En Sueño Profético decían:
Dios elige lo sencillo y a la sencillez premia.
Dios elige al que vive la vida fácil y a vivir fácil enseña.
Dios elige al que evita el sufrimiento y lo achica cuando le llega.
Dios elige al que hace lo que puede hacer otro, al que quita los obstáculos con medida y con reposo, al que ve lo material como cosa pasajera, como saludo que das que no te paras siquiera.
Dijo uno:
Dios nunca podrá elegir para enseñar a aquel que tenga de sobra y quiera tener aún más. Dios nunca elegirá al que coma gran comida a diario y si un día le faltara no se pudiera aguantar hasta que tuviera el plato. Nunca elegirá al que protesta le da al Cielo si el día está nublado, y si el día amanece con Sol o con grande lluvia ya contrariado está.
Aquí no hay sencillez ni aceptación a la vida material. Aquí no hay enseñanza que nadie pueda aprender a vivir con Fe y con calma, y con poco que tuvieras lo vieras abundancia.
El hombre vio a Dios vivir de Hombre, y con sencillez vivía y con sencillez enseñaba, y todos podían hacer el Mando que Él mandaba.
Desperté, oí:
El rico podía dar porque para imitar al Maestro no hacía falta caudal.
Y el que poco tenía podía vivir contento.
Que Él, siendo Dios del Cielo y Dueño de los dos Mundos, a todo le daba desprecio.
Por eso nadie Le dijo: “Tú predicas sin ejemplo”.
Al contrario, dudaban, porque vivía la pobreza y al vivir en pobreza enseñaba para que fueran a su Reino, donde nada hace falta.
La pobreza da alegría cuando vivirla tú sepas, porque a Dios llevas de Guía.
Pídele a Dios el sustento necesario de cada día y si te lo da con aumento, dile: “Señor, que mi voluntad sea la tuya, que en tu Nombre vaya dando lo que otro necesita”.
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Esta vida sencilla la enseñaba Anita.Un detalle es que dejó la cocina sin muebles porque así no había que limpiarlos y no restaba tiempo a las cosas de Dios.
ResponderEliminarHola Ana, me alegra tenerte en el Blog, me gustan muchos tus comentarios, y el día que no estás se te hecha de menos.
ResponderEliminarMe alegra saber que Anita te tenía entre sus íntimos, pues lo que cuentas, Anita, sólo se lo comentaba a sus íntimos. Había personas que no pasaban de la primera sala, pero no es tu caso, y seguramente que ella te dió enseñanzas que sólo son para tu espíritu.
Bueno es una opinión personal, yo también tuve la gran suerte de estar entre sus íntimos y la verdad es que precisamente por vivir esta intimidad hay que tener especial cuidado para que ningún comentario sobre ella se pueda malinterpretar.
Mapi, te agradezco mucho todo lo que dices.Tus comentarios , casi siempre, me sirven y me proporcionan fuerzas. Ahora me lo explico todo ¡ es que tú eras íntima de Anita, y algo te ha quedado !Te envío un beso.
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