro. Tú ves lo que te dicen tus ojos, Yo, lo que Me dice Mi Padre.

Quedaron Matías y Felipe un poco detenidos para contestar a Santiago y los paró el Maestro con sus Palabras.

- Él quería cambiar el camino por Amor hacia Mí. Yo tengo más Amor hacia él y soy Dios Hijo, donde habita el Espíritu de mi Padre, al que obedecerá en Vida, Muerte y Resurrección.

Desperté, oí:

Él quería la obediencia para contentar al Padre, que este contentar era a Él, puesto que era el Mismo Dios.

Santiago quería el cambio por Amor a Dios, porque veía que él era el más indicado para ir al sitio de Pedro.

Santiago, lo que no sabía era que antes de llegar Pedro al lugar, lo que allí había estarían apaciguados y con deseos de oír la Voz del Maestro, aunque fuera en sus Discípulos.

Por más que oían al Maestro, había momentos que olvidaban que era Dios.

Santiago quería ahorrarle sufrimientos al Maestro, y el Maestro quería que Santiago viera su Poder.


***

2 comentarios:

  1. Cuando estemos contrariados porque las cosas no salen como queremos, recordemos este Mensaje. Dios nos ama más, y nos pone donde debemos estar.

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  2. La sencillez de Dios y la humildad que tiene, hace que sus Discípulos olviden por un momento Quién es. Lo mismo ocurría con el Profeta y las personas que le acompañábamos.

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