domingo, 14 de marzo de 2010

Luz - Libro 79 - Te Habla El Profeta - Tomo X - Pag. 62-63-64


En Sueño Profético decían:

Cuando estás al servicio de Dios a nada le pones enfado cuando el servicio no ha dado el pedir que tú quisieras.

Dijo un espíritu de la Gloria:

Estas palabras que han dicho y mandan queden dictadas, son para los que están a este servicio de Dios. Aquí se ve que el Poder del espíritu le puede al cuerpo. El que ama a Dios entiende que el Amor se hace mayor cuando no te llega tu pedir. Para comprender esto tienes que tener y sentir el Amor de Dios por fuera y por dentro, que esta Enseñanza el Elegido la vive y la va pregonando.

De momento se vio una Luz grande que bajaba del Cielo. Eran como estrellas con una luz grande que formaban cintas. Ya dijo una voz con Mando de Dios:

Esta Luz que baja del Cielo es mandada por Dios, es el Poder que da al que elige para enseñar de su Gloria. Sin esta Luz no podría hablar ni escribir Mensajes dictados por Dios. Esta Luz entra en el cuerpo del Elegido cuando el espíritu está recibiendo esta Grandeza de Dios:

Desperté, oí:

El Poder de Dios no faltará en el Elegido mientras viva su cuerpo, por ser Enseñanza para todo aquel que crea y ame a Dios.

Si esta Enseñanza la pensaran, diciendo: "¿Para qué me hace falta?", en este pensar tendrían que pensar que la muerte les tiene que llegar.

Muerte al cuerpo, que lo llevan al cementerio.

Cementerio, armario triste donde meten el traje que ya no sirve.

Y ya, para el espíritu hay dos sitios:

Uno, la Gloria. Y otro, la profundidad, que esta palabra ya dice lo que no hay que nombrar para no alegrar a los espíritus del mal.


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